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31
May
2013
Gran Hermano 14 (GH 14): expulsión Gemelos, entrevista con Mercedes Milá, y Gran Hermano pierde el lunes PDF Imprimir E-mail
Los Blogs del Telescopio - El Choniblog
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El programa lidera en share social, si bien Chicote le hace sombra

Al final los peores pronósticos son los que se cumplieron: la segunda Gala semanal de Gran Hermano desaparece del lunes, y tampoco ocupa el domingo, por lo que todo apunta a que ha pasado a la historia. Las audiencias, extremadamente bajas para las expulsiones más potentes, y la polémica del Bartolino han sido las claves para que Telecinco haya decidido acabar con la segunda gala del programa. Ahora queda saber qué ocurrirá dentro del programa, y las opciones son pocas: o bien final a seis (al más puro estilo Operación Triunfo), o bien, expulsión en el Debate, que, salvo sorpresa, sigue en martes. La cosa pinta cada vez peor, pero veremos como evoluciona.

Y ya hablando de lo ocurrido en la Gala, los Gemelos se marchaban con casi un 60% de los votos, frente a un 40% de Igor. El programa intentó vender una expulsión tensa y emocionante, pero los porcentajes se encargaron de sentenciar la situación en pocos minutos. Viendo que la cosa iba a dar poco de sí, el programa decidió matar por completo la intriga mandando a Sonia a la casa (si el expulsado hubiera sido Igor, la canaria no hubiera subido a Guadalix, pues se perdería el morbo del enfrentamiento en plató). Y es que la expulsión se decidió en el momento en que Argi entró, de forma oficial, en escena. La vasca decidió sortear entre los que nominasen a los Gemelos uno de los elementos icónicos de esta edición: el maquillaje que robó Desi a la concursante. Este sorteo, junto a la cena con su prima, fue el detonante para que las votaciones comenzasen a moverse de forma clara y contundente y en una dirección determinada: la expulsión de los Zambrano (una de las sorpresas de la Gala fue descubrir que los Montoya no se apellidan así, al igual que la doctora Walls).

En el siguiente post hablo de Sonia, y del concepto de amor verdadero que tienen los Pelochos, pero antes vamos a repasar lo ocurrido con los sevillanos. Al igual que sucediese el lunes (¿el día más efímero de emisión del programa?), los dos candidatos a la expulsión se quedaron en la Sala de Expulsión viendo vídeos sobre su relación. Eso sí, por aquello de que todos son demasiado bienquedas (saben que el maletín está a dos semanas), el enfrentamiento tampoco fue lo esperado, por lo que la presentadora tuvo que tirar de recursos (preguntando a Pulpillo y Gema de GH8, y a Chari Lojo, de GH 12, que opinaban sobre la expulsión, además de intentar meter algo de cizaña entre la madre de Susana y el hermano de los Gemelos).

Con todo el pescado vendido, las líneas se cerraban y los Gemelos dejaban, por fin, la casa de Guadalix. Sin casi despedirse, y cruzando la rueda del vértigo los Montoya abandonaban el concurso dejando a una Susana destrozada (en el próximo post hablo de ello), y a una casa congelada tras la vuelta de Igor (por aquello de que las galas vuelven a ser semanales, vamos a tener mucho tiempo para divagar, así que me guardo cierto análisis de Igor como el Conde de Montecristo para otro momento).

Los Montoya tardaban poco en entrar en el plató, y lo hacían para enfrentarse a todos los asuntos polémicos que los han involucrado (no se si os habéis fijado, pero el esquema se ha repetido tanto en el caso patadas al puff, como en el de Marta del Castillo: paso a publicidad, y, acto seguido, posibilidad a los concursantes de dar explicaciones). Sobre el primer asunto, pedían perdón (espero, aunque no lo creo, que más sincero que el que pidieron aquella misma noche, y que ya explicaron dentro de la casa que no sentían) a Argi, a la que la presentadora volvía a rogar que volviese al programa (si se piensan que el retorno de Argi va a suponer la vuelta de la audiencia, me temo que conocen demasiado mal a su público, y eso que se lo dejan muy claro en todas las preguntas a través de AppGrid. También hablaré de ello en otro momento). Sobre el tema Marta del Castillo soltaron un discurso prefabricado y tremendamente demagógico, si bien dejaban claro su punto de vista: “no tenemos por que disculparnos porque no hemos hecho nada malo”.

Terminados los temas peliagudos, los Gemelos se enfrentaban a su paso por el reallity. Su relación con Susana (la presentadora decía que iban a durar dos días, a lo que Gonzalo afirmaba que no. Yo estoy de acuerdo: no van a durar ni dos horas, salvo que Susana se lleve los 300.000 euros, como ya anunció Gonzalo dentro de la casa). Para que quedasen claras sus intenciones, el Montoya afirmaba: “no quiero decir que esté enamorado. Estoy ilusionado”, lo que, en román paladino, significa “si Susana se piensa que la voy a esperar va lista. Pienso quemar la Posada esta noche, a ver si con un poco de suerte cae alguna y mañana tengo algo que vender al Deluxe”. Mucho más claro fue durante la conexión con la casa (luego volveré sobre ello), al decir a Susana “Sabes que nosotros no somos de esperar”.

Y es que, para que quedase claro el nivel de los dos concursantes, respondían así al comentario de Mercedes sobre “los que dicen que no sabéis hacer la O con un canuto”: “Yo no he liado un canuto en mi vida, Mercedes” (señoría, no hay mas preguntas).

La entrevista continuaba, tras las caras de asco profundo de la madre de Susana, con el episodio del jacuzzi. Saray le echó en cara las barbaridades que dijo sobre el particular (si bien es cierto que atacó mucho más a su ex Iván que a Carlos), aunque terminó reconociendo que pasó lo que todos suponíamos que pasó. Los vídeos de Desi y el enfrentamiento con Anabel (rematado por un comentario totalmente fuera de lugar del tercer Montoya) cerraban la entrevista.

La conexión con la casa, a pesar de la insistencia de la presentadora, sólo dejó un momento destacado: la despedida de Susana, a la que advirtieron que había un falso dentro de la casa (por si el espectador poco avezado no lo había entendido, realización puso la cara de Igor sonriendo malévolamente en pantalla).

Termino este primer post de la Gala hablando sobre los datos de share social conseguidos por el programa (unos datos algo alterados, pues un problema con el programa que se encarga de calcularlos distorsionó los resultados tras la expulsión de los Gemelos). Así, el programa comenzó con un 60% de share social, cifra bastante inferior a la de otras noches, y con un Chicote moviéndose en el entorno del 20%. Conforme la gala continuaba, el share de GH bajaba mientras el de Chicote seguía subiendo, si bien el momento de la expulsión consiguió darle la vuelta a las tornas: cuando el programa dejó de funcionar correctamente Gran Hermano conseguía casi un 70% de share social, mientras Chicote se estabilizaba en el 25%.

 

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