El programa enseña en directo el número de móvil de la novia de Esteban, y ésta no le coge el teléfono

Cuando creíamos que el lunes habíamos visto todos los tópicos reunidos en una misma escena (la ducha de chocolate de Noemi), Campamento de Verano volvió a sorprender montando un desfile del Orgullo para recibir a Víctor Sandoval El ex de Nacho Polo entraba en el recinto a bordo de una carroza, y rodeado de gogós y drags tan solo 24 horas después de que se les acusase de machistas y cosas peores tras la dulce ducha de Noemí Merino.

Y es que la noche del lunes terminaba con un gran cliffhanger que convertía al programa en Trending Topic durante toda la noche. La “hot shower” de Noemí revolucionó las redes sociales, donde se criticó con dureza al programa por los dos elementos que componen una de las imágenes más polémicas del programa (por supuesto, con permiso de Lucía): el hecho de duchar con chocolate a alguien alérgico, y el propio “premio”, considerado por muchos absolutamente denigrante para la imagen de la mujer.

Sobre el primer asunto, el verdaderamente grave de esta historia, el programa tendría que haberse informado sobre el estado médico de la concursante, bien haciendo un chequeo, que es lo normal en un formato reallity; o bien, llamando a su familia para preguntarles si se podía o no hacer lo previsto. O, simplemente, viendo GH 13, donde a la concursante, el día de su cumpleaños, se le hizo una tarta sin chocolate por su intolerancia al dulce elemento. Sabiendo que la intención del programa era hacer espectáculo, sin más, la frase “su postre favorito” no tiene la menor importancia, pero por el devenir de los acontecimientos podría ser un ejercicio de sadismo al nivel de los programas japoneses (también a Víctor Sandoval pretenden rodearle de arañas para que supere, a gritos, su aracnofobia).

El segundo asunto, mucho más fácil de vender por su tinte demagógico, la propia prueba tenía un fuerte componente machista, que el programa debería haber valorado antes de hacerlo, sobre todo si la protagonista no tenía ni idea de lo que iba a suceder. Convertir a una mujer en plato de comida sin su consentimiento es, absolutamente reprobable, por lo que tiene de humillante, degradante y antediluviano, pero el comportamiento del presentador (voz del programa), tras las quejas de la concursante son, simplemente, impresentables.

Por eso, y sabiendo que habían metido la pata hasta el corvejón, Sálvame no hizo ninguna mención al asunto que seguía convirtiendo al campamento en lo más buscado de la jornada, aunque sí se habló largo y tendido del concurso. Y es que el argumento de que la ducha no era apta para el horario infantil se viene abajo cuando dedicaron casi una hora a debatir largo y tendido, y en horario infantil, sobre las aventuras cinematográficas de Doña Croqueta y el Futbolines, por cierto, con pelos y señales.

Por la noche el programa comenzaba de la única forma posible: pidiendo mil perdones a una Noemí vejada, humillada y denigrada la noche anterior. Además, el programa, probablemente para que se calle, le dio un gran premio: una semana de surf con el compañero que desee, y lejos del campamento.

Eso sí, el asunto ya ha comenzado a tener consecuencias, de momento, solo en el ámbito del concurso, pero veremos hasta donde llega: las noemistas, desaparecidas desde que hicieron ganadora +1 a la canaria, volvían a la vida para defender a su diva, que, si no abandona, es ya la virtual ganadora del juego. Y como no hay mal que por bien no venga, el programa pudo, por una noche, prescindir de Lucía Etxebarría a la que ayer Sálvame limpiaba de forma evidente su imagen al mostrar imágenes de su casa colgadas por la autora y que demuestran ser un sitio habitable).

Cerrado el capítulo Noemí (espero que lo reabran con la indignación de sus familiares, la entrada de Fael, los insultos de las noemistas, o alguna denuncia pública de asociaciones de mujeres), el programa se centraba en la llegada de Víctor haciendo publicidad de una conocida discoteca. Tras poner patas arriba el campamento, y descubrir el “regalo” que le habían dejado sobre la cama (por lo que decía Víctor, que se ha convertido en un experto en el tema, la araña no es autóctona de los montes de Gredos, sino importada por el programa), Sandoval se convertía en el alma de la fiesta drag que intentará dar algo de vida al juego. El que fuera prostituta en la Roma Antigua, llegaba al campamento con un gesto que da una imagen clara de sus preferencias: saludaba antes al perro de Esteban que a los concursantes.

Precisamente Esteban era el último argumento del programa de prime. Tras volver a dar a entender que ha pasado algo entre el Gandia Shore y Gaby, el programa le permitía llamar a su novia, eso sí, por aquello de seguir con el estilo suprareallity, justo antes enseñaban a cámara el número de la interfecta. Ante el previsible aluvión de llamadas recibidas, la chica de Esteban optó por apagar el móvil impidiendo la comunicación con su chico, una comunicación que se produjo justo al final del programa, y sin tiempo para escuchar la conversación.

Por cierto, Gaby, al darse cuenta de que la estaban utilizando, montó un pollo importante en medio de la gala, si bien el programa, con buen criterio, decidió pasar olímpicamente de Doña Croqueta. Eso sí, la conexión con la bronca sirvió para desenmascarar al destinado a ganar el programa y que, después de esto puede tenerlo muy difícil: Pedre reconocía estar fingiendo en el concurso, afirmando que no es así fuera (recordemos que Pedre tiene pasado como actor, al igual que gran parte del elenco del Príncipe para Corina).