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23 Ago 2012 |
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La aparición como estrella veraniega del alcalde de Marinaleda podría obedecer a una cuidada estrategia de movilización de la izquierdaDesde hace ya dos semanas un nombre se ha hecho conocido en todos los rincones de España; el del polémico alcalde de Marinaleda, Juan Manuel Sánchez Gordillo, auténtica estrella mediática que no ha dudado en pasearse por las televisiones para explicar las motivaciones de sus curiosas visitas al supermercado. El personaje, conocido y muy valorado en una parte de Izquierda Unida, saltaba a la palestra nacional concitando en torno a sí las simpatías de gran parte de la izquierda social, y lo hacía como avanzadilla de un proyecto mucho más ambicioso. Algunos medios comienzan ya a hablar de las conexiones entre Gordillo y la rama disidente de Izquierda Unida, a la que pertenece Gaspar Llamazares, entre otros dirigentes; rama que intentó su asalto a la dirección del partido creando un partido paralelo, en el que milita el propio Sánchez Gordillo. El alcalde se opuso abiertamente al pacto entre su partido y el PSOE andaluz, al igual que la rama dura de Izquierda Unida, y que ve como el partido no es capaz de capitalizar el descrédito nacional de los dos grandes partidos. Precisamente es de esa situación de donde nace la campaña Gordillo: el alcalde, presentado como un hombre de Izquierda Unida, salta a los medios nacionales e internacionales con una acción muy mediática, provocada, además, en verano, temporada de menor intensidad informativa. El alcalde concita enseguida el interés de los medios y es apoyado públicamente por Gaspar Llamazares, de cara a la galería, por ser un compañero del partido, en lectura interna, con otro sentido mucho más profundo. Pero la estrategia todavía tiene que vivir su gran presentación de cara a la sociedad: la inclusión de Gordillo en la Plataforma Frente Cívico de Julio Anguita, verdadera finalidad política del agosto caliente del alcalde de Marinaleda. Y es que la entrada del personaje sería la perfecta puerta de entrada del proyecto político del histórico dirigente de Izquierda Unida. De hecho, son pocas las diferencias en el discurso de Sánchez Gordillo y de Julio Anguita, por lo que sería muy fácil vender a gran parte de las bases de Izquierda Unida una integración de las dos posturas, integración que, además, les permitiría tener una cierta capacidad de maniobra con una base social ya movilizada por los asaltantes de supermercados. |