El programa olvida lo ocurrido el sábado pasado y vuelve a meter alcohol en la casa

Si en la anterior entradilla decía que el hombre es el único animal capaz de tropezar dos veces con la misma piedra, hoy no puedo menos que reafirmarme: después de todo lo que ha sucedido, a todos los niveles, como consecuencia de lo ocurrido el pasado sábado, Gran Hermano no sólo no ha expulsado a los gemelos, sino que ayer mismo volvió a meter alcohol dentro de la casa.

Parece que los responsables del programa y de la cadena son incapaces de entender las indirectas, y ayer tuvieron dos muy claras: por la mañana el Ministerio de Industria anunciaba el comienzo de una investigación sobre programas que se emiten en horario superprotegido y que no se ajustan a los contenidos de ese horario. En concreto se hablaba de Sálvame y de La Que Se Avecina, pero alguno más debería darse por aludido. La segunda indirecta llegaba por la tarde, cuando Ana Mato anunciaba la elaboración de una nueva Ley de Protección a la Infancia de los efectos del alcohol, una Ley que restringirá de forma directa todo tipo de publicidad que pueda incitar a los menores a consumir alcohol. Con semejantes mimbres, lo lógico hubiera sido que el programa dijese que se acabó el alcohol en las fiestas del programa, y que los gemelos Montoya están expulsados, pero ni una cosa ni la otra. El programa sigue empeñado en mirar para otro lado, hasta que le obliguen a dejar de hacerlo.

Al margen de esto, el programa continuaba, y lo hacía con una buena noticia: la expulsión de Miriam consiguió, por fin, que la audiencia de Gran Hermano superase el 20% de share, y rozase los tres millones de espectadores ante un Splash totalmente hundido con un 12% de share. Sin embargo, no todo son buenas noticias: a pesar del colchón de la gala, y de lo animada que estaba la casa tras la despedida de Miriam, La Casa en Directo bajó su audiencia de la semana anterior (¿será un toque de atención de una audiencia que se siente engañada, otra vez, por un programa incapaz de cumplir con el papel de referente social que tiene?).

Termino esta triada de noticias del exterior con, como no, Twitter. Anoche el programa volvió a ser Trending Topic, aunque no por ninguno de los concursantes, sino por una historia que comenzaba hace un año. María y Hugo, una de las parejas de la anterior edición, cumplían su primer aniversario, y las carpeteras que les apoyaron en el concurso no dejaron pasar la oportunidad de recordar sus mejores momentos. Tanto es así que el propio Hugo, en su nombre y el de María, colgaba una foto de los dos que enloqueció a sus fans.

Y ahora sí, vamos al interior de la casa. Recuerdo que habíamos dejado, la noche del domingo, a los Pelochos preparando un ataque directo contra Raki, ataque que, tras el paréntesis de la noche de nominaciones, continuaba anoche. Sonia primero, y Kristian después, recriminaban a la catalana que prefiriese estar con los nuevos antes que con ellos, ante lo que Raki se puso a llorar (provocando, todo sea dicho, una escisión en las Pelochas, que ahora no saben a quién apoyar). Esto era el final de una trama que comenzaba unas horas antes. Las sospechas de que Raki pudiera ser favorita que escucharon los Pelochos de boca de Anabel y Desi cuando pensaban que no les escuchaba nadie, han puesto en el punto de mira de la pareja a la catalana, y la cosa no hacía más que empeorar al comprobar como Iván no ha dudado un momento en hacer piña con la chica.

Sonia y Kristian, que ven como su grupo se desmorona (y siguen pensando que están en la carrera por el maletín), intentan hundir a la chica, a la que perciben como favorita (todo sea dicho. Esa actitud de los Pelochos está convirtiendo a Raki en una perfecta víctima, y si siente que la están dando de lado, podría refugiarse en el susargismo decantando definitivamente la balanza de grupos). En cualquier caso, la regañina terminaba como todas en las que participa Kristian: con un abrazo y unas palabras cariñosas que pueda recoger la cámara.

