Interviú niega las negociaciones con Dani

Por fin, casi un mes después de su inicio, y con la amenaza de la cancelación sobre sus cabezas, Gran Hermano ha despertado, y lo ha hecho con triple expulsión: Dani, Iván y Edoardo abandonaban Guadalix en un preludio de lo que puede ser la fase final si la audiencia sigue sin responder.

Dani se convertía en el protagonista indiscutible de la noche tras conseguir  lo que, todo apuntaba, llevaba buscando una semana entera: ser expulsado disciplinariamente para no estar ligado ni a Zeppelin ni a Telegenia, y poder explotar por completo el disco que saldrá a la  venta dentro de dos semanas, tal y como él mismo afirmaba en una madrugada muy larga en la casa de Gran Hermano.

El DJ explicaba a sus compañeros que no había apalabrado un Interviú, sino dos, con Eva: “uno antes de ponerse tetas, y otro después”, dejando patidifusos a sus compañeros, y a la productora del programa, a la que  el asunto le ha estallado en las manos.

Ante tal afirmación, el programa tomaba una decisión que tendrá consecuencias, aunque no está nada claro cuales: la expulsión disciplinaria del DJ almeriense. Dani salía de la casa sin dejarle que se despidiese de sus  compañeros y se enfrentaba a una entrevista-trampa en la que intentó pillar a Dani. Digo intentó, porque el doble argumento del programa para expulsar al DJ se venía abajo ante el cabreo monumental de Mercedes Milá: Dani explicaba que la entrevista con La Voz de Almería se realizó con el conocimiento y en presencia de su redactor de Gran Hermano (es decir, con el conocimiento de la productora), y con la condición de que no se publicaría hasta que él estuviese dentro de la casa. El argumento de Interviú lo desmontaba la  cuenta de Twitter oficial de la revista, que negaba cualquier contacto con el DJ, y explicaba que el posado de Eva se negoció a los ocho días de que Dani entrase en la casa.

Así las cosas, el programa ha  tomado una decisión que, parece, será la más beneficiosa para ambas partes: Dani queda libre para explotar su disco, su línea de ropa y su trabajo en Máxima FM (y tal vez, en un conocido programa de televisión de una cadena que no es Telecinco) sin rendir cuentas a Telegenia; mientras que el programa consigue un argumento de peso para hundir a Splash (algo que, por cierto, consiguió durante las dos primeras horas en share social, pero no en el resto de la gala, en que el programa de saltos se recuperó hasta casi empatar con el programa de telerrealidad).

Sin embargo, la noche no había hecho más que empezar. Justo después de la salida de Dani  se producía la expulsión de Edoardo, que  no ha conseguido crear tramas en esta semana extra de juego.

El último en salir de la casa en una noche de locos fue el expulsado de la semana: Iván dejaba Gran Hermano con un porcentaje  algo menor de lo esperado (65,5 %) y se preparaba para una entrevista totalmente destroyer en la que Leti y Lorena tendrían mucho protagonismo.

Iván entraba en plató y se reencontraba con su Merii (y, de forma mucho más efusiva, con su amigo Ralph), antes de sentarse en plató y comenzar sus enfrentamientos.

El primer encontronazo fue con Lorena, a la que no dudó en llamar Pavarotti, y el segundo con Leti, que le dijo que la única razón por la que había aguantado tanto en el juego era porque se le había protegido desde la organización (la chica ya tuvo un encontronazo a primera hora de la noche con la madre del alicantino, tal y como relataba en su Twitter).

Iván, acostumbrado a actuar, pidió perdón a sus compañeras tras escuchar los aplausos del público a Leti y Lorena, llegando a tal punto de falsa humildad que la propia Mercedes le dijo: “no te pongas en plan victima”.

La entrada de Merii, y un video con todas las críticas de sus compañeros de convivencia fueron un aterrizaje forzoso en la dura realidad. Sin embargo, por las caras que puso, lo que más le dolió fue que fuese Igor, y no Sonia, como le habían contado, el que dijo lo de que la expulsión era cosa de cuatro letras. También se sintió decepcionado por Juan Carlos que, por cierto, no se sintió demasiado afectado por la salida del imitador.

Precisamente en este vídeo se escudó Milá para justificar una entrevista excesivamente blanda para el concursante más polémico de la edición (¿tal vez se intenta proteger la imagen de un personaje al que intentarán meternos con calzador en la cadena?), y que no satisfizo las expectativas del público del programa (por eso la entrevista no comenzó hasta que Splash ya había terminado).