Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar nuestros servicios y mostrarle publicidad relacionada con sus preferencias mediante el análisis de sus hábitos de navegación. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Puede obtener más información, o bien conocer cómo cambiar la configuración, en nuestra Política de cookies
La Virgen de la Soledad se encontró con su Hijo en la Plaza, la Puerta del Sol y el crucero de la iglesia
Tras el estreno del año pasado, la procesión de la Exaltación de la Cruz sigue configurándose, y lo hacía ampliando su puesta en escena, y es que, además del nuevo Encuentro en plena Plaza Mayor y la entrada conjunta por la Puerta del Sol, la Hermandad recuperó uno de los elementos de sus procesiones nocturnas para cerrar por todo lo alto una fiesta que comenzaba casi cuatro horas antes.
Así, a las 10:30 de la mañana, y acompañados por el Coro de Familias de la San Juan Evangelista, la Hermandad de la Vera Cruz y los fieles participaban en una Misa Solemne que terminaba con rezos al Cristo de la Vera Cruz y a la Virgen de la Soledad. A eso de las 11:30 comenzaba la procesión en sí, y lo hacía con un cambio muy significativo, pues en lugar de quedarse en el espacio donde había presidido la Misa, la imagen de la Virgen de la Soledad se acercó a las andas del Cristo de la Vera Cruz para verle partir sobre los hombros de los anderos.
Así comenzaba un largo viaje de algo más de hora y media en que las calles con coches aparcados no consiguieron deslucir un desfile marcado por el intenso calor, y es que, a pesar de celebrarse en pleno 15 de septiembre, el sol fue el gran protagonista de la primera parte de la procesión, que vivía uno de sus momentos más especiales en plena calle del Cristo.
De tal forma, la Banda Municipal de Música se volvía hacia las andas para ofrecerles un solo de flauta al son del cual bailaba la imagen del Crucificado. El viaje continuaba, y a la llegada a la calle de Los Curas las anderas de la Virgen abandonaban la comitiva para dirigirse hasta la iglesia, donde iban a recoger a la Virgen de la Soledad para preparar el Encuentro.
Pasada la una de la tarde, las dos imágenes ofrecían una estampa impactante, situándose cada una a un lado de la iglesia, e iniciando un viaje conjunto que les llevaría hasta el centro de la Plaza Mayor. Y fue justo allí donde se repitió el Encuentro estrenado hace un año. La Hermandad del Rocío y su coro homenajeaban a las imágenes titulares de la Hermandad de la Vera Cruz dedicándoles dos sevillanas que bailaron ambas tallas sobre los hombros de sus anderos.
Con un fuerte aplauso terminaba este Encuentro oficial, iniciando un retorno hasta la San Juan Evangelista que dejaría el segundo encuentro entre las imágenes. Y es que, como es habitual, a la llegada a la Puerta del Sol la imagen del Cristo de la Vera Cruz se volvía para entrar mirando a su Madre en la Iglesia.
Pero la cosa no acababa ahí, pues tras situarse ambas imágenes a los dos lados del templo, el coro rociero se ubicaba justo en el centro, para asistir al tercer Encuentro de la mañana, y dedicarles una última sevillana. De tal forma, los rocieros rememoraban uno de los momentos más impactantes de la Procesión de la Exaltación de la Cruz cuando se celebraba por las noches, como era el recibimiento a la Virgen de la Soledad a su entrada al templo. Así, tras los "Vivas" a la Virgen de la Soledad, al Cristo de la Vera Cruz y a la Virgen del Rocío, se cerraba la primera procesión del curso que, una vez más, volvió a llenar las calles de la zona centro de devoción.