 El PP dilata durante una semana más la crisis convocando la Junta Directiva Nacional
Si los últimos cinco días han sido trepidantes, todo apunta que al menos habrá seis días más de alta intensidad en el escándalo en que está inmerso el Partido Popular, y es que el Presidente del partido, Pablo Casado, decidía en la tarde de este lunes convocar la Junta Directiva Nacional, máximo órgano de gestión del partido entre Congresos.
Pero no lo hacía de forma inmediata, sino que demoraba su celebración para dentro de una semana. Así Casado intenta ganar tiempo para buscar apoyos que eviten que los barones consigan los 2/3 de votos necesarios para convocar un Congreso extraordinario de forma urgente.
Y es que, a pesar de todo lo que está ocurriendo, y la delicadísima situación en que se encuentra el partido, Pablo casado se niega a dimitir ni tampoco a cesar a Teodoro García Egea. El líder de los populares se atrincheraba en Génova negándose a entregar la cabeza de su número dos en una tensísima reunión en la que algunos ni quisieron a participar.
El alcalde de Madrid deslizaba por la mañana que estaba barajando dejar de ser portavoz del Partido Popular, y es que Almeida ya lo insinuaba el mismo jueves en que estallaba todo, al separar los cargos institucional y de partido en la comparecencia en la que daba explicaciones sobre la relación de Carromero con el asunto de los espías.
Así el alcalde de Madrid quiere quitarse de en medio abandonando un cargo que ahora mismo es un auténtico polvorín y marcando distancias con la ejecutiva de Casado.
La espantada de Almeida, que alegaba motivos de agenda para no acudir al cónclave, era solo el primer capítulo de la jornada, pues a las pocas horas Alberto Núñez Feijóo el presidente de Galicia comparecía en rueda de prensa para pedir de forma velada la dimisión inmediata del líder de los populares.
Y es que según contaban los medios por la tarde Feijoo estaría dispuesto a hacerse cargo del partido siempre y cuando no se presente nadie en frente. De momento el principal rival se quitaba de en medio esa misma mañana, pues la presidenta de Madrid anunciaba que no está en sus planes inmediatos controlar el partido desde la calle Génova. En concreto Ayuso afirmaba que sería una traición a sus votantes abandonar la Comunidad de Madrid, cuando hace menos de un año que ganó las elecciones.
Ayuso también utilizaba esta comparecencia desde Boadilla, donde era recibida con aplausos, para hacer un anuncio importante, y es que la presidenta decidía enviar a la Fiscalía toda la documentación sobre el contrato de las mascarillas antes incluso de que se la requiriese.
Así Ayuso continúa con la misma estrategia que ya utilizó el mismo jueves: afirmar que el contrato es conforme a la ley, y que por tanto, no hay caso de corrupción. Y según parece los fiscales están en esa misma línea, pues tal y como desvelaban, las peticiones de investigación que hicieron los partidos de la oposición el pasado viernes no tienen prácticamente ninguna base jurídica, por lo que todo apunta a que lo relacionado con el contrato encumbrará aún más a una Ayuso que ya tiene el favor del pueblo.
Pero muy diferente es lo que va a ocurrir con la otra parte del escándalo que ha sacudido la calle Génova. Así en el Ayuntamiento de Madrid la Comisión que debía preguntar a Carromero por su papel en la trama de los espías no llegaba a reunirse tras ser vetada por el PP por un defecto de forma. En concreto los populares afirmaban que no se habían cumplido seis días desde la petición de comparecencias.
Así terminaba la mañana, pero comenzaba de una forma muy distinta para el ex número dos del Gobierno de Almeida pues, a pesar de haber presentado su dimisión el pasado jueves, no será efectiva hasta dentro de una semana, por lo que sí estaba obligado a participar en la comisión.
Y hablando de comisiones, el PP vetaba por otro aspecto formal la comisión de investigación pedida por los partidos de izquierda en la Asamblea de Madrid, una comisión en la que VOX se abstuvo |
