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La lluvia permitió el Encuentro Doloroso en una Plaza llena de vecinos
Con las previsiones en la mano, la Vera Cruz sabía que era muy probable que la del Viernes por la mañana fuese la última Procesión que iban a realizar en esta Semana Santa de 2025, y por eso pusieron toda la carne en el asador para ofrecer un Encuentro Doloroso aún más solemne de lo habitual.
Y es que, sin la amenaza de lluvia, pues tan solo cayeron unas gotas en la salida de las imágenes, ambas tallas pudieron desfilar hasta el interior de la Plaza, encontrarse en ella y regresar a la iglesia ante la atenta mirada de los vecinos que llenaban la Plaza Mayor torrejonera.
Así, algo antes de las once y media los Hermanos de la Vera Cruz llegaban a la parroquia San Juan Evangelista, y lo hacían para tomar posiciones ante los pasos de la Verónica y el Nazareno. Una Verónica, por cierto, que lucía las andas bendecidas en la Procesión del Miércoles Santo, y que entonces llevaron a la Virgen de la Soledad.
Como manda la tradición, el Nazareno comenzaba su viaje seguido a distancia por la Verónica, antes de separarse y enfilar cada uno uno de los laterales de la Plaza Mayor. Y allí, en el centro neurálgico de Torrejón, se producía el ritual ya conocido; el Cristo cae, la Verónica le socorre cayendo junto a él, le enjuga las lágrimas y en su pañuelo aparece impresa la imagen del Señor, tras lo que, juntos, emprenden el camino de vuelta.
Y así fue. Tras el Encuentro, ambas imágenes regresaban a la iglesia de la Plaza, si bien antes vivían un nuevo encuentro en plena calle Hospital; y hasta un tercero, al cruzarse ya dentro del templo para cerrar la procesión de la mañana del Viernes Santo en Torrejón.