Los Pelochos hacen mantoning mientras advierten que van a comenzar a jugar

Por fin lo que era un secreto a voces ya está confirmado: Gran Hermano termina dentro de tres semanas, posiblemente, el día 13 de junio. La razón siempre ha sido la misma: el inicio de la Copa Confederaciones que transformará por completo la parrilla de la cadena desde el día 17 de junio. Y como consecuencia del fin, se acelera el juego, eso sí, no como estaba previsto, sino con doble gala semanal (¿Que más da quemar el formato si es muy probable que no vuelva nunca?).

Así, desde el próximo lunes, Gran Hermano ocupará tres noches de la parrilla de Telecinco: los lunes, los martes y los jueves, y volverá, mucho más debilitado que se fue, a un día que no le ha funcionado, y en el que se encontrará, nada menos que con Águila Roja (este movimiento, por cierto, podría cambiar los planes de Antena 3, y llevarse El Número 1 a los lunes para proteger la segunda temporada de Once upon a Time en los jueves).

Y es que, como el programa ya está muerto, que más da rematarlo del todo (evidentemente, da, y mucho. Un formato en continuidad, como es Gran Hermano, no puede verse a saltos, y si el público se desengancha el lunes, no volverá el jueves, sobre todo si las tramas son tan emocionantes como las que hay ahora mismo en la casa). Además esta decisión significa un cambio en la prevista estrategia de dobles expulsiones, augurando galas soporíferas, sin contenido y sin entrevista muchos de los días (a los pocos que quedamos: aguantad, que son sólo tres semanas).

La salida de Saray (esta misma noche), la de Sonia (la semana que viene), y las de los Gemelos, Susana, Igor, Kristian y Desi, son las únicas que pueden tener algún interés, junto a otras totalmente prescindibles. La recta final, salvo que nos sorprendan con una mecánica a lo +1, estará llena de días sin contenido (como los que llevamos esta semana), y de galas aburridas, en las que sólo Mercedes Milá tirará de un carro que se niega a moverse (de hecho sí se mueve, pero hacia atrás: el martes el Debate perdía otro medio punto de share frente al ascenso imparable de un MasterChef que ya supera el 17%. Por si fuera poco, a Gran Hermano le ha salido un duro rival en las madrugadas, ya que también Made in Spain sube sus datos de la semana pasada).

Así las cosas, la Gala de esta noche se presenta centrada en la entrevista con Saray (que será lapidada públicamente por sus carantoñas al Pelocho y sus juegos manuales con Carlos, además de enfrentarse a la novia de Iván, Fani). Con estos mimbres, el programa ha decidido currarse más bien poco la gala, en la que entrará Mercedes Milá (probablemente, ahora sí, para contar a los concursantes en qué consiste la recta final); actuará Juan Magán (para dar tiempo a la presentadora a volver a Fuencarral desde Guadalix); y el público, por primera vez en la historia, será el encargado de dar tres nombres y tres razones.

Y precisamente esta decisión es lo que más ha movilizado a los fans durante la jornada de ayer. Ahora son las plataformas (wallistas y susanistas, basicamente), las que están ideando una estrategia, buscando expulsar, o salvar, a quien más le pueda interesar a sus favoritos. De tal forma, los Susanistas planeaban anoche subir a la palestra a Susana, Kristian y Raki, para asegurarse la expulsión de la canaria; mientras que las Wallistas podrían decantarse por Susana, los Gemelos e Igor, para deshacerse del vasco. Sin embargo, y por suerte, las plataformas no han contado con el elemento más importante: el público del programa, que podrían (ya lo dejaron claro la semana pasada), nominar a Sonia, Igor y los Gemelos.

En cualquier caso, todo apunta a que la más nominada, y probable expulsada el próximo lunes sea Sonia, la concursante canaria que ayer protagonizaba un mantoning con su Pelocho, tras reconocer que se pasó de la raya durante la cena (el programa pretende rellenar dos galas, el debate del martes y la de hoy, con lo ocurrido durante la noche, por lo que todo apunta a que no lo hemos visto todo). Sonia, idolatrada por el Wallismo, se marchará a la calle, y lo hará después de que su padre incendiase las redes sociales con un sorprendente mensaje en Twitter dedicado a Belén Rodríguez: “Así has conseguido tu ciertos trabajos?”, sobre la foto de dos hienas en actitud cariñosa. La foto no dejaba indiferente a nadie, y revolucionaba Twitter. Por cierto, en un sorprendente ejemplo de simbiosis, Sonia hablaba ayer de hienas, durante una pelea por las magdalenas (os lo cuento en un rato).

Además, todo apunta a que la de Mercedes Milá no será la única visita sorprendente de la noche. Como parte de la prueba semanal (de la que ahora os hablo, y que me encanta, por lo que tiene de autohomenaje a una productora que fue tanto), los concursantes tendrán que quedarse congelados en determinados momentos, unos momentos en los que ocurren cosas extrañas dentro de la casa. Los concursantes, y creo que han dado en el clavo, sospechaban que la finalidad de ese requisito no era otro que enfrentarles con el polémico payaso del año pasado. Eso sí, Desi ya ha advertido: “como me tire una tarta me lo como”.

