Telecinco se quedó sin gala cuando Iván decidió quedarse en la casa

Era la última oportunidad y, una vez más, el programa decidió tirarla por la ventana. Gala  que comenzó muy fuerte, pero que se desinfló por momentos, sobre todo desde que el pilar sobre el que iba a girar todo el programa decidió cambiar de guión en medio del programa.

La gala comenzaba conectando con Iván y diciéndole que no le iban a conceder el deseo de ver a su chica, y que, si no le gustaba, ahí tenía la puerta de salida. Incluso el programa fue más allá y afirmó que se le perdonaría la  multa por incumplimiento de contrato. Pero ni por esas, tras dejarse convencer por sus compañeros, Iván decidía quedarse, dejando a Telecinco sin nada con lo que hacer frente a Falete.

Y es que aún no conocemos los datos de audiencia, pero sí los de Twitter, y son catastróficos: en ningún momento de la noche Splah bajó del 60% de share social (asuntos sobre los que  está  hablando la gente a través de la red social medidos al minuto), para terminar la noche, tras el  salto de Falete, por encima del 90%, y hundiendo a GH con un 9%. Normalmente el share social no es indicativo de audiencia, pero suele marcar una tendencia, así que alguien debería estar muy nervioso ahora mismo.

Pero volviendo al juego, tres nominados accedieron a la sala de expulsiones, y Gran Hermano (la audiencia tenía muy claro  que quien sobraba es Susana) decidió expulsar a Edo Boscolonatta, el italiano fisioterapeuta que intentó hacer medicina en su país, y acabó estudiando fisioterapia en la Universidad de la Campanario, y haciendo un máster en pérdidas femeninas.

Edo se marchaba, a pesar de que su relación con Argi avanzaba, lenta, pero segura, y en una gala en la que el programa intentó vender una relación con Susana que no se creen ni ellos (el chico ha tenido bastante más contacto con Raki, por ejemplo), con un 42,9% de los votos (o eso dijo Milá), y entraba en el plató dispuesto a afrontar su paso por el programa.

Entrevista sosa y corta en la que lo único interesante fue la pullita malvada lanzada por Mercedes Milá contra Berlusconi (dueño y señor de Telecinco y Cuatro, por si a la presentadora se le ha olvidado).