Dentro de la casa dan por hecho que Gonzalo y Carlos serán expulsados

Hasta cinco Trending Topic nacionales llegó a sumar en la noche del sábado Gran Hermano, y es que no es para menos: la salida de tono de los gemelos con Argi revolucionó Twitter y, probablemente, obligue al programa a tomar una drástica decisión, si no la toman los espectadores.

Nada más terminar el capítulo de Guadalix Shore, la red social pedía con claridad la cabeza de Gonzalo. El hastag #gemelosexpulsiondisciplinaria se convertía rápidamente en tendencia, y lo seguía siendo durante todo el día de ayer. Así, las cosas, el programa no podrá mirar hacia otro lado, y tendrá que tomar parte en una situación que nunca debería haberse producido.

Porque, aunque esta noche intenten vendernos que los únicos culpables de la situación son los Gemelos, lo cierto es que la barra libre de alcohol que tienen los concursantes tiene mucha culpa en lo que pasó. Este año, por culpa de las audiencias, el programa está pasando constantemente líneas rojas, bordeando el peligroso límite entre lo que puede y no puede hacerse por audiencia, y lo hace para levantar una edición que sólo ha remontado el vuelo cuando el programa ha retornado a su esencia, con la entrada de Desi y Anabel.

Lo vivido la noche del sábado es simplemente inadmisible en un programa de televisión, es el peor ejemplo que se puede dar a la sociedad española, y es, probablemente, una de las cosas más graves que han sucedido nunca en la casa de Gran Hermano. A otros concursantes se les expulsó por bastante menos, como Carlos Navarro, Gonzalo o la propia Indhira, y lo ocurrido no tendría que haber sucedido si el lunes por la noche se hubieran tomado medidas después de que Gonzalo diese patadas a un armario “hasta casi destrozarlo”, como el mismo se jactaba. El comportamiento del gemelo no es admisible en televisión (fuera tampoco), y debe ser castigado para evitar que vuelva a producirse. Pero del mismo modo, también deberían ser castigados aquellos que, en lugar de trabajarse un buen casting, con perfiles potentes y que choquen entre sí, prefiere dar todo el alcohol que quieran a los concursantes (lo ha reconocido el propio Kristian dentro de la casa), para que “pasen cosas”.

El alcohol, en pequeñas cantidades es saludable y desinhibe, pero en grandes cantidades saca lo peor de las personas, hasta el punto de llegar a los comportamientos bochornosos vividos en la casa. Gran Hermano es un modelo de conducta para toda una generación, y los responsables del programa deberían encargarse de eso mismo, ser responsables de lo que ocurre dentro de la casa, porque si no son ellos responsables, tendrán que ser otros los que lo hagan.

Obviamente, la bronca ha sido el tema del día, tanto dentro como fuera, pero, para los que no lo sepáis, os lo resumo rápidamente: el sábado por la noche comenzaba con el retorno de una trama olvidada por todos: la fallida nominación de Sonia a cargo del Susargismo hace dos semanas (fallida, porque ya se encargó el programa de cambiar las nominaciones para salvar a la doctora), una nominación en la que Argi, Noe y Susana intentaron convencer a los gemelos para sacar a la palestra a la canaria.

Estos comentarios provocaron que el Clan Igor dejase de lado a Carlos y Gonzalo, y acudiese al confesionario para pedir la salvación de Igor y Miriam. Cuando se enteraron los Montoya, montaron en cólera y acudieron a pedir explicaciones a las susargistas.

Los efectos del alcohol hicieron que Gonzalo y Carlos no tuvieran excesiva facilidad de palabra a la hora de pedir explicaciones, y se pusieron a gritar como energúmenos y a dar patadas a un puff. Gonzalo, además, salió gritando al salón, preguntando quien había dicho que ellos iban hablando mal del resto (fue Igor, pero a nadie pareció importarle). La bronca fue subiendo de intensidad, y terminó con Argi llorando mientras Gonzalo, fuera de sí, le gritaba barbaridades (Susana estuvo desaparecida hasta que las aguas se calmaron). La vasca se refugió en el hombro de Igor, que le propuso compartir cama con ella, y de Kristian, que no tuvo ningún problema en defender justo lo que había criticado unas horas antes. La noche terminaba con Susana tranquilizando a Gonzalo, mientras Argi se intentaba relajar compartiendo jacuzzi con Carlos.

