Las dos plataformas de carpeteras pactan llevar hasta la final a los cinco concursantes originales

Los mensajes del exterior siguen causando estragos, sobre todo en la pareja que más videos ha protagonizado en la edición. Los últimos dos días han sido un no parar de información del exterior que ha desestabilizado hasta límites insospechados a los Pelochos, tanto es así que ambos han buscado nuevas alianzas dentro de la casa (eso sí, por culpa del alcohol). Y mientras dentro los Pelochos revolucionan el juego, fuera llega la paz entre las carpeteras. Pero vamos por partes.

Como ya habíamos comentado el domingo por la tarde, Sonia tenía que acudir al médico al día siguiente, una salida por Madrid, acompañada de su padre que transformó por completo el carácter y la actitud de la canaria. Sonia salía para ir al médico, que dictaminó que el extraño bulto que le había salido era un quiste benigno que tendrá que extirparse cuando salga de la casa, pero que no hace peligrar su convivencia, por lo que, a las pocas horas de salir, la chica volvió a entrar, eso sí, con mucha más información del exterior. Decíamos que la canaria había iniciado un acercamiento al Susargismo, que se incrementó considerablemente al día siguiente. El gran perjudicado de este acercamiento, su Pelocho favorito, con el que solo tuvo sus raciones habituales de besuqueos por la tarde, después de que Kristian pasase todo el día cabreado.

En principio podría pensarse que la razón del cabreo del madrileño eran las palabras de Igor, o el mensaje recibido a través de megáfono (luego lo cuento), pero lo que de verdad molestó al chico lo contaba con unas cuantas copas de más por la noche. Kristian se ha dado cuenta de que la nominación de Yessica se debe, única y exclusivamente, al pacto entre caballeros, que desmontó por completo tanto el pacto como el contrapacto andaluz (luego lo cuento también).

El Pelocho se sinceraba con Raki diciendo que le había dolido mucho la nominación de la chica, sobre todo porque demuestra que ya no es pilar fundamental de la casa, sino un peón más perfectamente prescindible (recordemos que Kristian, bien porque así lo decidiese el programa, bien por puro azar, se convirtió desde la primera gala en la figura indispensable de la casa, al ser el encargado de recibir a todos sus compañeros y rescatarles para dejarles entrar en el nuevo mundo. Pero la dinámica del juego, y los juegos malabares con las audiencias, provocaron que el guión principal saltase por los aires, entrando concursantes que buscaron sus alianzas entre ellos, y para los que Kristian no solo no era un pilar de la casa, sino que era el rival a batir). Kristian, tras ver la salida de Igor ve como su grupo ya no existe (solo le quedan como apoyos Sonia, Raki y Yessica), y salvo el primero, son apoyos condicionales, por lo que, por primera vez en el juego, ve peligrar su futuro.

Por cierto, debería ver peligrar su futuro si no fuera por el empeño del programa en esconder sus vídeos más polémicos, ya que, por ejemplo, cuando Sonia se sintió destrozada por la expulsión de Igor, el chico ni se dignó a acercarse, pues estaba demasiado ocupado preguntándose por qué Mercedes Milá no había hecho ningún comentario sobre él. Al día siguiente el madrileño tuvo rifirrafes con prácticamente toda la casa, en especial con Sonia (mucho más distante de él desde su reentrada), y con Argi, a costa de la prueba.

Y mientras, su chica se refugiaba en Nacho, al que convirtió en su paño de lágrimas al ver como Kristian pasaba olímpicamente de ella, durante dos noches seguidas. Más sobre Sonia: la canaria se distanció durante todo el día de su Pelocho, por culpa de un mensaje llegado a través de megáfono: “Saray, aléjate de Kristian”. Los de fuera lo entendimos perfectamente, y Kristian también, pero Sonia, ayudada por la realidad alternativa contaba por el Pelocho, pensó que le estaban advirtiendo que la chica no era trigo limpio, y podría nominarla (la que tampoco entendió la indirecta fue la propia Saray, que se encamó con el Pelocho nada más salir Sonia de la habitación).

Ante semejante nido de víboras, Sonia tuvo su primera crisis importante dentro de la casa, y habló de la posibilidad de abandonar el juego. Misteriosamente, y por esas casualidades del destino, justo unos minutos después otro grupo de megáfonos animó a la concursante y a Kristian, diciéndoles que siguieran su relación y a Kristian “que hiciese caso del consejo de su madre” (recordemos que la progenitora del Pelocho le recomendó apagar sus ataques de ira en el gimnasio). Sonia, sin cortarse un pelo, afirmó que los gritos del exterior, tan apropiados, eran “su ángel de la guarda” (cada vez tengo menos claro quién es más descarado, si el programa o determinados concursantes). Para explicar estos misteriosos gritos que evitaron la ruptura definitiva de los Pelochos tal vez haya que volver al domingo por la noche, en que Kristian nos volvió a obsequiar con uno de esos mensajes velados, pero con mucho trasfondo: “Yo sabía varios días antes de entrar que iba a estar en la casa, aunque no sabía si como concursante de inicio, o entrar después. Cinco días antes del estreno me confirmaron que entraría el lunes”, afirmaba justo antes de exclamar “esa voz la conozco”, al escuchar a un Super poco habitual pedir un cambio de pilas...

