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22
Dic
2020
Metro reabrirá la estación de Gran Vía el próximo verano PDF Imprimir E-mail
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Foto cedida por CAMLos restos arqueológicos encontrados durante las obras se expondrán en uno de los niveles, y se recuperará el templete de Antonio Palacios

La Comunidad de Madrid tiene previsto reabrir la estación de Metro de Gran Vía el próximo verano, tras las obras de ampliación y modernización que se han llevado a cabo para conectarla, de forma directa y sin necesidad de salir a la superficie, con la estación de Cercanías en Sol. La nueva Gran Vía, además, será totalmente accesible, contará con las instalaciones más modernas de todo el suburbano y recuperará en el exterior el icónico templete de Antonio Palacios.

Así lo ha explicado el consejero de Transportes, Movilidad e Infraestructuras, Ángel Garrido, que ha visitado los trabajos que se desarrollan actualmente en la estación, junto a la presidenta de ADIF, Isabel Pardo de Vera.

“Cuando el próximo verano terminen todas las obras esta estación volverá a ser una de las más importantes de la red de Metro, pero con los valores y exigencias del siglo XXI. Una nueva estación de Gran Vía moderna, accesible, inclusiva y digital, que refleja lo que será el modelo de Metro del futuro al que estamos comprometidos mediante los planes de modernización y accesibilidad”, ha destacado Garrido.

En la actualidad, la Dirección General de Infraestructuras de la Comunidad de Madrid finaliza este mes la obra civil de la estación, con el cerramiento del pozo situado en la calle Montera y la construcción de los forjados y escaleras fijas de la estación. En enero, comenzará a reurbanizar la calle Montera y su entorno.

En paralelo, Metro de Madrid trabaja desde el pasado mes de agosto en el acondicionamiento de la estación (arquitectura interior e instalaciones), con el objetivo de finalizar sus trabajos y poder reabrir la nueva Gran Vía el próximo verano.

La remodelación de Gran Vía es una gran obra de ingeniería que va a transformar esta estación en un gigante intermodal equivalente a un inmueble de 8 plantas bajo tierra, encajado entre los edificios de los laterales de la calle Montera. Contará con un primer nivel donde se genera un nuevo gran vestíbulo; un segundo nivel intermedio de paso, donde se va a llevar a cabo una musealización con los vestigios arqueológicos que han aparecido durante los trabajos; y con un tercer nivel de conexión con la línea 5 de Metro y la galería que une con Renfe Cercanías Sol, de la que se ha ocupado ADIF.

Precisamente, los trabajos que se han acometido permiten conectar las estaciones de Gran Vía y Sol mediante un pasillo, de tal manera que no será necesario salir a superficie para hacer el trasbordo. Gracias a esta nueva conexión, se mejorará el tránsito de los viajeros que usan Cercanías en la estación de Sol, al dividir sus entradas y salidas por los dos accesos: la previsión es que un 75% utilice directamente Sol y que un 25%, la ampliada estación de Gran Vía. También mejorará la distribución de viajeros dentro de los trenes de Cercanías, al ofrecer un segundo acceso a la estación.

Además, se ha ampliado el vestíbulo de la estación subterránea de Gran Vía para que pueda absorber de modo ordenado el flujo de viajeros que accedan a ella a través del nuevo trasbordo de Sol. Así, se ha duplicado el espacio disponible hasta los 2.000 metros cuadrados.

La estación será completamente accesible gracias a la instalación de nuevas escaleras mecánicas y de cuatro ascensores por parte de Metro. Además, los viajeros con movilidad reducida dispondrán de nuevos dispositivos adaptados como sistemas de apertura fácil en puertas, tiras antideslizantes en escaleras fijas, etiquetas braille en los pasamanos, señalización de elementos de accesibilidad, pasamanos a doble altura, interfonos de comunicación adaptados o pavimentos de tacto visual cerámico para facilitar sus desplazamientos.

La Comunidad de Madrid también va a equipar la estación de Gran Vía de Metro con 14 máquinas de venta de títulos de transporte más modernas e innovadoras, con grandes pantallas de visualización que permitirán, por ejemplo, realizar pago sin contacto o atender al usuario a través de videollamada.

