El concurso pierde la mitad de los comentarios conseguidos hace una semana en redes sociales

En una noche en la que es, simplemente, impresentable que las cadenas españolas hicieran caso omiso de lo que estaba ocurriendo en Boston, Anabel abandonaba la casa de Gran Hermano, expulsada por un 54,3% de los votos, y en una de las expulsiones menos creíbles de la edición. El programa, para salvar a los Gemelos Montoya, no dudó en esconder los vídeos de lo ocurrido anoche para emitirlos cuando los teléfonos ya estaban cerrados, en una de las maniobras de manipulación más descaradas de la edición (no fue la única, pero luego lo cuento en el post de nominaciones).

Anabel se marchaba, contra pronóstico, contra los hermanos de Sevilla, que volvían a demostrar que en su vocabulario no se encuentra la palabra respeto: gritos de alegría absolutamente impresentables en el momento de la salida de su compañera para seguir incrementando la imagen pésima que se están labrando en el exterior, y de la ya tienen una pequeña noción.

Incluso la propia presentadora no dudó en enfrentarse a la dirección del programa afeando en directo uno de los comentarios más repugnantes hechos en el programa. Gonzalo no dudó en comparar el olor de Anabel con el de las favelas de Brasil, ante lo que Mercedes Milá le recriminó su actitud tachándola de clasista.

El encontronazo que, sin duda, tuvo repercusiones durante la publicidad, fue silenciado a golpe de pinganillo, si bien la Milá no dudó en declararse en rebeldía negándose a leer el cue en varias ocasiones a lo largo de la noche (si lo que quería era dejar claro el escándalo en que se está convirtiendo esta edición que se hubiese hecho un Pepe Navarro en la expulsión).

La entrevista con Anabel dio muy poco juego. Los vídeos sobre las críticas de sus compañeros perdieron toda la fuerza tras haber confesado anoche, y el único encontronazo lo tuvo con Iván a costa de un comentario que la chica negó haber hecho.

Y al margen de eso, la noche no fue nada bien en share social: el programa nunca superó el 70% de share, perdió la mitad de tuits de los que consiguió la semana anterior, y permitió la subida de Splash, que llegó a estar por encima del 20%. Sin embargo, esta noche los datos de share social son muy poco significativos, ya que la actualidad, aunque a las grandes cadenas españolas no les importase, estaba en Boston.