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01
Ago
2013
Campamento de Verano: Expulsión Olvido, Esteban o Modesto, Pedre tiene visita, y Lucía denuncia a medio Sálvame PDF Imprimir E-mail
Los Blogs del Telescopio - El Choniblog
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El programa intenta recuperar el público perdido dejando la expulsión en manos de la audiencia

Esta noche el Campamento de Verano perderá, al menos, otro explorador, y lo hará después de que, anoche, el programa decidiese cambiar las normas para intentar recuperar la audiencia perdida tras la salida de Lucía Etxebarría. Precisamente, y por eso de rellenar horas y horas utilizando su imagen, la escritora ha decidido pasar a la acción demandando a algunos de los colaboradores de Sálvame, y, por supuesto, a una Gaby que puede salir esta misma noche del concurso.

Pero vamos por partes. En la última Noche de los Exploradores el programa decidió castigar a sus concursantes por robar comida a estar tres días a pan y agua. La respuesta, la única posible para un grupo que ya ha demostrado que actúan todos a una y contra el programa: negarse a comer y hacer las pruebas, es decir, no dar juego. Ante esta situación (que tampoco era para tanto, ya que Noemí les pasó galletas a escondidas), el programa decidió tomar cartas en el asunto, sacándose de la manga un programa especial para cambiar la mecánica del concurso (obviamente, esta es la versión oficial).

Y es que parece que la productora ya se ha dado cuenta de lo peligroso que es entregar el poder de nominación y expulsión a la misma persona, que, curiosamente, controla tanto a la mayoría de los concursantes como a la mayoría del Tribunal, y que, parece, ha podido mover sus hilos para conseguir un campamento a su medida (de momento, ni uno solo de los expulsados tiene relación con el “puppet máster”). Ahora será el público el que decida, dejando dentro a aquellos que se lo merecen, independientemente de quien sea su representante. Y todo apunta a que el público va a decidir un 2x1: Olvido Hormigos, y, de regalo, Esteban, un pack que salvará a Modesto de la expulsión, y que, si se completa el hack trick anunciado, puede dejar un campamento mucho más blanco del que tuvo que soportar Lucía Etxebarría.

Y es que no son dos los que pueden salir esta noche del campamento, sino tres, ya que Gaby (no se sabe si por sí misma, o influenciada por otros) anunciaba su intención de abandonar el programa, una decisión que evitaría males mayores a un formato que permitió que la concursante amenazase a una persona en directo, y no ha hecho nada para ponerle remedio. Evidentemente un programa de televisión en directo no puede controlar las barbaridades que se digan durante la emisión, pero si puede actuar a posteriori, sancionando a los que utilizan un medio de comunicación para soltar barbaridades que pueden ser constitutivas de delito. La salida de Gaby puede ser la solución más honrosa antes de que el juzgado la llame a declarar.

Siguiendo con el capítulo Lucía (tampoco el campamento ni Telecinco pretenden dejar de hablar del tema), la escritora decidía dar un paso adelante y poner el asunto en manos de los tribunales, y lo hacía anunciando en Twitter la presentación de una querella criminal contra algunos de los responsables del programa y colaboradores. Lucía, según Miguel Temprano, que es el único que ha tenido acceso a la denuncia, habría denunciado a colaboradores de Sálvame por intromisión en su intimidad, y daños a su honor e imagen. Las razones las pudo ver toda España durante la semana pasada: episodios como el del estropajo, la ropa interior o el consolador naranja, sumados a preguntas sobre su sexualidad y su expediente psiquiátrico rebasan con mucho los límites de la crítica a la que está sometido todo personaje famoso por el simple hecho de serlo, e inciden directamente en aspectos de la vida privada e íntima del personaje. Lucía no es Kelly Mor, y el programa está a punto de comprobarlo. Eso sí, para sumar puntos a la demanda, Kiko Hernández anunciaba: “desde aquí podemos hacer que nadie compre su próximo libro”, mientras el resto de sus compañeros balaba imitando a las cabras.

El programa de anoche (convertido, para evitar la contraprogramación, en un sándwich dentro del previo de Hay una cosa que te quiero decir. Ya veremos que opina el Ministerio de la triquiñuela) se centraba en la visita de la novia de Pedre, una novia sui generis, como el propio personaje, con la que, explicaba ella, ha hablado un fin de semana, pero que no ha dudado en subirse al carro (y a la sierra de Gredos).

La última visita de la ambulancia, ahora con Hormigos por un tirón, el poco juego que dieron Olvido y Esteban encadenados, y los primeros días de Noemi en el campamento completaron un programa de una hora de duración sin plató y sin estructura. Un programa, eso si, que sirvió para dejar sin contenido a la gala de esta noche, algo que no le conviene a un formato en la cuerda floja.

 

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