La noche terminó con una verbena de San Isidro

Un día más en Guadalix, y, por suerte, un día menos para el final, y dentro, muy poco que comentar (luego os cuento lo más destacado). Por suerte para esta Choni, fuera las cosas están mucho más animadas, con una nueva amenaza de boicot, esta vez de la AppGrid, por parte de las Susargistas, y con una polémica acción dentro de la casa que puede dar lugar a todo tipo de interpretaciones (y ninguna deja en buen lugar al programa). Pero vamos poco a poco.

La Gala del jueves (por cierto, con un seguimiento algo inferior a la de la semana anterior, que se notó, sobre todo, en la Casa en Directo, con ocho décimas menos, y en el previo, que no pasó del 12% de share, frente a un Festival de Eurovisión que rozó el 3%, un Cuéntame intratable con más de un 21%, y un Chicote por encima del 11%. En espectadores tampoco le fue tan bien como pudiera esperarse, bajando de la cota psicológica de los dos millones y medio, casi la mitad que los Alcántara, y un poco más que la Pesadilla de Chicote) sirvió para darnos a conocer una aplicación destinada a acabar con el control de las carpeteras sobre el programa, pero, como cualquier teórico de la comunicación sabe, cuando se pone una tecnología en el mercado, está abierta a todos, y ese reducido grupo capaz de modificar la voluntad popular ya ha descubierto como funciona la AppGrid.

Las Susargistas han iniciado una campaña que dará comienzo esta misma tarde, por la que buscarán boicotear todas las iniciativas que se propongan desde el programa. La intención es bastante sencilla: a todas las preguntas de la Aplicación responderán con un “Argi readmisión”, y, al responder a la valoración de distintos aspectos del programa, puntuarán muy bajo a todas aquellas respuestas en que no aparezca Argi.

Del mismo modo que ya advertí en su momento del arma de doble filo que podían ser este tipo de campañas, los promotores de las mismas deberían darse cuenta de lo que están haciendo. Si la cadena observa una contestación masiva a una decisión que no tiene marcha atrás posible (las audiencias de la cadena, los informativos, y, sobre todo, la imagen exterior, ha mejorado sensiblemente) dará carpetazo definitivo a una de las pocas ideas que pueden resucitar un formato que, ahora mismo, se encuentra en coma inducido.

Si la productora piensa que va a torcer la decisión de una cadena por lo que opine un segmento de la población a la que no va dirigida la mayor parte de la publicidad de la cadena, es que no tienen ni idea de con quién están jugando, y deberían aprender que en este juego tienen todas las de perder, sobre todo tras comprobar los buenos resultados que está consiguiendo el mismo equipo de profesionales que cierta productora expulsó por no ser rentables.

En cualquier caso, y al margen de la guerra Susargista (ayer volvieron a hacer Trending Topic a Argi durante todo el día), las redes también se revolucionaban por un sorprendente episodio vivido en las primeras horas tras la entrada de Igor. El vasco, con la cámara de la Casa en Directo enfocándole, entregaba a Kristian algo en secreto que hacia iluminarse la cara del Pelocho (la versión oficial habla de que era un paquete de chicles, pero con todo lo que ha pasado esta edición, sobre todo en referencia a este concursante, es, cuanto menos, poco probable).

La entrega del objeto se producía 24 horas después de que Igor y Kristian tuviesen su encuentro en el confesionario del jacuzzi, un encuentro que también dio mucho de que hablar. Os transcribo literalmente lo que ocurrió (hay un vídeo por ahí de la emisión 24 horas): Igor estaba hablando con Kristian cuando le dice: “¿Sabes que hay mucha gente fuera que te apoya, verdad?. Tu familia y tal...”, ante lo que el Pelocho no entendió a que se refería. Igor fue más explícito escribiéndole algo en el suelo (que la cámara no captó), pero que transformó por completo la cara de Kristian. “algo me había contado Juan Carlos”, dijo el Pelocho. Igor terminaba esta críptica alusión con un gesto muy ostensible con los ojos en que señalaba al Pelocho a la pared de la casa. (Insisto, sacad vuestras propias conclusiones. Yo tengo muy claras las mías). Siguiendo con la familia de Kristian, durante la madrugada del miércoles, Sonia y él hicieron recuento de sudaderas, recordando que una “se la dimos a Lara” (Pues eso: blanco y en botella).

