La cuadrilla joven y los anderos recorrieron las calles en una tarde agradable

Y al tercer día dejó de llover. Así, si la lluvia amenazó el Vía Crucis del martes y se hizo presente en la del miércoles, el jueves dejó un panorama totalmente distinto, lo que permitió a la Vera Cruz lucirse con una procesión larga y solemne.

Y es que como la tarde invitaba a ello, los hermanos optaron por "chicotás" y descansos largos para hacer más lento el paso de las imágenes por las calles, o al menos eso ocurrió en la primera parte, pues en la segunda se vieron obligados a aligerar para entrar en la San Juan Evangelista antes del inicio de la Hora Santa.

Después de dos días mirando al cielo, por fin la Vera Cruz pudo celebrar una procesión sin "planes B". Algo antes de las ocho de la tarde la comitiva llegaba hasta la San Juan Evangelista, y lo hacía para acoger tres carrozas y dos pasos que iban a ser protagonistas de las próximas horas en una plaza abarrotada.

Así, las carrozas de "La Oración en el Huerto", el "Jesús atado a la columna" y "El Nazareno"; y los pasos de "El Cautivo" y la "Virgen de la Soledad" recorrieron las calles de la zona centro acompañados de una enorme cantidad de vecinos que no quisieron perderse la procesión del Jueves Santo de Torrejón.

De tal forma, y con la Banda Municipal de Música marcando el paso, la cuadrilla joven sacó en procesión la imagen del Cautivo que preside una de las hornacinas de la San Juan Evangelista, mientras que sus mayores ponían en la calle a la Virgen de la Soledad, titular de la Hermandad. Y ambos pasos, cada uno con sus peculiaridades, hicieron un desfile solemne, con "revirás" cuidadas, "chicotás" cortas, descansos largos y "levantás" lentas, que permitieron a los vecinos disfrutar de las imágenes.

Pero esto fue solo hasta la mitad del recorrido, pues al comprobar que se les echaba el tiempo encima, optaron por aligerar el paso para llegar a la plaza a la hora prevista, lo que ocurrió algo antes de las diez y media, cuando hacían acto de presencia en la explanada de la Puerta del Sol, si bien antes los jóvenes habían realizado un baile en plena Plaza Mayor.

A la llegada, ambos pasos realizaban un último baile conjunto antes de entrar la Virgen y el Cautivo a pulso en la iglesia, mientras recibían un enorme aplauso que despedía la procesión del Jueves Santo torrejonero.