La torrejonera es víctima de una encerrona de sus compañeros y al final termina confesando y abandonando el plató impotente

"La única distancia entre mi marido y yo son los kilómetros que me separan de Chipiona" así de clara se mostró Rosa tras la información ofrecida por Kiko Hernández en la que aseguraba que estaría pasando un momento crítico en su pareja. "Es falso, que yo sepa estamos estupendamente, mi marido está con mi chiquitín" se resistía a admitir los más que fundados rumores que aseguran que Amador está pensando si dejar o no a Rosa.

Pasados unos minutos de tregua, Mila Ximenez y KIko Hernández pasaron a la acción y encerraron a Rosa en un maremagnum de informaciones y acusaciones que terminaron por minar su confianza y confesar. Al parecer, vuelven a hacer uso de informaciones privadas fruto de las buenas relaciones de la pareja para dar más morbo si cabe al programa. Rosa aseguró que Mila lo sabe todo porque se estuvo mensajeando con Amador, según la colaboradora, Amador lo está pasando muy mal y hay quien asegura que nadie le había visto nunca así. Rosa mostraba una frialdad pasmosa y solo se atrevía a decir que no sabía que le ocurría a su marido mientras se derrumbaba y lloraba de impotencia abrazada a Paz que no dudaba en meter el dedo en la llaga consiguiendo que Rosa contara la historia.

Sus queridos compañeros, seguían con su estrategia y por una parte se acusaban mutuamente de traicionar a Rosa y filtrar cosas privadas y por otra se unían como una piña en su dolor y no dudaban en consolar a su amiga que no paraba de gemir amargamente.

En su barrio casi todo el mundo sabía que la relación entre ambos no iba viento en popa. Antes de la marcha de Rosa a "Supervivientes" ya se hablaba de crisis en la pareja y el viaje de la torrejonera no hizo sino acentuar los problemas de pareja hasta el punto de casi tomar la decisión de separarse. "Amador se siente solo" no paraba de repetir Mila mientras Rosa recriminaba a su marido esas declaraciones y le reprochaba que ella también se sintió sola durante el concurso. Celos, mentiras, reproches y un problema serio de confianza que arrastran desde hace años puede acabar por dinamitar una pareja que ha dado como fruto cuatro hijos.