El momento chicle revolucionaba las redes sociales, provocando, sobre todo, por parte del sector wallista, la petición de expulsión del concursante repescado por transmitir información del exterior (sin ánimo de ser polémica, recuerdo a este sector que su protegida utilizó un código de ropa para comunicarse con el exterior que no tuvo consecuencias; forma de comunicación que, tras romperse, dio lugar a la llegada de los ángeles con megáfonos).

Al margen del exterior, la vida en la casa continúa (más o menos), y lo hacía en la noche del miércoles con una sorprendente bronca entre Yessi y Nacho a costa de Saray (la propia presentadora, al día siguiente, recriminaba a la concursante que sólo lo hicieron para conseguir un vídeo). Os cuento todo y luego valoramos. Nacho, Yessi y Álvaro estaban hablando sobre la poca integración que les dejan los veteranos, que se creen dueños y señores de la casa, y planteando, aunque de aquella manera, una necesaria alianza de nuevos para evitar saliendo uno detrás de otro. En especial Álvaro criticaba la actitud de algunos concursantes nuevos (no dijo nombres, pero se refería a Saray y Nacho), que forman parte del “club de fans” de cierto concursante con el pelo alborotado.

El pollito volador siguió afirmando, ahora sí, con nombres, que Nacho se relaciona poco con la casa, ante lo que el catalán aseguraba que no le gustaba cuchichear. Yessica saltó en ese momento espetándole dos episodios en el que el baloncestista sí cuchicheó: una vez malmetiendo entre Yessi y Desi, y otra vez, a costa de un comentario de Saray. Yessica se fue encendiendo poco a poco y discutiendo consigo misma (de una forma bastante teatralizada, las cosas como son), y ante un Nacho que no entendía la gravedad del comentario. Yessi se marchó muy enfadada, para volver a los pocos minutos y fundirse en un abrazo con el catalán, que le dijo “me ha encantado tener esta bronca contigo” (¿creerá que le va a servir para un Deluxe?). Al día siguiente la discusión estaba olvidada, y los dos concursantes pasaron el día mucho más juntos de lo habitual, incluso bromeando sobre cuanto le pagarían a Yessica por hacer un Interviú.

Al margen de ellos, otros concursantes también se pasaron el día de la gala conspirando: Susana y los gemelos se pasaron la tarde haciendo cálculos de a quien nominar para salvar a los sevillanos de la nominación. Tras muchos cálculos llegaron a la conclusión de que la única forma de salvar a los Montoya era ir a por Nacho (como así hicieron por la noche). Sonia, que les vio haciendo cuentas, empezó a pensar que iba por ella, y repitió a la de Murcia “llevo mucho tiempo sin nominarte” (vale que en la casa todo se magnifica, pero dos semanas no es mucho tiempo) para evitar los puntos de Susana, y, por ende, de los Gemelos. La estrategia funcionó, ya que Susana no la nominó, aunque ella sí le metió un punto a la murciana.

Y es que la forma alternativa de interpretar la realidad de la canaria empieza a recordarnos a la enorme Noemí Merino: después de afirmar que había pedido al Gran Hache un mensaje de la sobrina de Kristian a cambio de salir nominada, la concursante ha cambiado de versión dos veces en menos de 24 horas: en primer lugar afirmó que lo que había pedido era un mensaje de su padre, mientras que ayer explicaba que el verdadero deseo era una cena romántica con Kristian (como podéis ver, deseos para todos los gustos, aunque no tenemos ni idea de cual, si es que alguno lo es, es real).

Y al margen de esto, la vida sigue: Igor ya ha limado asperezas con los Gemelos (en realidad fueron ellos los que cambiaron por completo de actitud al ver al vasco entrar por la puerta); la nueva compra semanal más toda la comida del apartamento ha provocado que, por primera vez en la edición, la despensa de la casa esté totalmente repleta; y, para dar sentido a lo del vértigo, la nueva prueba semanal vuelve a consistir en dar vueltas a un circuito, esta vez, en bicicleta (estos chicos van a salir con complejo de mulas). Por último, la noche terminaba con una gran verbena en honor a San Isidro que no dio demasiado de sí.