Asimismo, se instalarán 17 tornos de entrada, seis de los cuales serán para personas con movilidad reducida, distribuidos en dos vestíbulos. Estos modelos, también de nueva creación, ocuparán menos espacio, tendrán pantalla para informar al usuario sobre la validación con gráficos y texto y dispondrán de iluminación en las puertas, en el lector sin contacto y en el suelo para informar al viajero sobre el resultado de la validación.

La nueva estación recuperará en el exterior el icónico templete del arquitecto Antonio Palacios, entre la calle Montera y Gran Vía. Se va a reproducir de la manera más fiel posible su estructura original con la idea de recuperar el valor simbólico que tuvo este templete de la Red de San Luis.

Para ello, se ha realizado una labor de investigación histórica que ha permitido analizar las diferentes fases por las que pasó el templete original, desde su construcción en 1920. De este modo, se ha estudiado la remodelación que experimentó en el año 50 para incluir dos ascensores, hasta llegar al año 70 en el que se desmantela para su traslado a Porriño, localidad de origen del arquitecto y donde se encuentran parte de lo que queda de él.

La reproducción recuperará las espectaculares proporciones de la gran marquesina del proyecto original. Estará construida con vidrio y acero y será completamente translúcida permitiendo la entrada de iluminación a través del hueco del ascensor.

Las actuaciones que ha llevado a cabo la Dirección General de Infraestructuras para la ampliación y modernización de la estación de Gran Vía han tenido una importante complicación técnica al actuar sobre infraestructuras antiguas y un entorno complejo con protección de patrimonio cultural, como es el del centro de Madrid y el de una estación histórica.

Todo ello ha condicionado el ritmo de los trabajos en la estación, donde en todo momento se ha primado la seguridad y la protección del patrimonio que ha ido apareciendo, en coordinación con la Dirección General de Patrimonio Cultural.

La Comunidad de Madrid confía en una recuperación acelerada del número de viajeros en el transporte público a partir de 2021. La previsión es que la demanda crezca a tasas del 10% anual, el triple que los últimos años, hasta recuperar en 2023 las cifras de usuarios previas a la pandemia del coronavirus. Así lo ha avanzado hoy el consejero de Transportes, Movilidad e Infraestructuras, Ángel Garrido, que ha presentado un balance de la movilidad en el transporte público en la Comunidad de Madrid durante la crisis sanitaria.

Según las previsiones del Consorcio Regional de Transportes, la red de transporte público en la Comunidad de Madrid (Metro, EMT, autobuses interurbanos, Renfe Cercanías y metros ligeros) va a cerrar este año con una caída de la demanda en torno al 47% frente a 2019, con unos 850 millones de viajes. “La cifra va a ser incluso menor que en 2014, el peor año de la crisis económica, cuando apenas llegamos a los 1.370 millones de viajes”, ha explicado Garrido.

Los autobuses interurbanos y los de la EMT de Madrid se van a ver ligeramente menos afectados por la crisis (con caídas de la demanda del 43% y el 46%, respectivamente), frente a Metro (-49%) o Renfe Cercanías (-47%). Sin embargo, las medidas de seguridad y prevención aplicadas en todos los modos de transporte durante la crisis sanitaria, así como la evolución de la pandemia, auguran una cierta vuelta a la normalidad y la recuperación acelerada del número de usuarios.

Así, y aunque el escenario sigue siendo muy volátil, el Consorcio prevé que, a finales de 2022, se pueda llegar a los 1.400 millones de viajes y que en 2023 se alcance los 1.600 millones, en línea con las cifras registradas antes de la crisis sanitaria.

“Apostar y defender el transporte público y el taxi es trabajar por una movilidad ágil, segura en todos los aspectos, sostenible medioambientalmente, que conecta los puntos más dispersos de la región y genera empleo, favorece la comunicación y el contacto y está directamente implicada en el progreso económico”, ha recordado Garrido.

