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13
Jul
2021
Terremoto de Laboratorio PDF Imprimir E-mail
Punto D Vista - Otra mirada
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Foto cedida por MoncloaJesús Hernández Gallardo

Las Elecciones en la Comunidad de Madrid han resultado ser para el Gobierno Sánchez como un terremoto que ha removido los cimientos de la Moncloa, ha dejado en evidencia los planes e inventos urdidos por Iván Redondo y su plana mayor, en un efecto dominó que pretendía desencadenar, empezando por Murcia, siguiendo por Madrid y aplicando demoliciones y desajustes por puntos estratégicos de nuestra geografía, gobernados por el PP. Era un plan infalible, sin posibilidad de errores y de máxima efectividad…hasta que se topó con Ayuso y su agilidad operativa. Todo se le fue eclipsando, cuando Ayuso echó un órdago y convocó Elecciones de manera inesperada, haciendo cambiar el paso a toda la trama de Iván Redondo y el Presidente Sánchez.

Una vez transcurridos varios meses de la caída en barrena en las encuestas formuladas por los diversos medios de comunicación, se le antoja al Presidente Sánchez hacer una remodelación en su amplio gobierno, condicionado por esa dependencia que mantiene con Unidas Podemos. Es cierto que Pablo Iglesias ya no está en el panorama político, se ha autoexcluido y alejado de cualquier vínculo gubernamental, no obstante quedan encima de la mesa los pactos previos que se habían convenido entre ambas fuerzas políticas de izquierdas. Hay una verdad inconfesable que planea por ambientes informales del panorama político español, reconociendo que desde la ausencia de Pablo Iglesias, todo, cualquier actividad se articula mejor, sin esa molesta crítica suya y sin la crispación en el camino que él y su entorno utilizaban machaconamente.

Sencillamente los engranajes políticos son más simples y productivos. Existe un paralelismo entre lo deportivo y lo político, al menos así me lo recuerda la actualidad del PSOE. Los presidentes de los clubes de fútbol, en cuanto el equipo empieza a fallar en su trayectoria deportiva, comienzan a preparar la salida del entrenador del equipo, centrando los focos de culpabilidad en este personaje, de escasa estabilidad laboral. De esta manera, toda la ira de la afición se consigue puentear y pasan por alto a la figura del presidente, quien es habitualmente el culpable de la mala gestión del club. Eso mismo le pasa a Pedro Sánchez, que trata de esconder sus enormes imprudencias y se las endosa a Iván Redondo, que es el chivo expiatorio de esta catarsis de reconciliación con la “parroquia” socialista. Ahora los culpables de todo son los cargos salientes, todos los señalados con el dedo por el Presidente, que se han ido del equipo presidencial tachados de incompetencia y torpeza resolutiva. Es el caso de Isabel Celaá, Carmen Calvo, Arancha González Laya y José Luís Ábalos, todos del núcleo duro socialista, pero desacreditados por sus polémicas. Sobre el Ministro Duque de Ciencia y Tecnología poco se puede decir, porque poco ha hecho, tan solo pasaba por ahí. Lo que es inaceptable es que se puedan mantener en el Gobierno la cuota de pacto del PSOE y Podemos, tan solo por la estabilidad de la coalición. Unos personajes incompetentes y polémicos en sus maneras de actuar, con sus excentricidades que perjudican al colectivo de un país que tiene que soportar tales desmanes tan solo por el mantenimiento de la Legislatura. Son los eternos garbanzos negros que nos recordarán siempre la silueta de un azote social como ha sido su jefe político Pablo Iglesias, ex de Galapagar según pregonan las lenguas viperinas de la prensa del corazón.

El epicentro de la crisis política de Sánchez se ha creado en Moncloa, reunidos en petit comité Iván Redondo, José Luís Ávalos y el mismo Presidente. Me recuerda también a ese virus que se les escapó a los chinos del laboratorio y produjo una pandemia que ha abarcado todo el planeta. El terremoto en España se ha llevado a Iván y Ávalos, a Sánchez todavía le duran las réplicas en su cuerpo serrano.

 

Jesús Hernández Gallardo

Exfuncionario del Estado

Torrejón de Ardoz

 

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