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28 Mar 2024 |
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La Vera Cruz completó su Estación de Penitencia a pesar del mal tiempoEn el imaginario colectivo, y más desde la aparición de la película de Mel Gibson, se ha instalado la idea de que en el momento de la muerte de Jesús comienza a llover sobre el Gólgota, y parece que eso es lo que lograron representar los hermanos de la Vera Cruz en un impresionante final de su Procesión del Silencio. Y es que, a pesar de que una fina lluvia caía sobre ellos y sobre las imágenes, no tuvieron problema en dar la vuelta a la talla del Crucificado para componer un Stabat Mater con el que entraron en la San Juan Evangelista sus dos titulares para cerrar un viaje de casi hora y media. pero esto era solo el final, pues la Vera Cruz fue una de las pocas Hermandades que completó su Estación de Penitencia a pesar de un mal tiempo imperante en la Comunidad que hasta puso en alerta por vientos a una parte de la región y provocó 41 salidas de los Bomberos durante el día.
Así, los manchegos que, por cierto, ya sabían lo que es pasar el Miércoles Santo en la Zona Este, pues no en vano acompañaron a la Cofradía de los Trabajos de Alcalá en 2023, se acercaban hasta la sede de la Hermandad de la Vera Cruz para, a las diez y media de la noche, comenzar con ellos un largo viaje hasta la Plaza. Allí, y a diez minutos del inicio de la Procesión, se producía la primera sorpresa, pues las inclemencias medioambientales hicieron que el público no les esperase a las puertas de la iglesia, sino dentro, encontrándose el templo con público al abrir la Puerta del Sol.
Y es que la Procesión del Silencio de Torrejón es mucho más que una procesión. Así, es heredera directa de aquella primera noche de Miércoles Santo de 1999 en que los miembros de la recién recuperada Hermandad decidieron sacar al Cristo de la Vera Cruz en procesión para iniciar una tradición que sólo ha interrumpido el coronavirus. Por eso es una noche muy especial para ellos, pues, además del Cristo de la Vera Cruz, también pasea por las calles de Torrejón la Virgen de la Soledad, y lo hace en un desfile en que son protagonistas la oscuridad, el silencio y también la luz de las velas que, en esta ocasión, y para resguardarlas del viento, iban protegidas por tulipas.
Al llegar a la calle Hospital se produjo el momento más épico de la noche: bajo la lluvia y con los sones de la Banda como protagonistas, la imagen del Cristo de la Vera Cruz se daba la vuelta para mirar a su Madre, iniciando un último tramo, juntos los dos pasos, que les llevó hasta el interior de la iglesia, donde fueron recibidos con un fuerte aplauso de los fieles.
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