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05
Dic
2025
TVE tampoco emitirá el Festival de Eurovisión tras abandonarlo PDF Imprimir E-mail
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Foto cedida por EurovisionAhora la UER negociará la emisión con las privadas, aunque sin la participación de España

RTVE, la corporación pública española, ha anunciado su decisión de retirarse del Festival de Eurovisión tras la reciente votación en la 95ª Asamblea General de la Unión Europea de Radiodifusión (UER) en Ginebra. Esta decisión se ha tomado en respuesta a la permanencia de Israel en el certamen musical europeo, lo cual fue un factor determinante para el Consejo de Administración de RTVE.

En septiembre, el Consejo de Administración de RTVE acordó que España se retiraría de Eurovisión si Israel continuaba participando. Esta postura refleja una preocupación más amplia sobre la situación política en la región y la percepción de que el festival podría estar siendo utilizado con fines políticos. RTVE solicitó una votación secreta en la Asamblea para discutir la participación de Israel, junto con otros siete países. Sin embargo, la presidencia de la UER rechazó esta solicitud, lo que llevó a RTVE a expresar su descontento con el proceso.

Alfonso Morales, secretario general de RTVE, hizo una intervención en la Asamblea General donde reconoció las medidas adoptadas por la UER para proteger los principios del festival, pero consideró que estas eran insuficientes. Morales expresó sus serias dudas sobre la participación de la televisión israelí KAN en Eurovisión 2026, citando la situación en Gaza y la instrumentalización del evento por parte de Israel como razones clave para su posición.

Morales también enfatizó la importancia de la neutralidad y la transparencia en el festival, señalando que la falta de sanciones por la instrumentalización del voto en ediciones recientes es preocupante. Propuso una votación sobre la posible suspensión temporal de KAN, sugiriendo un periodo de un año con revisión posterior. Advirtió que, si no se aprobaba esta suspensión, RTVE no podría participar en la edición de 2026.

Los miembros de la UER se manifestaron en favor de continuar con la participación de Israel en Eurovisión, una "gran mayoría" apoyando que no era necesario realizar una nueva votación sobre participación de los países. La presidenta de la UER, Delphine Ernotte destacó que el compromiso compartido de los miembros es para proteger transparencia y la en el festival.

A pesar de la controversia, los miembros de la UER acordaron implementar cambios específicos en el reglamento del festival, con el objetivo de reforzar la confianza, la transparencia y la neutralidad del evento. Ernotte mencionó que estos debates podrían llevar a cambios significativos en las reglas del festival, asegurando que siga siendo un espacio de unidad e intercambio cultural.

La renuncia de la cadena pública no abre automáticamente la puerta a que cualquier operador privado compre Eurovisión como si fuera un partido de fútbol. En el ecosistema del festival rige una lógica distinta: los derechos no se licitan libremente, sino que están bajo el control directo de la Unión Europea de Radiodifusión (UER).

Una vez la televisión pública comunica que no emitirá el certamen, la UER debe decidir qué hace con los derechos en ese territorio. Lo habitual es que la organización intente mantener la continuidad del festival en el país, por lo que puede abrir negociaciones con canales privados interesados en adquirir solo los derechos de emisión, sin participación artística ni competencia en el evento.

En este escenario, el operador privado no se convierte en miembro pleno de la UER, pero sí puede optar a un acuerdo de sublicencia o licencia extraordinaria, un tipo de contrato que la UER concede de forma excepcional cuando el país queda sin retransmisión oficial. Este permiso se negocia caso por caso e incluye compromisos técnicos mínimos —como garantizar la retransmisión íntegra de las galas— y el pago de una tarifa que, a diferencia de la cuota de participación, es más parecida a un canon por derechos audiovisuales.

El proceso se desarrolla de forma interna: la cadena interesada presenta su propuesta, la UER analiza solvencia, cobertura y garantías editoriales, y solo entonces decide si otorga la emisión. Si hay varios interesados, no se organiza una subasta pública; simplemente se negocia con quien ofrezca mejores condiciones de estabilidad y difusión.

 

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