Y mientras todo esto se prepara en Fuencarral, en Guadalix la vida es mucho más tranquila: las partidas de billar se suceden mientras los concursantes comienzan a alterarse. El falso buen rollo está dejando paso a las estrategias, y, por fin, parece que algunos se han dado cuenta de que, dentro de tres semanas, uno de ellos tendrá el maletín. Así el día de ayer estuvo plagado de encontronazos: Susana con Kristian y con Raki, por culpa de los turnos de fregar los cacharros; Kristian y Sonia, por todo en general; y la casa entera por culpa de unas magdalenas. Recopilo datos del pasado: desde hace más de un mes, Pelocho y señora saquean la despensa mientras los demás duermen, y, aunque han tardado en darse cuenta, los demás ya lo han notado.

Ayer la bronca se montaba por unas magdalenas, aunque sirvió para sacar a relucir que faltaban más cosas. Precisamente uno de los mas beligerantes fue el propio Kristian (al que la palabra hipocresía le debe sonar a chino). Pero su estrategia puede tener las horas contadas, pues Igor ya ha advertido: “vengo de fuera y se quien es el ladrón”, decía para el que quisiera escucharlo. Las miradas del Pelocho y de su grupo se dirigieron a Nacho, que, por supuesto, no pudo defenderse ya que las acusaciones se hicieron a su espalda. Más cosas de Kristian, que se que es un tema que os gusta: decía que nadie sabe cómo será la recta final del concurso, pero eso no es cierto: el Pelocho (que debería montar una consulta de adivinación cuando salga) advertía a su chica “a partir de ahora las galas van a ser de flipar”.

Cambiando de tercio, el que sí sabe cosas del exterior, porque acaba de entrar (también Juan Carlos, pero se pasa el día tumbado en la cama, o tomando el sol) es Igor, y en la fiesta del martes les insinuaba a los Montoya que su tercer hermano, Fernando, había tenido un affaire con Laura Campos.

Igor continúa consolidando la alianza con Álvaro y Desi, y ayer por la tarde tenían una interesantísima conversación sobre la distancia generacional que les separa del resto de concursantes (lo decía hace unos días y me reafirmo: me encantaría que estos tres fueran los finalistas), y es que el fin del juego está muy cerca, y los concursantes por fin se han convertido en jugadores: los Pelochos hablaban de la estrategia seguida por Susana y los Gemelos para evitar que saliesen nominados, y fraguaban una alianza para hacer algo similar, si llega el caso (lástima que las estrategias lleguen justo cuando no van a servir para nada, porque el poder de la nominación esta vez está en manos de la audiencia).

Y en medio de esta calma que, ahora sí, parece ser el preludio de la tempestad, ayer tocaba resolución de la prueba semanal, que, evidentemente, no está superada. Y no es para menos: a pesar de que la prueba no era difícil, los concursantes se han pasado por el forro las normas de circulación, saltándose pasos a nivel, no respetando los cedas, etc. Por eso, han cometido más fallos de los previstos, y esta semana no tendrán comida (es un decir, ya sabéis lo que ocurre...). Espero que Mercedes Milá haga algún tipo de referencia a ésto cuando entre y les quite los puntos del carnet, porque no es de recibo: era una prueba solidaria, que buscaba concienciar a los españoles de la importancia de las vías verdes, y, por qué no, enseñar normas de circulación, y en lugar de eso han optado por transgredirlas.

En cualquier caso, la vida sigue y a prueba muerta, prueba puesta. Los concursantes ya han comenzado la nueva prueba semanal que va a hacer las delicias de los nostálgicos: Gran Hermano homenajea al extinto “Supermodelo” que organizó Cuatro hace unos cuantos años (por cierto, con resultados de audiencia más que discretos), y lo hace convirtiendo la casa de Gran Hermano en el plató del concurso: clases de modelaje, body painting, andar con tacones, desfiles por pasarelas (enorme Mari Ampa), y valoración diaria de un jurado experto, el fashionista, que irá cambiando cada día.

He de decir que la prueba me encanta. Es un perfecto autohomenaje a una productora que lo ha sido casi todo en el mundo del reallity en España, y que verá como su formato estrella se va por la puerta de atrás. Propongo desde aquí que el resto de pruebas que quedan hasta el final de la edición sean también homenaje a la productora, con pruebas inspiradas en “La Cocina del Infierno”, “Fama” o “Circus” (los homenajes a “Confianza Ciega”, “Curso del 63”, “Las joyas de la Corona” y “Libertad Vigilada” son más que notorios), y además, permitirá que haya movimiento en la casa, impidiendo que se pasen el día durmiendo, leyendo o jugando al billar.