Es la mayor duración desde 2011

Sin lluvia (aunque había amenaza) ni excesivo viento, la vela encendida que porta la Virgen del Rosario en la primera procesión del año tenía más posibilidades de sobrevivir al viaje por las calles del Centro. Y así parecía, pues, después de nueve años en que la luz se apagaba antes incluso de salir del jardín de la parroquia San Juan Evangelista, esta vez la vela llegó encendida hasta la misma calle Hospital. Eso sí, las maniobras para esquivar los bolardos hicieron peligrar la llama, que se extinguía de forma total en la mitad de la calle.

Pero la mañana comenzaba bastante antes. A las diez y media, y bajo la atenta mirada de las cigüeñas, los Caballeros y Damas de la Hermandad de la Virgen del Rosario entraban en la iglesia para participar en una misa algo más madrugadora de lo habitual.

Y es que, a diferencia de lo ocurrido en anteriores años, la Misa de la Candelaria comenzaba media hora antes de las once. A eso de las once y media la Puerta del Sol se abría para dejar salir a una Virgen del Rosario convertida en Candelaria portada por las Damas de la Hermandad.

Acompañada por los acordes del Himno de España abandonaba la parroquia para iniciar un largo viaje en el que todas las miradas se dirigieron a la vela encendida que portaba en sus manos. La llama duró poco, pero no la Procesión, que se prolongó durante casi hora y media y recorrió las calles Hospital, Ronda del Saliente, Cervantes, Jabonería, Calderas y Enmedio antes de entrar en la Plaza Mayor para encaminarse hasta la parroquia.

Tras el largo viaje, llegaban hasta las puertas de la iglesia, y lo hacían para cerrar, por todo lo alto el desfile: tras situarse la Banda Municipal de Música, que había acompañado la Procesión durante toda la mañana, las Damas comenzaban un “baile” de la Patrona antes de encaminarse hasta la Puerta. Situadas de espaldas a la puerta, elevaron a pulso a la Virgen mientras escuchaban el Himno nacional entre los aplausos del público que veía como la Virgen del Rosario abandonaba las calles.

Pero dentro de la iglesia la Procesión continuaba: la Banda de Música acompañó a la imagen hasta el interior de la iglesia, poniendo sonido al traslado final de la Patrona hasta los mismos pies del Altar, justo donde había comenzado su viaje dos horas antes.