Siguiendo en el domingo por la noche, la velada terminaba por todo lo alto con un robo masivo de comida. Tras perder la prueba semanal, y sabiendo que tocaría pasar hambre, los veteranos (a excepción de Susana y Raki y con la incorporación de Nacho), decidieron acabar con todas las existencias de comida de la casa. En una espectacular operación (que recuerda, por cierto, al Clan del Bizcocho del año pasado), cenaron, recenaron, y volvieron a cenar hasta dejar la despensa con telarañas. Es, sin duda, un gesto de rebeldía ante la llegada de los nuevos, invasores que han tomado la casa, como quedó demostrado esa misma noche, pero una decisión muy poco inteligente teniendo en cuenta que la comida no va a entrar en la casa hasta el lunes de la semana que viene.

La otra pareja del juego ha cambiado por completo su actitud. Como todo parecía indicar, los Montoya entendieron que el mensaje a Susana iba dirigido a ellos y Carlos instaba a su hermano a cambiar por completo de actitud con la murciana (intuyo que será algo como el perdón sincero a Argi del que hablaban el otro día). En cualquier caso, y aunque Susana ya se ha dado cuenta de la verdadera razón del cambio de actitud, Gonzalo y Susana volvieron a estar ayer muy juntos, aunque sólo como amigos..

Y después del amor, la estrategia. Recopilemos un poco lo que ha pasado en el fin de semana. El viernes por la noche Desi, Iván y los Gemelos pactaban nominar a Argi; el sábado Adrián y los Gemelos pactaban ir a por Desi; y el lunes, pocas horas antes de la gala, todos los chicos de la casa (a excepción de Kristian y Nacho), decidían, por insinuación de Adrián, ir a por Yessica (por insinuación o todo lo contrario, pero es el movimiento más inteligente, ya que es el miembro del grupo de los nuevos más cercano al extinto Clan Igor, y por tanto, el más fácilmente prescindible). El pacto entre caballeros se llevaba a término y Yessica salía a la palestra, junto al otro chico que se está comenzando a acercar a los Pelochos, Nacho; y a Adrián, el más cercano al Susargismo. Decía hace unos días que la salida de Igor supondría la búsqueda de un nuevo líder, pero no podía imaginar que esos aspirantes a líder fueran a pactar entre ellos para deshacerse de los demás (parece que los nuevos son bastante más inteligentes que los que entraron al principio).

Siguiendo con Adrián, el concursante, viendo que puede salir el lunes, ya ha comenzado a vender la siguiente parte de su trama: ayer le pedía al Gran Hache un mensaje de su chica, para saber que opinaba sobre los “T´traigo” con Yessica (desde el principio he dicho que esta trama me suena demasiado, pero lo cierto es que funciona muy bien en audiencias, así que, a lo mejor vemos a Rosa muy pronto dentro de la casa de Guadalix. De momento, el primer avance del Debate de mañana jueves está centrado en esta trama).

Más cosas, que hoy hay mucho que comentar, la Prueba Semanal va, por fin, a dar juego dentro de la casa. Se trata de un minigolf en el que los 14 hoyos representan a ediciones del programa, ediciones que tendrán que recordar mientras juegan al golf. Además, los concursantes están divididos en jugadores y caddys, encargados de llevar los palos por el circuito y acompañar a su golfista durante todo el día (también fuera de la prueba). Lo mejor es que el caddy se convertirá en una especie de sirviente, que deberá hacer las camas y las tareas que correspondan a su jugador. Para superar la prueba deberán aprobar el examen final en el que tendrán que recordar todo lo que ha ocurrido a lo largo de los últimos trece años entre las paredes de la casa de Guadalix.

Ayer, además, se celebraba el Día del Libro, y por eso la fiesta estaba ambientada en el mundo de la literatura (aunque sonase lo de siempre). A los concursantes se les entregaron libros y se les hizo escribir un pequeño relato sobre su aventura en la casa, aunque los libros rápidamente pasaron a un segundo plano cuando entró el verdadero protagonista de la fiesta: el alcohol (por cierto, se está comentando mucho la rapidez con la que se emborracharon anoche y si eso podría ser consecuencia de un exceso de alcohol. La verdad es que, esta vez sí, entraron las tres botellas habituales, pero tomaron la bebida sin haber comido nada, por lo que, probablemente, el alcohol se les subió enseguida a la cabeza).

Y dejando a un lado el interior, vamos al exterior, que está igual de interesante, o mucho más. Para empezar la Gala de anoche fue el primer aviso serio para el programa: a pesar de haber cebado durante todo el fin de semana la expulsión de Igor, a pesar de estar juntas las dos mujeres, y a pesar de que Miriam siempre ha dado grandes audiencias, la gala perdió fuelle volviendo a caer por debajo del 20% de share, y dando un respiro a Splash, que casi llegó al 12%. Los datos todavía no son para preocuparse, pero pueden serlo muy pronto, ya que la próxima gala no tiene ningún aliciente y se va a enfrentar a la final del concurso de trampolines, con lo que cualquier cosa puede pasar. También preocupante la audiencia de la Casa en Directo, que a pesar de centrarse en Sonia rallada tras la despedida de Igor, solo cautivó a un 21% del público.

Pero no todo son malas noticias para el concurso (o quizás si). Las dos facciones de carpeteras, las Pelochas (ellas se siguen llamando Sonitianky, pero a mi me suena fatal) y las Susargistas, han decidido que la unión hace la fuerza, y pactaban ayer llevar a la final a los cinco concursantes iniciales, sacando de la casa a todos los intrusos. Decía que son buenas noticias, o no tan buenas, porque, de los nuevos, solo tienen entrevista interesante Desi y los Gemelos, siendo el resto concursantes totalmente prescindibles. Todo apunta a que Gran Hermano comenzará un nuevo peregrinaje por el desierto justo cuando llegue el verdadero rival: Águila Roja.