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16
Mar
2013
Gran Hermano 14 (GH 14): audiencias del debate, Susana, objeto del deseo, y los Idus de Marzo PDF Imprimir E-mail
Los Blogs del Telescopio - El Choniblog
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Los gemelos meten la pata, y toda la casa da a entender que conocen su secreto

Falsa alarma, al menos de forma oficial. Si Telecinco anunciaba haber comprado los derechos de emisión del partido de los lunes, ayer informaba de que su intención, insisto, al menos de momento (en televisión no hay nada seguro en la parrilla hasta tres días antes de la emisión), es transmitir los partidos por Cuatro. Eso es lo anunciado, pero puede ser una estrategia para que Antena 3 se confíe (la emisión de fútbol el lunes noche dinamitaría el mercado publicitario de esa noche), y no mueva Splash a otro lugar de la parrilla. Todo apunta a que este va a ser uno de los temas estrella de la Semana Santa, así que, de momento, ahí lo dejo.

El otro tema importante es la evolución del debate. De forma totalmente injusta (a pesar de las veces que lo he criticado como colaborador Frank Blanco me ha ganado como presentador), el público rechaza la figura del recién llegado. Si el primer y tercer debate, con Mercedes Milá superaron el 20% de share, los dos presentados en solitario por Blanco no lo han conseguido: el segundo se quedó en un paupérrimo 13% de share, mientras que el de anoche conseguía un 17%, con una caída de tres puntos en una semana.

Enseguida analizo más datos, pero antes quiero centrarme en el rechazo del respetable a los colaboradores que ocupan el puesto de presentador. Salvo honrosas excepciones (Jorge Javier Vázquez y pocos más), el colaborador que da el salto a la presentación de un programa tiende a fracasar estrepitosamente. Casos como el de Pilar Rubio, Anna Simón o Berta Collado, por ejemplo, demuestran que el público tiene cierta tendencia a buscar una continuidad en los roles conocidos. Del mismo modo que María Teresa Campos o Mercedes Milá no triunfaron como colaboradoras, tampoco tienen el mejor futuro aquellos que el público tiende a situar como escuderos de un tótem televisivo, y es una lástima, porque eso significa que nos perderemos grandes talentos televisivos única y exclusivamente porque hicieron un casting de colaborador en lugar de uno de presentador.

Pero volviendo a los datos fríos, el debate arrastró a José Mota a su mínimo de temporada, siendo superado con holgura por la imbatible Cuéntame. Además,  el programa volvió a dejarse 200.000 espectadores por el camino desde el pasado jueves. Y es que ya lo advertía hace una semana: si el Indhirazo de esta edición solo consigue un veinte, tenemos un problema. El programa hizo todo lo que pudo: noche de mensajes desde el exterior (que, por cierto, dieron mucho juego, como luego os contaré), fiesta romana, montaje de Dani, relación entre Igor y Miriam… pero, una vez más, el público dio la espalda al formato. Si la semana que viene los trampolines no sufren un descalabro (ya se está encargando Sálvame de alimentar el morbo con los presuntos líos de faldas entre concursantes), el futuro de Gran Hermano es muy, muy negro.

No obstante, intentemos mirar al frente, y regresemos al pasado. En concreto, a la noche de la fiesta romana. Habíamos dejado a los concursantes pasándoselo bien, bailando y bebiendo, y a Dani connfesándo a Gonzalo que conocía su secreto. Para despistar, y cumpliendo la promesa hecha al gemelo, Dani comenzó a esparcir el rumor entre sus compañeros de que el secreto de Montoya es que fue novio de Susana hace unos meses, versión que, por cierto añade más leña al fuego sobre el revolutum amoroso en que se ha convertido esa casa. Lo cierto es que el Montoya tampoco ayudó demasiado: con unas cuantas copas de más empezó a dar demasiados datos sobre su pasado, ante el terror difícilmente disimulado de Argi.

Ya durante la comida del día siguiente, el sevillano cometió un error muy difícil de justificar: afirmó que odia el puré, sin saber que su hermano se lo comió encantado hace unos días. Sus compañeros le hicieron ver el fallo de racord, pero no quisieron ir más allá, o tal vez sí: acto seguido comenzaron a hablar de la entrada de Edoardo haciéndose pasar por gemelos (es evidente que todos saben lo que está ocurriendo, pero de momento nadie se lanza a decirlo, para evitar las consecuencias). Tampoco ayuda demasiado a mantener el secreto que el de Sevilla no pare de preguntar por Kristian (se supone que no le conoce nada más que por televisión).