El consejero ha explicado que las medidas de restricción de la movilidad puestas en marcha frente a la pandemia han tenido un impacto importante en el uso del transporte público, con un descenso del número de viajeros que llegó a superar el 90% en los momentos más duros de la crisis. En el caso del taxi, la caída de actividad fue superior al 87%.

Con todo, desde el inicio de la desescalada y el fin del Estado de alarma decretado en la primera ola del COVID-19, la movilidad general y en transporte público se ha ido recuperando de forma paulatina. Este crecimiento ha sido más acusado a partir de octubre gracias a la recuperación de la actividad económica y académica. En la actualidad, la red de transporte público de la Comunidad registra cerca de 3,2 millones de viajes diarios, una cifra que todavía es un 43% inferior a la habitual por estas fechas.

Pese a las dificultades, durante este año, todos los actores implicados en la movilidad regional han realizado un esfuerzo extraordinario para garantizar la continuidad del servicio del transporte público, incluso con las medidas más estrictas de confinamiento, asegurando la movilidad de los madrileños. Así, se han implementado medidas extraordinarias de limpieza y de protección de usuarios y profesionales, que continúan vigentes en la actualidad.

El consejero también ha destacado que, desde el inicio de la pandemia, el sector del transporte público ha prestado su colaboración altruista en distintas iniciativas de apoyo al sector sanitario, como el traslado con autobuses interurbanos y de la EMT de profesionales sanitarios desde los hoteles en los que se alojaban a los hospitales en los que estaban trabajando. También taxi y VTC han facilitado las visitas de atención domiciliaria a los sanitarios de Atención Primaria. A esto se unen las campañas solidarias impulsadas, entre otros, por los trabajadores de Metro de Madrid para recoger alimentos y material sanitario para personas en situación de vulnerabilidad.

“La pandemia ha puesto en evidencia la relevante función del transporte público. Todos hemos sido conscientes de su importante labor social como un medio para acercar personas y unir lugares aislados, y de su papel como soporte vital de la sociedad en todos estos meses”, ha señalado.

Por eso, el Gobierno regional difunde hoy una campaña para animar al uso del transporte público y el taxi. Con el lema ‘Volvamos a movernos en transporte público’, se van a realizar más de 48 millones de impresiones en medios online, 1.200 cuñas de radio e inserciones de prensa. La campaña, que destaca la seguridad, confianza y tranquilidad que supone viajar en transporte público, también estará en cartelería y publicidad exterior en intercambiadores, estaciones de Cercanías, taxis, autobuses interurbanos y de la EMT y en Metro.

“Es un apoyo expreso y firme al uso del transporte público y el taxi en base a los datos y estudios científicos que acreditan su seguridad sanitaria. Por eso y por su sostenibilidad, seguridad vial y por una vocación de servicio que nos permitió contar con ellos en los peores momentos. Es una invitación a recuperar una confianza que nunca debió perderse”, ha enfatizado Garrido.

La movilidad en la Comunidad de Madrid se canaliza a través de una red de transporte público de 26.230 kilómetros, en la que operan 42 operadores públicos y privados, y en la que 7.757 vehículos de transporte público circulan cada día por la región, cubriendo 697 líneas y atendiendo 33.390 paradas.

La Comunidad de Madrid ha homenajeado a los empleados de Metro que han sido voluntarios en alguna causa social durante este último año, especialmente durante la crisis sanitaria provocada por el coronavirus. El consejero de Transportes, Movilidad e Infraestructuras, Ángel Garrido, ha participado en el acto, coincidiendo con la víspera del Día Internacional de la Solidaridad, para agradecer la labor desarrollada por todos los trabajadores de la compañía que ceden parte de su tiempo libre a este tipo de iniciativas solidarias.

“Desde 2014, Metro premia cada año el comportamiento excepcional de algunos de sus trabajadores en el cumplimiento de sus tareas. Pero hoy es distinto. Por primera vez hacemos un reconocimiento expreso al comportamiento solidario y ejemplar de muchos metreros al margen de sus obligaciones profesionales. Por generosidad y compromiso con la sociedad”, ha explicado Garrido.

