Desi cuenta a la casa que Eva hizo un Interviú

La falta de comida y la soporífera prueba semanal están consiguiendo que vuelvan los fantasmas de las primeras semanas, y es que dentro de la casa llevamos tres días sin absolutamente ninguna trama. Los concursantes se van a dormir temprano y se pasan el día cantando, o dando vueltas al vinilo gigante, con lo que no hay tiempo ni para hacer estrategias, ni para trazar alianzas, ni tampoco para provocar a los nominados.

Así las cosas, algo me dice que la Gala del lunes volverá a estar centrada en la historia de Miriam, ya que es la única que ha sacado del letargo a una audiencia completamente hastiada de esta edición. La superviviente del Costa Concordia llegaba anoche al Deluxe para contar todo lo que no contó en la Gala ni en el Debate: reconoció que la boda estaba anulada, que ya no seguía su relación con Miguel, y que ha habido alguna relación entre su chico y Amor, al menos a través de WhatsApp. El programa, que parece haber recuperado el interés por Gran Hermano, iba al encuentro de Mike y de Ainara, la mujer de Igor, aunque no conseguía sacarles nada. Miriam, por supuesto, abandonaba el Deluxe bailando el Gangman Style con los colaboradores (mención especial el chumistyle de Lidia, sin duda, el momentazo de la noche).

Pero volviendo a Gran Hermano, a falta de tramas dentro, la Gala del lunes tirará de revival. El alcalaíno Pepe Flores, ganador de la edición número trece del concurso, volverá a la casa (no sabemos si solo de visita, o se quedará para animar el cotarro) con motivo de la nueva prueba semanal: la Feria de Abril (por supuesto, ¿quién mejor para explicar una prueba sobre Sevilla que un catalán que vive en Madrid?).

La entrada de Pepe no será la única de la noche: un nuevo concursante ocupará la plaza 13 que dejen vacante los Gemelos y, en principio, lo hará sin ninguna misión (¿Para qué, si la entrevista ya será lo suficientemente fuerte?). Las nominaciones (como nadie se plantea nominar a Sonia ni a Kristian serán normales) completarán la noche.

Y es que, mientras Miriam siga dando audiencia, ¿para qué pensar tramas nuevas?. Ayer el debate mantenía muy buenos resultados, por encima del 21% de share, y casi un millón y medio de espectadores, aunque, todo hay que decirlo, comenzando casi a las doce y media, y perdiendo trescientos mil espectadores y dos puntos de share en una semana.

Y ahora sí, vamos a la casa, donde la cosa sigue muy tranquila. Lo más destacado es que Desi contaba a la casa que Eva había salido en Interviú (¿aislamiento? ¿qué es eso?), ante lo que Susana, junto a Igor y Gonzalo, dijo que no lo entendía, porque no era nada del otro mundo (otra que comienza a sacar su vena más superficial. Me da que al final las únicas personas con las que se podría mantener algo parecido a una amistad son Argi y Raki. Los demás, cuanto más lejos, mejor). Igor, por supuesto, aprovechó para hacer eso que tan bien se le da: poner de vuelta y media al DJ (uno que, por cierto, es de los que más, si no el que más, está rentabilizando los bolos de entre sus compañeros. El disco que ha sacado no está funcionando mal, y tiene actuaciones en bastantes discotecas por toda España).

El otro asunto interesante tiene a Argi como protagonista: toda la casa le echaba en cara que el programa le había regalado unos kiwis para combatir el estreñimiento. La estrategia de acoso contra la vasca es cada vez más evidente, y utilizan lo más mínimo para saltarle al cuello, especialmente Desi, que, por cierto, ya ha abandonado la cocina, dejándola en manos de Igor.

Susana, por su parte, continúa haciendo oposiciones a finalista sin maletín, y es que la murciana sigue tonteando con un Gonzalo que en la noche del jueves volvió a demostrar los valores modernos que atesora: “yo nunca tendría nada serio con una chica con la que me he acostado en la primera cita”, afirmaba el Gemelo que no tiene el menor recato en utilizar a las chicas como si fueran trozos de carne, y luego jactarse de sus “hazañas”. Volviendo a Susana, el de Sevilla volvió a llorarle un poco, y la chica acabó abrazándole para que no se sintiese mal (Susargistas del mundo, uníos, si queréis que Susana se lleve el premio, sacad ya de la casa a esa pésima influencia llamada Gonzalo, porque si no, la de Murcia va a tener muy complicado que no le acabe sucediendo lo que a Tatiana hace tres años).

La que también parece que no tiene muy claro cómo se juega a Gran Hermano es Sonia, que ayer volvía a despotricar contra el dúo Susargista, acusándoles de estrategas (lo dice un miembro del grupo liderado por Igor). Termino con otro asunto relacionado también con los Pelochos. La estrategia impostada de Kristian para intentar ganarse a las carpeteras ya roza el ridículo. Si hace unas cuantas semanas afirmaba conocer a todas las Monster High, ayer iba más allá, explicando que sabe el nombre de todas las Princesas Disney. Su chica, en concreto, lo comparaba con Aladdin (al menos él tendría mucho más fácil guardar la lámpara dentro de ese turbante que lleva en la cabeza).