De momento, porque  un comentario de Gonzalo a Dani puede desencadenar la guerra. El sevillano le decía al DJ que sabía que le gustaba Susana, algo que el de Almería se tomó fatal, y amenazó con desvelar el secreto del pelirrojo.

Y es que Susana se ha convertido en esa casa en el objeto del deseo de los hombres. Recapitulemos: la chica se metió entre las sábanas de Dani a los pocos días de entrar, mientras Juan Carlos confesaba que le gustaba la de Murcia. Días después era Edo el que lanzaba la caña a Susana , si bien sin demasiado éxito, y esta semana son dos los moscones que tiene que apartar la de Murcia: Edo, que ha vuelto, y Gonzalo, el sevillano que juega a dos bandas en la casa (y que se ha integrado de maravilla en ella). Pero ninguno tiene la menor oportunidad, ya que ella solo tiene ojos para el DJ. Ayer mismo se lanzaba con una confesión que no hizo ninguna gracia a Dani: “Dani, creo que te quiero”, le soltó la chica dejando sin palabras al DJ.

La cosa no quedó ahí, pues la murciana quiso regalar un mechón de pelo al chico por si salen expulsados alguno de los dos este lunes, y afirmaba que ahora volvía a estar genial. (Parece que la estrategia de tener separados a los tortolitos ideada por el programa para Sonia y Kristian ha surtido efecto en otra pareja, complicando mucho más una relación ya de por sí embrollada. No sé por qué me da que Eva volverá a esa casa….)

Más cosas: no solo Susana centra las atenciones amorosas (y carpeteriles) en Guadalix. La casa se ha convertido en un coctel de hormonas  que parece a punto de explotar, aunque no está nada claro en que dirección lo hará. La destrucción de grupos del lunes pasado ha provocado la creación de nuevas alianzas, y, en casi todas ellas hay un interés que va más allá del juego. Así, tenemos a Sonia y Kristian como la pareja oficial de la edición; a Susana y Dani, como la pareja imposible; a Miriam, Igor y Argi, como el triángulo que es cuadrado; y a Juan Carlos, Noe y Raki como un triángulo en formación. Si les sumamos  las relaciones de amistad especial entre Gonzalo-Argi, Edo-Susana, Edo-Argi, Juan Carlos-Iván, y Gonzalo-Susana, tenemos una panorámica global del juego de alianzas que comienza a crearse.

Si os habéis  fijado, en la relación de interconexiones hay algunas de las que no os he hablado hasta ahora, y la razón es que los mensajes del exterior volvieron a dinamitar la convivencia. Vamos por partes: en el debate solo vimos algunos mensajes (los de aquellos que pretenden convertir en protagonistas de la edición) pero todos recibieron el suyo, y hubo para todos los gustos: Noe recibió un mensaje de su padre en el que le hablaba de su yegua, algo que la chica interpretó como una mala señal, ya que esperaba noticias de su Jairo; el mensaje de Igor llegaba desde sus compañeros de equipo, y tampoco gustó en exceso al de Bilbao, que esperaba algún tipo de noticia de su ex; Miriam, por su parte, recibió un mensaje que  no le gustó nada: lo firmaban sus clientas de la peluquería, en lugar de su prometido.

Las noticias del exterior, aunque fueran breves, cambiaron por completo la actitud de Igor y Miriam, que entendieron el mensaje como que su relación de amistad se estaba malinterpretando desde fuera, por lo que han decidido poner límites a sus muestras de cariño (una vez más el programa se encarga de dinamitar una trama de largo plazo buscando el efecto inmediato).

Y de una relación rota a otra que acaba de nacer de forma oficial: Juan Carlos sí disfrutó de su mensaje y se puso a llorar en los brazos de Raki. La conversación derivó en una auténtica declaración de amor: “si no tuviera novio fuera ya habrías caído. Me atraes mucho”, dijo al madrileño (que tartamudeaba más que de costumbre), para después afirmar que Noe se pone celosa cuando les ve juntos (durante esta conversación la princesa estaba durmiendo, por lo que no sabe nada). Como consecuencia, Raki y Juan Carlos no se separaron durante todo el día, excepto en la prueba.

Precisamente en la prueba tuvo el madrileño un ligero encontronazo con Argi por culpa de las rodilleras: la chica se quejaba de que no le quedaban bien, a lo que  Juan Carlos, de malas maneras, le dijo que le daba igual. Actitud muy distinta a la que tuvo esa misma mañana con otro compañero: Iván tampoco era capaz de ponerse las rodilleras, y Juan Carlos no dudó en intercambiarlas con el de Alicante, recriminándole en tono cariñoso: “Si es que parezco tu padre”, a lo que el imitador, que siempre quiere tener la última palabra, le dijo: “Pues entonces adóptame”.

 

 

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