Kristian no suelta prenda sobre la noche Pelocha, mientras Juan Carlos cuenta que tiene novia fuera

Cada día que pasa ocurren menos cosas dentro de la casa de Guadalix. Por suerte esta noche hay debate centrado en la noche Pelocha; un debate que tendrá que enfrentarse a una noche muy especial en Masterchef con doble expulsión, por lo que el programa ha decidido tirar la casa por la ventana. Se espera un programa centrado en la noche de amor (o de lo que sea) entre Kristian y Sonia, con un cierto seguimiento de lo ocurrido entre Gonzalo y Susana (probablemente obviando el momento en que el Gemelo traiciona a su chica con Kristian) y, por aquello de las tramas en continuidad, intentando vendernos un poderoso mal rollo entre Igor y Sonia.

Pero, por suerte, este debate está llamado a ser el de los centenarios. Cuatro concursantes (ahora explico quienes y que ha pasado con los anunciados el domingo) volverán a Guadalix. La excusa es celebrar dentro de la casa el día cien de convivencia (he de confesar que ésta que escribe nunca pensó que el programa fuera a aguantar tanto después de sus discretos comienzos), pero la intención es muy diferente. Cuatro ex concursantes volverán a la casa para intentar dinamitarla un poco, ya que entre la cama, el billar y la bici los concursantes de dentro tienen un interés similar al que pueda despertar el crecimiento de un bonsai.

Así, en una nueva vuelta de tuerca entrarán cuatro concursantes a la casa de Guadalix, aunque desconocemos con que intención. Si recordáis el post de ayer, hablábamos de que eran cinco los nombres que iban a entrar en la casa, pero todo apunta a que la filtración se produjo antes incluso de que los interfectos lo supiesen. Así, la productora se ha encontrado con tres noes y no ha tenido más remedio que tirar de agenda. Se caen de la lista Arturo Requejo, Bea la Legionaria y Maria la jerezana, y entran en su lugar Laura Campos y Pepe Flores. Aunque no hay confirmación oficial (tampoco la hubo de los nombres), todo apunta a que las tres bajas se deben a incompatibilidad laboral. (El caso de Arturo es especialmente curioso, porque está trabajando para dos productoras afines a la cadena, una de las cuales habría dicho que sí, mientras que otra se habría negado).

En cualquier caso, junto a Noemí Merino y Yago Hermida volverán a Guadalix Laura Campos y Pepe Flores. Los cuatro tienen mucho en común (además de vivir en Madrid y tener muy buena relación con la productora), y es que los cuatro pueden presumir de haber estado en una final de Gran Hermano (Noemí como +1, y montando una fiesta fuera del plató) y dos de ellos saliendo con el maletín en las manos. Así Laura y Yago entrarán para, a priori, malmeter en la relación de Susana y los Gemelos (Yago ya lo ha dicho a través de su Twitter, y los gemelos han hablado de Laura dentro de la casa), mientras que Noemí buscará movilizar el voto canario para subir la popularidad, y las posibilidades de victoria, de una Sonia totalmente hundida. Pepe, por su parte, tiene todas las papeletas para acabar convirtiéndose en el cuarto vértice del cuadrado que forman Desi, Álvaro e Igor.

Este último intento desesperado por subir la audiencia intentará cambiar la decisión, a día de hoy, inamovible, de que el programa termine dentro de tres semanas, concretamente, el 13 de junio y dejará una recta final impredecible que ya comienzan a imaginarse desde dentro: “A este ritmo, va a haber una final a siete”, decía ayer Sonia. También Igor demostraba sus dotes de videncia jugando con la posibilidad de que entrase Pepe Flores para participar en las clases de zumba que van a recibir durante unas cuantas tardes (una forma como otra cualquiera de evitar que se pasen el día durmiendo).

Los visitantes sin duda nos darán buenos momentos, y desestabilizarán aún más a algunos de los habitantes, lo que, esperemos, se traduzca en alguna trama interesante. Y es que dentro la vida sigue igual... de aburrida. Los Pelochos regresaban de su noche de pasión, aunque Kristian no soltaba prenda de lo ocurrido en el Apartamento. Su chica se libró del interrogatorio, pues pasó la mañana fuera de la casa para tratarse de su Bartolinitis (y, de paso, recibir algo de información). Hablando de información, Igor ayer insinuaba dentro de la casa quién podría ocultarse tras la identidad del “cabrero”, un señor de unos 50 años que visita, megáfono en ristre, la casa para gritar a Sonia que aguante y que es la mejor. "Ten un poco de cabeza, ¿quien viene a gritar aquí siempre? Sonia Winner, Sonia Ganadora, a ver pensar" , le decía a una Susana que no sabía por donde iban los tiros.

Lo último reseñable (además de los paseos en bici) es que Juan Carlos ha dado algo más de información del exterior, mas o menos. El chico ha contado a la casa que tiene novia, una chica con la que lleva muy poco tiempo, y que también sufre tartamudez, aunque casi lo ha superado, según explicaba el madrileño (este tipo de cosas son las que hacen grande Gran Hermano. Muy probablemente si Juan Carlos no hubiera entrado en la casa, nunca la hubiera conocido, y seguro que ella es la que ayude al chico a superar sus problemas de dicción. Esto sí es una relación real, y no las que intentan vendernos el atajo de montajistas que habitan Guadalix).