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17
Mar
2020
La Paz participa en un estudio internacional para buscar una vacuna contra el coronavirus PDF Imprimir E-mail
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Foto cedida por Ministerio de SanidadEl Cruces de Bilbao y el Clínic de Barcelona también participan

La Comunidad de Madrid va a comenzar a incluir pacientes voluntarios en dos estudios para comprobar la eficacia de un nuevo medicamento para combatir el COVID-19, la enfermedad que transmite el nuevo coronavirus.

Se trata de dos estudios en fase III, es decir, se usa el nuevo medicamento en pacientes, con la intención de comprobar su eficacia y seguridad para combatir la enfermedad. Uno de los estudios se realizará en pacientes con enfermedad grave y otro en pacientes con una afectación menor, en los que se analizará si el nuevo medicamento ofrece mejores resultados que la terapia de soporte que actualmente se está administrando.

Ambos estudios, en colaboración con el Laboratorio Gilead, y que cuentan con la aprobación de la Agencia Española de Medicamento, son de ámbito internacional. En Europa participan España, Alemania, Italia y Francia y, concretamente en nuestro país, los hospitales La Paz-Carlos III, Cruces (Bilbao) y Clínic (Barcelona). Se investigará un medicamento que, previamente, había sido estudiado para el tratamiento de otras enfermedades causadas también por coronavirus.

El medicamento que se va a ensayar (Remdesivir) es un análogo de nucleótidos, que interfiere en la replicación de los virus atacando su ARN y frenando así su extensión en las células del organismo que ha invadido. Remdesivir ha ido utilizado previamente en el Hospital La Paz-Carlos III para el tratamiento de pacientes graves con COVID-19 a través de Uso Compasivo.

El primer estudio, en el que participarán 400 pacientes de varios países, se realizará -siempre con voluntarios- en pacientes graves, buscando la normalización de la fiebre y el aumento de la saturación de oxígeno en los 14 días siguientes al tratamiento. En el segundo estudio, en el que se comparará la eficacia del nuevo medicamento con la terapia habitual, participan en total 600 pacientes menos graves de varios países, y medirá el número de altas que se dan con cada tratamiento en los 14 días siguientes.

Todos los participantes en el estudio podrán interrumpir el tratamiento experimental en cualquier momento, si así lo consideran oportuno los médicos responsables de su seguimiento. Los primeros resultados de los ensayos se esperan en los próximos meses, y de ellos dependerá la posibilidad de la autorización posterior del medicamento para uso generalizado por las autoridades reguladoras.

La Comunidad de Madrid va a poner todos los medios necesarios para estar a disposición de las autoridades sanitarias nacionales e internacionales en lo relativo a su participación en aquellos ensayos clínicos que puedan suponer un avance en el tratamiento de COVID-19.

Centros públicos de investigación españoles trabajan desde hace semanas en el diagnóstico, tratamiento y generación de vacunas frente al nuevo coronavirus, a través de diferentes proyectos liderados por científicos de reconocido prestigio internacional. El Ministerio de Ciencia e Innovación está en permanente contacto con los Organismos Públicos de Investigación (OPIs) para movilizar recursos, tanto materiales como personales, y priorizar estas líneas de investigación.

Algunos de estos proyectos han sido seleccionados por las convocatorias europeas que se han abierto para hacer frente al coronavirus, como la convocatoria exprés que anunció la Comisión Europea el pasado 30 de enero y resolvió el 6 de marzo, en el marco del programa de investigación e innovación de la UE, Horizonte 2020.

En el campo del diagnóstico del nuevo coronavirus trabajan el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) y el Instituto Catalán de Nanociencia y Nanotecnología (ICN2). En el primero de estos organismos, el Centro Nacional de Microbiología (CNM) ha desarrollado un programa de validación de técnicas comerciales para la detección del SARS-CoV2 en muestras clínicas, que da respuesta a la necesidad de contar con kits diagnósticos en el menor tiempo posible.

En concreto, el CNM ha desarrollado un panel de controles positivos y negativos, que permite analizar la efectividad diagnóstica de las técnicas comerciales y conocer su sensibilidad, especificidad y límite. En coordinación con la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), el ISCIII emitirá informes sobre la fiabilidad diagnóstica de estos test comerciales que no han podido obtener todavía el sello de la Comisión Europea y cuya eventual puesta en marcha puede disminuir los posibles problemas de desabastecimiento.

Por su parte, en el ICN2, la profesora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Laura M. Lechuga lidera y coordina un proyecto que trabaja en el diagnóstico rápido y monitorización del coronavirus, en cooperación con Italia y Francia, y en el que también participa como 'partner' la Universidad de Barcelona, a través del grupo del profesor Jordi Sierra. Es uno de los 17 proyectos seleccionados por la Comisión Europea en la convocatoria urgente que lanzó el 30 de enero para hacer frente al SARS-CoV2.

Este proyecto, denominado CONVAT, tiene como objetivo ofrecer un nuevo dispositivo basado en nanotecnología biosensora óptica que permitirá detectar el coronavirus en unos 30 minutos, directamente a partir de la muestra del paciente y sin necesidad de realizar los análisis en laboratorios clínicos. Además, se podrá usar para el análisis de diferentes tipos de coronavirus presentes en animales reservorios, de manera que se pueda monitorizar y vigilar una posible evolución de estos virus y prevenir futuros brotes infecciosos en humanos. Para su investigación, el ICN2 recibirá 840.843 euros y la Universidad de Barcelona, 400.152.

