Miriam celebró su despedida de soltera, mientras comienzan a configurarse nuevos grupos

Con algo más de retraso del habitual (la Semana Santa no es amiga de esta Choni periodista), repasamos lo sucedido dentro y fuera de la casa más famosa de Guadalix, y lo hacemos con, por fin, una buena noticia: el Debate de GH del pasado jueves batió su propio record, superó el 20% de share, y demostró que esta edición todavía puede salvarse. Eso sí, la audiencia se debe a que el programa comenzó 45 minutos más tarde de lo que hizo la semana anterior, ya que el número de espectadores es exactamente el mismo de siempre: algo menos de 1.300.000.

Y es que la nueva estrategia de Telecinco (los micro resúmenes, la repetición de los resúmenes de La Nueve, y hacer, de aquella manera, que los programas de la cadena hablen algo de Gran Hermano), están surtiendo efecto. Esperemos que la flor que está brotando (Choni Primaveral On) no se marchite con la llegada de la Semana Santa y su habitual caída en el consumo televisivo.

La llegada de Desi y Adrián ha supuesto un auténtico revulsivo total en el formato, por lo que el programa debería inventarse un nuevo giro de tuerca para evitar la salida de ninguno de los dos, que han sido sorprendidos casi in fraganti: os explico; como ya sabéis, la Casa de la Broma es un anexo a la Casa de los concursantes, y comparten, aunque con un muro de por medio, el jardín, que da justo a la Sala de Pruebas. Precisamente allí, en la Sala de Pruebas, los concursantes escucharon a alguien gritar como si le fuera la vida en ello: “Audiencia, no echéis a Juan Carlos, que voy a entrar yo a quitarle la tartamudez”, frase que les dejó impactados, y haciendo todo tipo de cábalas.

Por supuesto la autora de la frase no fue otra que Desi, el huracán sevillano que arrasará Guadalix el próximo lunes, y que, y aquí está la clave, es la encargada de leer los enigmas de la prueba a sus compañeros. Igor fue, como no, el primero en hacer la conexión entre las dos voces, después de que los demás especulasen con el retorno de Giuls. Sin embargo, quien se acercó al confesionario para destaparlo todo fue Susana, que no dudó en afirmar que había dos nuevos concursantes en el apartamento, que estaban entrando a robar, y que eran los que llamaban por teléfono.

Como tampoco se especificó cuáles serían las consecuencias en caso de ser descubiertos, el programa debería dar un giro de tuerca a las misiones y convertir el castigo en un premio: ya que los de dentro han criticado mucho la entrada de nuevos concursantes, por haber desvelado el juego, deberían entrar los dos a la casa, en lugar de uno elegido por ellos, como estaba previsto, aunque, eso sí, concursando en pareja (ya han demostrado sobradamente el feeling que hay entre los dos).

Y es que la de Sevilla es el auténtico aliciente para ver (y comentar) esta edición: fan de la Pantoja, quiere tener reses bravas como ella, y tiene un perro marrón para cantarle “mi pequeño del alma, con su piel de canela”; además, fue albañil, y afirmaba que se le caían los ladrillos con sus compañeros, y todas estas confesiones en el poco tiempo que nos permiten verla. Esta chica es oro puro, y debe entrar cuanto antes en la casa.

Pero no solo de Desi vive Gran Hermano. La historia de amor/juego/estrategia entre Igor y Miriam sigue subiendo de tono. Tras el streptease, la de Alicante pidió una despedida de soltera, ante lo que sus compañeros dijeron: “para qué, si no te vas a casar” (creo que Miguel tiene mucho que decir sobre eso).

En cualquier caso, la despedida se hizo, en formato de gran fiesta (la primera que de verdad puede llamarse así en esta edición), en la que todos desfasaron bastante. Como muestra un botón: en un momento determinado (la fiesta pudo seguirse casi íntegramente por Nueve), los chicos desnudos de cintura para arriba, bailaban el limbo mientras cantaban regueeton.

Han pasado muchas más cosas, como la trama entre Argi y Gonzalo, que espero contaros en el próximo post (si las procesiones me lo permiten), y que terminó con un amago de abandono de la chica; o el paso adelante casi definitivo en la relación entre Sonia y Kristian, pero hoy quiero dejar a un lado las carpetas y volver a hablar de lo que verdaderamente importa: la configuración de grupos y las estrategias de cara a la nominación.

Un asunto este último en que, una vez más, Noe llevó la voz cantante. Sonia y Raki hablaban de la existencia de un posible pacto de no  agresión entre Susana, Argi y Noe, un pacto de nominaciones en el que cada una elegía a un intocable, y las demás iban juntas a por el resto de la casa. El pacto, que, por cierto, parece haberse cumplido de momento, fue desvelado por Noe, que no quiere salvar a Igor, el intocable de Argi. El resto de no nominables por el trío (ahora mismo el grupo más sólido de la casa, a la espera de lo que suceda el lunes) son Sonia (o eso dice Noe, la que informó a la dentista de esta circunstancia), y Raki, intocable de Susana.

Tras conocer la información, Raki, que no sabe si Sonia le estaba proponiendo entrar en el complot o dinamitarlo, afirmaba que  ella nunca pactaría las nominaciones (tal vez porque el objetivo del grupo esta semana no es otro que Juan Carlos).

Por otra parte, Igor ya lucha abiertamente con el Pelocho por ser protagonista de la historia de amor de la edición, y lo hace haciendo suya la estrategia de los gemelos. Aprovechando su mayor edad y su experiencia global, el vasco aconsejaba a Kristian que no se preocupase por Sonia, porque fuera tendrá todas las chicas que quiera, ante lo que el Pelocho cayó de cabeza, afirmando que Igor tiene razón.

Por último, y muy brevemente, hablar de lo ocurrido anoche en el Deluxe. El programa comenzaba mucho más tarde de lo habitual, debido al partido de España, y lo hacía con la promesa de un gran enfrentamiento entre Iván y Lorena, pero, como ya viene siendo habitual en los formatos de La Fábrica de la Tele, se ninguneó descaradamente a los concursantes, hablando tres minutos de reloj de lo ocurrido en la casa.

Para intentar generar algo parecido a polémica, Mercedes Milá no tuvo problema en entrar en el barro y, a pesar de que había ido a hablar de su libro (un saludo, Francisco Umbral), acabó enfrentándose abiertamente con María Patiño y Jorge Javier, a los que recriminó, en un cruce de acusaciones con mucho trasfondo, que no todo vale para conseguir una exclusiva, y que la integridad personal y la amistad debe estar muy por encima de los logros profesionales. A todo esto, Iván y Lorena, a los que no dejaron meter baza en ningún momento, asistían como convidados de piedra a la bronca en el plató.