Entre los empleados a los que hoy se ha reconocido, se encuentran los integrantes del Metreroscovid19, nueve trabajadores que impulsaron dos campañas solidarias en abril y mayo con las que se recaudaron más de 110.000 euros que se destinaron a centros sanitarios, residencias de mayores y personas dependientes, SAMUR, Bomberos o Protección Civil. Igualmente, se ha destacado de manera especial a todos los empleados, familiares y allegados de Metro que participaron en estas campañas con sus donaciones.

También se ha homenajeado a los trabajadores del suburbano que aportaron ayudas para los sanitarios y otros colectivos en los momentos más complicados de la pandemia, como es el caso de los empleados que realizaron batas para sanitarios con bolsas de basura y los que fabricaron protectores faciales con acetatos y soportes realizados en impresoras 3D o artículos como abrepuertas o salvaorejas.

Entre los homenajeados, se encuentra Elisa Fornés Nogueira, la empleada que cosió las primeras mascarillas con el logotipo de Metro y que donó 750 euros de lo recaudado a la Fundación Aladina; Juan Ramón Calleja, mago aficionado que se encargó de amenizar las largas jornadas de confinamiento a sus compañeros y familiares, enviando vídeos con juegos de magia; y Ángel Hernández, el jefe de sector que dibujó como héroes a sus compañeros y a otros empleados de servicios esenciales.

En el acto también se ha reconocido, tanto a los empleados de Metro que participan en las campañas solidarias que organiza periódicamente la empresa, como a aquellas que realizan algún tipo de voluntariado fuera de Metro.

Asimismo, se ha querido destacar la labor de los trabajadores del Servicio de Logística, por su aportación a las campañas solidarias promovidas por Metreroscovid19 y otras iniciativas puestas en marcha por la compañía, como el Árbol de los Deseos navideño o la entrega de equipos informáticos a entidades que los necesitan.

“Se dice que mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo. La familia de los metreros quizás no haya cambiado el mundo pero, sin duda, lo ha hecho un poco mejor”, ha concluido Garrido.

Para Metro de Madrid, la acción social es una prioridad. Muestra de ello es que,  en 2012, puso en marcha su Línea Social, un programa por el que colabora con entidades sociales y colectivos en riesgo de exclusión social, poniendo a su disposición recursos clave de la compañía, aprovechando el gran potencial de la red de Metro como canal de comunicación y vinculándola a la estrategia de la empresa. Una Línea Social en la que el papel de los voluntarios es esencial para poder realizar más de 60 acciones de carácter solidario cada año.

La Comunidad de Madrid ha aprobado la adjudicación, por parte de Metro de Madrid, de dos contratos relacionados con actividades de mantenimiento y con consultoría de ingeniería civil que suponen una inversión conjunta de más de 27 millones de euros.

En concreto, el Consejo de Gobierno celebrado esta semana ha dado luz verde al acuerdo marco para los servicios de consultoría en proyectos de ingeniería civil y arquitectura, por un valor estimado de 2,8 millones de euros, así como al contrato de los lotes 2 y 3 del mantenimiento integral de la superestructura de vía de Metro, con una inversión que alcanza los 24,5 millones de euros. La duración de ambos contratos será de cuatro años, con la posibilidad de dos prórrogas de seis meses en el caso del mantenimiento de la superestructura de vía.

El acuerdo marco se realizará con 15 empresas, con el objetivo de seleccionar contratistas para la prestación de servicios de consultoría en proyectos de ingeniería civil o arquitectura que Metro de Madrid pudiese necesitar en el desarrollo de futuras iniciativas en este ámbito.

Las empresas que forman parte del acuerdo marco realizarán informes técnicos, cálculo de estructuras, elaboración y revisión de normativas, planes de mantenimiento, trabajos de delineación, valoraciones económicas o informes sobre infraestructuras, entre otras documentaciones técnicas y de regulación de obra civil y arquitectura.