El Centro Nacional de Biotecnología (CNB), del CSIC, también fue seleccionado en la convocatoria exprés de la Comisión Europea para participar en el proyecto 'Monoclonal Antibodies against 2019-New Coronavirus' (MANCO), en colaboración con grupos de investigación de CoV, compañías biotecnológicas y organizaciones para investigación clínica de Holanda, Alemania y Francia.

Este proyecto, para el que el centro del CSIC recibirá 125.000 euros, aprovecha la experiencia de la investigación lograda en otro anterior (IMI-ZAPI), que desarrollaba anticuerpos protectores frente a otro coronavirus (MERS-CoV). Como algunos de los anticuerpos caracterizados reconocían una región de la proteína S conservada en distintos coronavirus, pretende evaluar su eficacia protectora frente al SARS-CoV2. El proyecto permitirá identificar anticuerpos monoclonales para utilizar de forma preventiva o terapéutica en respuesta a la epidemia causada por el nuevo virus.

Otro proyecto en este campo es el que implica al Barcelona Supercomputing Center - Centro Nacional de Supercomputación (BSC-CNS), también seleccionado en la convocatoria urgente de la Comisión Europea, para participar en el EXSCALATE4CoV (E4C), que busca utilizar la supercomputación de altas prestaciones para potenciar el diseño inteligente de fármacos 'in silico'.

En el proyecto colaboran tres de los centros informáticos más potentes de Europa. Además del CNS, que recibirá 232.375 euros, participan CINECA y JÜLICH, así como centros especializados en bioinformática, biología molecular y universidades de Italia, Bélgica, Portugal, Alemania, República Checa y Suecia. El diseño avanzado de medicamentos asistido por computadora, combinado con el examen bioquímico y fenotípico, puede reducir considerablemente los tiempos necesarios para la creación de fármacos.

Asimismo, el Instituto de Salud Carlos III está ultimando una propuesta coordinada con varios centros sanitarios españoles para pedir financiación a la convocatoria extraordinaria de la Innovative Medicine Initiative (IMI) de la UE, para probar la actividad de diferentes moléculas antivirales frente al SARS-CoV2. El Instituto coordinaría toda la fase de experimentación in vitro y cultivos celulares para la búsqueda de terapias antivirales.

Por lo que se refiere al trabajo para el desarrollo de futuras vacunas, el grupo de investigación liderado por los científicos Luis Enjuanes e Isabel Sola, del Centro Nacional de Biotecnología del CSIC, tiene en marcha un proyecto desde el pasado 31 de enero.

El proyecto PIE-CORONAVIRUS tiene como objetivo estudiar los mecanismos de patogénesis del coronavirus SARS-CoV2 con el propósito de eliminar de su genoma los genes responsables de la virulencia para obtener derivados atenuados, que son candidatos a vacuna. Cuenta con 225.000 euros de fondos propios del CSIC y ha solicitado financiación en varias colaboraciones internacionales.

El grupo de investigación ya ha completado el diseño de la estrategia para reconstruir el genoma del virus a partir de fragmentos de ADN sintetizados químicamente y espera realizar la ingeniería del genoma completo y de las variantes atenuadas en unas seis u ocho semanas. De esta manera, esperan tener candidatos a vacuna en un plazo de tres meses, que se evaluarán primero en ensayos pre-clínicos en ratón, para determinar si son eficaces y seguros, antes de ser estudiados en ensayos clínicos de fase I en personas.

Además, este centro participa en varias convocatorias internacionales. Entre ellas, ha presentado una propuesta junto al equipo del doctor español Adolfo García-Sastre, del Icahn School of Medicine en Mount Sinai (Nueva York), a Centers of Excellence for influenza research and surveillance (CEIRS)-NIH.

Estudios clínicos y epidemiológicos El Instituto de Salud Carlos III está también implicado en un proyecto europeo que tiene como objetivo constituir una red multidisciplinar para investigación, prevención y control de la COVID-19. El I-MOVE-COVID-19 es uno de los proyectos financiados por la Comisión Europea en su reciente convocatoria exprés, para el que el ISCIII recibirá 210.000 euros, y del que también forma parte el Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra (con 110.000 euros).

El I-MOVE analizará el coronavirus en humanos y en diferentes especies animales, estudiará su expansión e identificará distintas formas de control del contagio. En concreto, los investigadores del ISCIII participarán en redes de atención primaria y hospitalaria y desarrollarán estudios clínicos, virológicos y epidemiológicos.

Además, el ISCIII ha decidido ampliar los objetivos de varios proyectos de investigación que ya tenía concedidos, para potenciar su papel en el manejo de la alerta por coronavirus, asumiendo el aumento de costes. Así, diferentes proyectos han incluido en su campo de estudio el SARS-CoV2 para analizar su efecto en las poblaciones más vulnerables, investigar posibles coinfecciones con otros virus respiratorios como la gripe y realizar estudios de eficacia de nuevas vacunas en desarrollo.

Varias compañías farmacéuticas españolas han expresado su interés en mantener colaboraciones con el Centro Nacional de Biotecnología y ya están produciendo resultados.

En concreto, el grupo que dirige Luis Enjuanes, junto a Isabel Sola y Sonia Zúñiga, ha demostrado in vitro que el fármaco Aplidin (plitidepsina), descubierto por la farmacéutica española Pharmamar, y usado para tratar el mieloma múltiple, logra frenar la multiplicación del coronavirus HcoV-229E, que pertenece a la familia del nuevo coronavirus que ha provocado una pandemia. Ahora, los investigadores van a estudiar si este fármaco es efectivo también contra el coronavirus SARS, muy similar al SARS-CoV2, que causa la enfermedad COVID-19. También se mantiene colaboración con Grifols para la evaluación de la actividad neutralizante de inmunoglobulinas frente al nuevo coronavirus.

 

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