Los gemelos se ríen de los que les llaman “maltratadores”

Esta noche hay gala, y, si Gran Hermano estuviera realizado por un equipo competente, sería una gala muy cargadita, pero lo más probable es que se centre en parejas, y guerras inexistentes entre nuevos y viejos concursantes, ya que la casa explotó anoche mismo, cuando los gritos del exterior escuchados por la mañana provocaron una sorprendente confesión por parte de Gonzalo que desataba un mosqueo importante en Anabel y volvía a cambiar por completo el escenario de cara a las nominaciones.

Vamos por partes. Ayer os contaba que las Susargistas habían visitado la casa con la intención de mandar mensajitos a los concursantes en la mañana del sábado, pues bien, al día siguiente regresaron a Guadalix, enviando dos mensajes que revolucionaron la casa: “Gemelos maltratadores” y “Anabel, guarra, lávate”.

El primero de los mensajes consiguió, probablemente, el efecto contrario al que se buscaba, ya que los aludidos se lo tomaron a cachondeo: “Ten cuidado, que aquí te sacan la tarjeta roja por cualquier cosa”, le decían a Desi cuando iba al confesionario (espero que esta actitud sea fruto de que las emanaciones de Baco hayan nublado el cerebro de los personajes, porque si recuerdan todo lo que ocurrió hace una semana, y aún así, se lo toman a cachondeo, merecen ser expulsados del programa, pero no por la audiencia).

El otro mensaje se convirtió en el tema de conversación de toda la casa. El grito sobre Anabel demostraba a los concursantes que las barbaridades que dijeron sobre la catalana estaban teniendo repercusión en el exterior, destruyendo la imagen pública de una chica que vive precisamente de ella. Al darse cuenta,y durante toda la jornada, estuvieron dándole vueltas a si informar o no a su compañera de lo ocurrido durante las dos últimas semanas. Al final, de forma bastante sorprendente, el que cogió el toro por los cuernos fue Gonzalo, dispuesto, tal vez por eso de que está casi en la calle, a, por una vez, hacerse responsable de sus actos.

El gemelo contaba a Anabel, aunque mucho más dulcificado de lo que realmente ocurrió, los comentarios sobre su higiene personal, ante lo que, como es lógico, la chica montó en cólera. Y es que, si ya es impresentable que se hagan esos comentarios, que se lo digan en público, y en televisión, roza el escarnio. Pero que encima pretendan hacerla a ella culpable es de juzgado de guardia. Después de tres horas de conversación, Anabel tomaba una decisión muy drástica, pero totalmente normal teniendo en cuenta lo ocurrido: no volver a tener ningún trato con los concursantes que, por acción u omisión, han participado de esta historia.

Y es que los concursantes, con una sorprendente perspectiva al respecto, consideraban los comentarios del mismo nivel que fumar mucho, o no participar en las pruebas. Evidentemente no son comparables por una sencilla razón recogida por la Constitución y garantizada por el Código Penal. Los comentarios hechos por los habitantes de la casa, al haber tenido difusión pública a través de televisión e Internet suponen una violación flagrante del derecho al honor de la concursante, al ser, lo que en derecho se llama, “comentarios objetivamente injuriosos o que provoquen menoscabo de la reputación de una persona”, por lo que el programa se ha guardado muy mucho de emitirlos en galas y debates.

La noche terminaba así, con una Anabel muy cabreada, y con todo en el aire de cara a las nominaciones de mañana, en las que los sucesos de la noche tendrán una importancia capital (por si acaso Sonia pudiese llegar a salir a la palestra, el programa ya ha preparado otra nueva forma de nominar, en la que el concursante que entre esta noche tendrá un papel fundamental).

Esta entrada, además, será, según el programa, el cierre oficial del casting, es decir, salvo que se produzca algún abandono o repesca, y la entrada de Álvaro cuando esté recuperado, nadie más hollará los muros de la casa de Guadalix hasta el final del juego. Además de la entrada y la ronda de nominaciones, esta noche toca expulsión, y los gemelos tienen todas las papeletas, especialmente tras lo ocurrido anoche, que aumentará, probablemente, el apoyo de Anabel.

Y mientras en la casa, dos buenas noticias: la prueba semanal ha terminado, y con ella la tortura para los tímpanos de los espectadores, y la han superado, por lo que volverán a tener comida por la que pelearse.