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16 Oct 2011 |
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Diez años después de la adjudicación, aun quedan tres fábricas por trasladarseEl Polígono Industrial de El Girasol fue el primero de los instalados en Torrejón de Ardoz, cuando la localidad comenzaba a crecer mucho en muy poco tiempo. Concretamente, las primeras empresas del que fue el gran parque tecnológico de la localidad se instalaban a finales de los años 60 y principios de los 70 en una zona bastante alejada del núcleo urbano como eran las proximidades de la Avenida de la Constitución, que entonces se llamaba Avenida del Generalísimo. Pero Torrejón creció, y mucho, y el polígono quedó encerrado en una zona muy cercana a los nuevos desarrollos de Veredillas, Torrejón 2000 y Orbasa, así que, en Marzo de 2001 el Pleno Municipal de la localidad aprueba una modificación del PGOU de 1999, modificación que pretende convertir en suelo residencial el calificado como suelo industrial del Polígono, y que viene propiciada por el acuerdo entre los empresarios del polígono, el Ayuntamiento y UNICEM. En ese mismo Pleno también se acuerda que la empresa encargada de trasladar las fábricas a una nueva ubicación en Las Monjas será Gesgisa, Gestión Girasol S.A., una empresa que, desde el Ayuntamiento se asegura, está formada por los empresarios propietarios de las fábricas del Polígono, pero que, según afirmaba una investigación del diario El Mundo, en realidad pertenecía, en un 99% a Bruesa, empresa constructora a la que se adjudicará, en ese mismo año, la construcción de Fresnos I, un edificio de vivienda pública a través de Patrimonio Siglo XXI, y la construcción de la llamada Biblioteca Central, que se ubicaría en El Juncal. La intención del Ayuntamiento, y para la que se contrata a Gesgisa, es trasladar las veinte empresas que operan en El Girasol a un nuevo sector de Las Monjas denominado Sector 8, una zona de 400.000 metros cuadrados del que el Ayuntamiento tenía 35.000, aunque consideraba poder conseguir otros 15.000, y que se venderían “a buen precio”, como afirmaba por aquel entonces el concejal de Urbanismo. Y lo cierto es que cumplió su palabra: GESGISA compró 16 parcelas municipales del sector 8 por un precio de 3, 5 millones de euros, lo que supone un precio de unos 104 euros por metro cuadrado, mientras que el precio de mercado, según fuentes del sector, era de más de 300. Además, según afirmaba el diario El Mundo en Abril de 2011, la sociedad ya había comprado entre 1999 y 2001 una superficie de 13.600 metros cuadrados de los 32.000 que componían el Polígono. Pero además del traslado, Gesgisa también se hizo cargo de la nueva urbanización de los terrenos, para lo que contrató a Brues y Fernandez, filial de Bruesa. Según el proyecto, los 32.000 metros cuadrados edificados se convertirían en una parcela de 150.000 metros cuadrados, en la que podrían construirse alrededor de 1.200 viviendas. El mismo diario citado afirmaba que el Ayuntamiento, en lugar de reservar el 10% que corresponde a zonas verdes y equipamientos, decidió vender esos terrenos a la sociedad por un precio también muy inferior al de mercado. Según el diario, se pagaron 2,6 millones de euros, lo que supone un precio de 300 euros por metro cuadrado, estando el precio de mercado en 1.200 euros por metro cuadrado. Además, según el periódico, Gesgisa vendió luego los terrenos por 1.700 euros el metro cuadrado. Y así, en 2005 comienza la urbanización de la nueva zona residencial. Después de una serie de problemas, y de que tres empresas no puedan ser reubicadas, en 2007 Brues tira la toalla y renuncia a terminar la urbanización, después de, según el diario El Mundo, haber cobrado 6,7 millones de euros por la obra, tuvo que ser el Ayuntamiento el que terminara la urbanización eso sí, con la salvedad de que tres fábricas continúan en medio del barrio: Talleres eléctricos de Joaquín Domínguez del Amo, Industrias Químicas NUSA Ibérica, y Talleres Norma. El alcalde explicaba hace unos días como se encontraba la situación de traslado de las tres fábricas: “ El Ayuntamiento está estudiando donde irían las empresas Talleres Norma y Joaquín Domínguez del Amo, que, casi al 99% de posibilidades, se situarán en el nuevo polígono Casablanca. El caso de NUSA es un escenario diferente, porque, a priori, es una industria de difícil reubicación, porque no ha soportado la situación de crisis y en estos momentos no tiene actividad. En el caso de Industrias Químicas NUSA estamos a la espera de una orden judicial que conllevaría el derribo de la fábrica”. Eso sí, Rollán explicaba que hay un requisito previo para la reubicación de las dos empresas: “Los miembros de la antigua Junta de Compensación (Gesgisa) tienen pendiente unas obligaciones de pago de urbanización y de traslado, y cuando estén monetarizados al cien por cien el Ayuntamiento tratará los derribos o las nuevas edificaciones. Lo previsible es que a lo largo del segundo semestre del próximo año las industrias se reubiquen en Casablanca, siempre y cuando Gesgisa pague lo que debe al Ayuntamiento.” Así las cosas, los edificios comienzan a construirse en el nuevo barrio, y algunos vecinos ya comienzan a ocupar sus nuevas viviendas en una zona que acogió, hasta hace no demasiado tiempo, el que fuera Parque Tecnológico de Torrejón.
Reportaje del Diario EL MUNDO sobre el polígono El Girasol |