Estos informes serán relativos a elementos como túneles y obras subterráneas, cimentaciones y estructuras, geología, geotecnia, tratamientos del terreno, interacción suelo-estructura, estudios de filtraciones, cartografía y topografía o instalaciones de drenaje, saneamiento y fontanería, entre otros.

El objetivo de este proyecto es lograr un asesoramiento, lo más específico posible, para el desarrollo eficaz de los diferentes trabajos que Metro ponga en marcha en materia de obras e ingeniería civil.

Por su parte, el contrato de los lotes 2 y 3 del mantenimiento integral de la superestructura de vía forma parte de un proyecto de mayor envergadura, que incluye otro lote adicional aprobado recientemente también por el Consejo de Gobierno. El objetivo de este proyecto es descentralizar las bases de operación de mantenimiento de vía, mejorando la gestión y la eficiencia de los recursos. El presupuesto total de todos los trabajos -incluyendo el lote aprobado con anterioridad-, asciende a 36,8 millones de euros.

Se trata del mantenimiento de la superestructura de la vía para garantizar la seguridad en la circulación de los trenes, la disponibilidad del servicio y la fiabilidad de las instalaciones. También se mejora el confort y la calidad percibida por el viajero, reduciendo el nivel de ruido y vibraciones y velando en todo momento por una optimización técnico-económica.

Los trabajos se realizarán en horario nocturno para minimizar las repercusiones sobre el servicio habitual de Metro. El mantenimiento de las instalaciones del suburbano es una de las prioridades para Metro de Madrid, ya que permite prevenir incidencias en la infraestructura y garantizar que la red se encuentre en un estado óptimo con el fin de asegurar un servicio público que cada vez sea de mayor calidad, más seguro y más fiable.

En los últimos cinco años las incidencias en el sector del transporte público ferroviario madrileños (averías en las instalaciones y material rodante ferroviario) se han incrementado en un 60%.

Estas incidencias, que repercuten en algo tan esencial como el necesario derecho al transporte público y social del conjunto de la ciudadanía, son las causantes de la mayoría de los retrasos que sufren a diario los ciudadanos y ciudadanas en sus desplazamientos para acudir a trabajos, escuelas u hospitales, no solo por la molestia que suponen los retrasos en sí, sino porque una avería en las escaleras mecánicas de una estación que se perpetúa durante meses está privando al servicio de la universalidad de su carácter, impidiendo a aquellos que más necesitan del transporte público el acceso al mismo.

El motivo de este incremento en el número de averías e incidencias no es otro que la falta de inversión y empleo público. En las últimas décadas Renfe, Adif y Metro han visto mermadas sus plantillas a menos de la mitad. Tasas de reposiciones negativas y nulas han sido la tónica de un servicio cuya solución sólo ha pasado por la continua externalización de los servicios de mantenimiento (entre otros), con contratos y dinámicas de concursos y licitaciones a la baja año tras año, adjudicando el contrato a la empresa que ofrezca el servicio más barato, empeorando de esta manera la calidad del servicio y del propio empleo, concurso tras concurso.

CCOO agradece a los miles de trabajadores y trabajadoras del sector ferroviario que dedican sus esfuerzos diarios al invisible trabajo que supone el mantenimiento de trenes, infraestructuras e instalaciones, asegurando y facilitando el transporte a toda la ciudadanía.

Trabajadores y trabajadoras que realizan su trabajo en instalaciones y vehículos en los que la falta de inversión en los últimos años, les obliga a dedicar la mayor parte de sus recursos a reparar las averías en lugar de prevenirlas, llegando en ocasiones a desguazar vehículos o instalaciones para reparar otros, enfrentándose a riesgos reales y mortales, como el amianto.

Mientras esto ocurre, una carísima nueva línea de AVE es inaugurada, satisfaciendo así las necesidades de movilidad de una minoría en detrimento de la inversión en el transporte que necesita la mayoría de la población

Por tanto, CCOO reivindica trabajo e inversión, internalizando cargas de trabajo y creando empleo seguro y de calidad, racionalizando la inversión para asegurar un transporte vertebrador del territorio, público, social y de calidad.

 

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