Y a la mañana siguiente todo en la casa giró en torno a la bronca. Los concursantes dan por hecho que se van los gemelos esta noche, mientras que Miriam, que ya se veía en la calle, comienza a ver una posibilidad de escapatoria (hay que decir que la incertidumbre que tienen los concursantes dentro también la tenemos fuera. Si hasta ayer mismo parecía clara la expulsión de Miriam, ahora todo puede pasar, y dependerá del tiempo que el programa deje las líneas abiertas después de poner las imágenes de la fiesta del sábado, fiesta, por cierto, que se dio por terminada tras los gritos de Gonzalo).

Precisamente la más damnificada por la trama, Sonia, intentaba justificarse volviendo a la nominación fallida. Carlos le pedía perdón, y ella insinuaba que iba a nominar a Argi y Susana (es la principal damnificada, porque, o en la casa al menos se percibe así, ella fue la que comenzó la conversación que terminaba como terminó, por lo que tal vez pueda caerle algún punto del grupo susargista).

Aprovecho para volver a contaros como quedan las fuerzas tras la fiesta, porque ha habido movimientos. Sorprendentemente, la bronca entre Argi y Gonzalo ha provocado una mayor cohesión de los gemelos con el núcleo susargista, sobre todo, a través de Susana, y un mayor recelo de las intenciones del otro grupo, tras la tergiversación de lo ocurrido tres semanas antes. Así, el nuevo grupo en torno a Argi y Susana estaría formado por ellas dos, los gemelos, Adrián, Yessica, Desi y Anabel (aunque estas dos van por libre), mientras que el Clan Igor se reduce a Igor, Miriam, Sonia y Kristian. Parece que la bronca ha servido para darle por completo la vuelta a la tortilla, y convertir al grupo mayoritario en minoritario, y viceversa, por lo que, si hubiera estrategia, el susargismo podría subir a la palestra a tres personas de las cuatro del otro grupo (es algo poco probable, porque, si el Clan Igor es un grupo sólido y compacto, el otro es terriblemente endeble, y cualquier crisis lo puede afectar).

Eso sí, para crisis la que puede comenzar hoy mismo. Los concursantes han perdido la prueba semanal y no tendrán comida durante esta semana. Las razones, que la prueba era una de esas típicas de Gran Hermano que parecen fáciles pero son totalmente imposibles. Y es que ya lo han dicho en la casa “es muy poco habitual que en Gran Hermano haya tres semanas con comida”.

Y para terminar, hablamos de una carpeta que está a punto de cerrarse. Adrián, harto de no conseguir nada con Yessi, ya ha dicho que va a dejar de buscarla, y lo cumplía a los pocos minutos, invitando a su cama a Argi para que no pasase frío. Si me permitís voy a explayarme un poquito con Adrián, porque el sábado dijo algunas cosas que pueden cambiar la percepción del concursante. El sevillano medio insinuó que tenía novia fuera, por lo que sólo hay una forma de entender su actitud de acoso a Yessi (tal vez Adri y su chica quieran ser Dani y Eva, entrando en la casa, centrando el juego, y convirtiéndose en protagonistas de uno de esos triángulos que tanto gustan al programa. En serio, ¿es que no hay nadie de verdad dentro de esa casa? ¿Son todos montajistas profesionales para los que Gran Hermano no es una experiencia, sino una plataforma de lanzamiento? ¿Entre diez mil personas que se presentan al casting no hay uno solo que quiera concursar en un juego de estrategia y convivencia, y que no aspire a ser tronista o a hacerse un Deluxe?). Como la entrenadora no parece querer darle cuartelillo, intentará tirar la caña a alguna otra incauta, posiblemente una Susana destrozada tras la expulsión de Gonzalo, tiempo al tiempo.

Y así las cosas, esta noche la gala se presenta apasionante: expulsión, nominaciones, asunto Gonzalo, Miriam y Mike, y entrada de nuevos concursantes para hacer frente a un Splash que comienza su recta final esta misma noche.