Jesús Hernández Gallardo

El sacerdote ya en la homilía de la Misa nos ha puesto sobre la pista del valor de la Cruz, esa que nos ha revolucionado a todos los cristianos desde tiempos inmemoriales. Nos relataba D. Fernando que fue el Emperador Heraclio quien ganó la batalla a los turcos, rescató la Cruz de Cristo y entró en Jerusalén con ella portándola y manifestando su amor a Cristo y a su Cruz verdadera.

Desde entonces los cristianos conmemoramos el 14 de septiembre como la Exaltación de la Santísima Cruz. Nosotros realizamos en nuestra Hermandad una procesión festejando a la Cruz, la que nos representa siendo la Vera Cruz y la Virgen de la Soledad.

Cuando el verano va ya transcurriendo en su final nos organizamos siempre jugando con la improvisación, acoplando a los anderos de manera informal para la procesión. Finalmente siempre nos resulta muy enriquecedora para todos nosotros y quienes vienen a celebrar nuestra fiesta con la misma intensidad emocional que nosotros imprimimos al Cristo de la Vera Cruz.

Siempre que pasa el Cristo por la Plaza Mayor infunde una atmósfera de respeto en todos quienes allí se encuentran, en concreto las personas que estaban sentadas en la cafetería se han puesto en pie con posturas de absoluta entrega y sumisión a la imagen del Cristo. Los anderos que portábamos a hombros al Cristo hemos sentido emoción por ese gesto que ha calado en lo hondo y nos ha infundido fuerzas para completar la procesión pletóricos. La climatología ha sido una incógnita durante todo el recorrido, porque al inicio el calor desbordaba y los anderos sentíamos la dureza de las altas temperaturas, el cielo se tornaba muy nuboso, el ambiente bochorno y existían ya dudas sobre posibles lluvias. En la parte final se desató un fuerte viento que presagiaba la lluvia, temiendo que fuera inminente y apareciendo en el cielo relámpagos en las primeras oscuridades de la noche. Al final suponemos que el propio Cristo de la Vera Cruz habrá hecho un inciso y nos ha permitido acabar sin esas indecisas perturbaciones que presagiaban los nubarrones.

Este año el Cristo de la Vera Cruz y la Virgen de la Soledad se han encontrado en la entrada a la Iglesia de San Juan Evangelista, lugar donde se ha agasajado a la Virgen por parte de la Hermandad del Rocío con canciones, enalteciendo el momento del encuentro y cargadas de belleza. El saludo inclinándose el Cristo ante la presencia de la Virgen se ha producido en el interior de la Iglesia de manera solemne y con mucha emoción por parte de anderos y fieles que colmaban el templo.

Un año más la Hermandad de la Vera Cruz ha celebrado su fiesta, la de todos los fieles que han querido compartir con nosotros y ha resultado muy emotiva, expresiva por parte de todos y dando honroso cumplimiento a la adoración de la Santa Cruz de Cristo.

Jesús Hernández Gallardo

Funcionario del Estado

Torrejón de Ardoz