Se trata de 150 imágenes de árboles presentes en calles y parques de la capital

El artículo Valor del Bosque Urbano de Madrid ha recibido el premio de la revista de la Asociación Española de Parques y Jardines Públicos (AEPJP). Firmado por el subdirector de Conservación de Zonas Verdes y Arbolado Urbano del Ayuntamiento de Madrid, Antonio Morcillo; la asesora técnica de Zonas Verdes, Nuria Bautista, y el ingeniero de Montes, Juan Manuel Borrajo, el estudio describe y cuantifica el valor del Bosque Urbano de la ciudad de Madrid y, por primera vez, ofrece un cálculo de los beneficios que este ecosistema aporta a la ciudad.

El 28 de junio se celebra el Día Mundial del Árbol, una efeméride que pone el acento en la importancia que tienen los árboles para la biodiversidad del planeta y en la necesidad de proteger los bosques y las superficies arboladas. Fue el Congreso Forestal Mundial celebrado en Roma en 1969 el que instauró esta celebración de carácter anual. Pero los árboles no solo tienen un día en el calendario. Hay más efemérides como la del 21 de marzo con el Día Forestal Mundial, jornada en la que el Ayuntamiento de Madrid homenajea cada año que el patrimonio arbóreo habite entre calles y edificios y forme parte de la infraestructura verde de la ciudad.

El trabajo galardonado expone que en Madrid crece y se desarrolla un bosque formado por millones de árboles, arbustos y especies herbáceas que crean, junto a los animales que lo habitan, el suelo, el aire, el agua y el río Manzanares, un ecosistema natural complejo que interacciona con la infraestructura gris de la capital. Es lo que se conoce como Bosque Urbano de Madrid: el conjunto de parques y jardines, el arbolado viario y la biodiversidad existentes.

Como todo ecosistema natural, los beneficios ambientales que aporta a la ciudadanía son múltiples y de gran valor. Además de cuidar y mejorar la salud y bienestar ciudadano y de visitantes, influye en la calidad del aire, actúa como sumidero de carbono y partículas contaminantes, capta y retiene el agua de lluvia, regula el clima local, mitiga el efecto ‘isla de calor’, reduce el consumo de energía de la ciudad y sus resultados son inmediatos en la lucha contra el cambio climático. El Ayuntamiento ha dedicado siempre un gran esfuerzo a la creación, mantenimiento, conservación, conocimiento y estudio de su gran patrimonio natural.

En el artículo se considera el Bosque Urbano de Madrid como un sistema complejo que engloba toda la naturaleza que habita el municipio, tanto los organismos vivos como el medio físico con el que se relacionan, considerando a la ciudadanía una parte muy importante y decisiva del mismo.

Madrid cuenta con un inventario detallado de todas las zonas verdes, árboles, arbustos y praderas que mantiene el Ayuntamiento. Este inventario se recoge en un Sistema de Información Geográfica (GIS) de Patrimonio Verde e integrado en MiNT (Madrid iNTeligente). El catálogo refleja que más de la mitad de las calles albergan árboles plantados por el Consistorio, existiendo en la ciudad más de 500 especies distintas y cerca de 800 variedades de arbustos en aproximadamente 400 hectáreas. El Ayuntamiento mantiene más de 6.000 hectáreas de parques y zonas verdes públicas, de las que 1.600 hectáreas están cubiertas de césped y son praderas naturales.

Las zonas verdes no municipales conforman el 53 % del arbolado y las áreas forestales constituyen el 46 % de la cobertura arbórea, presentando un valioso estado de conservación. Entre árboles públicos y privados, Madrid cuenta con un total de 5,7 millones de ejemplares.

Los espacios naturales que forman parte del bosque urbano de la ciudad, aportándole un gran valor forestal y medioambiental y como reserva de una biodiversidad autóctona, están constituidos por el río Manzanares, un ecosistema fluvial que forma un corredor ecológico natural al unir el parque nacional de la Sierra de Guadarrama, el parque regional de la Cuenca Alta del Manzanares, el monte de El Pardo y el parque regional del Sureste a través de su recorrido. Así, la interrelación se lleva a cabo a través de canales o corredores verdes que intercambian sus especies e individuos con la ciudad. Se trata de ecosistemas típicos de bosque mediterráneo con excelentes condiciones de conservación que forman parte desde el año 1988 de la Red Natura 2000 de la Unión Europea.

A escasos diez kilómetros a vuelo de pájaro de la Puerta del Sol anidan varias parejas de especies de aves en peligro de extinción como el águila imperial ibérica (Aquila adalberti) o vulnerables como la cigüeña negra (Ciconia nigra) y el Buitre negro (Aegypius monachus). Esta comunidad casi intacta y única en España constituye una gran reserva de interés faunístico extraordinario. Eso, sin olvidar las más de 44 especies de mariposas que se han catalogado.

El artículo premiado ha utilizado la herramienta i-Tree para obtener el valor del Bosque Urbano de Madrid. Cada uno de los árboles de conservación municipal cuenta con información acerca de su especie, diámetro de copa, altura o perímetro de tronco. En el caso del arbolado viario, se cuenta además con datos individualizados: estructura, presencia y transparencia de copa, estado e información georreferenciada de la tipología de zona verde o vial en el que habita. Se cuenta asimismo con información pormenorizada de las masas arboladas en zonas forestales, arbustos, setos y zonas de praderas y céspedes.

El Estudio del Valor del Bosque Urbano de Madrid recoge la cuantificación y valor económico de los servicios ecosistémicos que aportan a la ciudad. El modelo i-Tree permite comparar los bosques urbanos de las ciudades entre sí. El análisis incluye una tabla comparativa de Madrid con otras ciudades. El número de árboles se ha calculado, incluyendo los ejemplares de las zonas verdes, parques y jardines, el arbolado viario y las zonas forestales de la ciudad.

Con el fin de dar a conocer de una forma lúdica los principales árboles en calles y parques, se ha publicado recientemente un álbum de cromos autoadhesivos que, a través de dibujos y fotografías, muestra las características más destacadas del patrimonio arbóreo de Madrid.

Con un formato que recuerda a los años 60 y 70, las 150 pegatinas muestran las principales especies de árboles, las más frecuentes e importantes de nuestra ciudad y detalla las características, anécdotas y curiosidades de acacias, plátanos de sombra, árboles del amor, castaños de indias, encinas, piño piñonero y, por supuesto, madroños.