Una de las ramificaciones de la red vendía en la localidad, donde tenía un pequeño laboratorio para cortar la droga

Hoy comienza, en la Audiencia Provincial de Ciudad Real el juicio contra ocho personas acusadas de integrar una red de tráfico de drogas que operaba en Torrejón y Puertollano. El fiscal pide para el principal acusado ocho años y medio de cárcel, además de siete para su mujer y cinco para su hijo, colaboradores en el negocio familiar.

Según la investigación, los tres eran los que, desde su domicilio en Ciudad Real, tenían dos contactos, uno en Puertollano y otro en Torrejón, encargados de colocar la coca, que, en el caso de Torrejón, era cortada previamente en el laboratorio que tenía GMGF, para el que el fiscal pide también siete años de cárcel, mientras que para el correo en Puertollano la pena es de seis años de prisión.

El modus operandi de la banda, que tuvo detrás a la policía durante casi seis meses, consistía en trasladar la coca desde Argentina, donde vivía el hermano del cabecilla, hasta Ciudad Real, para después entregarla a los correos.