Más cosas: la mañana del último día de Miriam en la casa comenzaba con su ritmo favorito (digo mañana por decir algo, ya que la música comenzó a sonar a las dos de la tarde): el Gangman Style, que sonó durante cuarenta y cinco minutos hasta que los concursantes decidieron levantarse.

La nominación de los gemelos también revolucionó la casa, pero en un sentido que desde fuera es imposible entender: Argi se sentía responsable de lo ocurrido el sábado y pedía su nominación disciplinaria (sinceramente, espero que esta actitud de Argi se deba única y exclusivamente al juego, porque si fuera de la casa es igual, puede tener muy serios problemas).

Desi no dudaba en posicionarse con los gemelos contra Argi, y lo hacía declarando prácticamente la guerra a la vasca: “Espero salir el lunes, porque si no, que se prepare” (No se si soy la única que lo piensa, pero me da la impresión de que este enfrentamiento con la favorita sólo busca su expulsión cuanto antes para poder enfrentarse con Antonio Tejado en un Deluxe).

En cualquier caso, la sevillana pasaba a la acción a la mañana siguiente: Argi ha pedido a todos sus compañeros que su comida se la pongan separada, pues no le gusta que se mezclen los sabores de los alimentos. Desi, que esta semana es la cocinera, decidió que ella no era Arguiñano, y le puso todo junto, ante lo que, una vez más, Argi se quedó sin comer. En honor a la verdad hay que decir que los demás tampoco comieron demasiado, ya que parece que las dotes culinarias no están entre las cualidades de la sevillana.

Momento carpeta, o algo parecido: Susana sigue tonteando con Gonzalo, aunque insistiéndole en que no pasará nada dentro de la casa (yo no tengo ni idea de como acabará esto, pero así empezaron los Pelochos). Como muestra, algunos pequeños botones: cuando Gonzalo se despedía de la casa antes de encaminarse a la Sala de Expulsión, se quedó literalmente pegado a Susana, que no quería soltarlo; anoche, además, y como parte de un juego para conseguir la fiesta francesa, Gonzalo dedicó un poema a Susana, pero esta no le correspondió, dedicando sus ripios a Argi. Gonzalo entró en cólera, repitiendo que lo hacía para dejarle mal delante de las cámaras, aunque (intuyo que pensando en lo que está pasando fuera), enseguida se le pasó y volvió a abrazar a Susana.

Antes de hablar de la prueba, hablo de los nuevos: Saray e Iván, de los que ya conocemos algo más de su historia: estuvieron juntos durante tres años, pero lo dejaron y al mes Iván empezó a salir con su actual novia, con la que lleva año y medio. La novia debería tener cuidado de lo que pueda ver en el Debate, ya que, y solo llevan 24 horas juntos, parece que el madrileño ha hecho muy buenas migas con la catalana... También Raki es la protagonista del expediente x de hoy: la chica afirmaba que ya sabía de que le sonaba la cara de Adrián. Según Raki, el chico participó en el concurso Fama A Bailar. Adrián ni lo confirmó ni lo desmintió, pero se rió... (para embrollar un poco más, aporto el dato de que Fama estaba producido por Zeppelin, la misma productora de Gran Hermano).

La prueba semanal es un auténtico tormento, pero para los oídos de los espectadores. Los concursantes tienen que aprenderse diez canciones y cantarlas cuando un jukebox que mueven ellos alcance la vuelta en la que suena,una de cada 222. Al final de la semana tendrán una actuación final con cinco canciones de las que dependerá el resultado de la prueba (no he comprobado cuales con las diez canciones que tienen que cantar, pero tiene toda la pinta de ser publicidad descarada del disco de Gran Hermano, que acaba de salir a la venta).

Termino con una frase de Anabel que resume perfectamente la forma de actuar de los de dentro y también de los de fuera: al descubrir el contenido de la alacena, la concursante no dudó en ponerse a cantar: “Alcohol, alcohol, hemos venido a emborracharnos y el resultado nos da igual”.