Fueron asesinado por ETA en 1984 y 1991

Dando cumplimiento al acuerdo plenario del 28 de mayo de 2014, el Ayuntamiento de Madrid ha colocado una placa en recuerdo del atentado que acabó con la vida del teniente general del ejército de tierra Guillermo Quintana Lacaci. La placa se ha colocado en el lugar en el que dos pistoleros de ETA perpetraron el asesinato en 1984, en la calle Romero Robledo número 18.

La placa se ha inaugurado en un acto presidido por la concejala del distrito de Moncloa-Aravaca, Montserrat Galcerán, quien ha dirigido unas palabras a los vecinos y vecinas allí congregados en defensa del derecho a la vida y a la dignidad, y animando a la resolución de los conflictos desde la búsqueda de la paz.

Después del minuto de silencio, la concejala ha hecho entrega de un ramo de flores a la familia. Guillermo Quintana, hijo mayor del general, ha intervenido en representación de la familia, recordando la figura y trayectoria de su padre y agradeciendo al Ayuntamiento de Madrid la colocación de la placa. El asesinato del teniente general Quintana Lacaci fue juzgado en 1996, sentenciándose a sus autores a 30 años de cárcel.

La primera placa en recuerdo de una víctima mortal de atentado terrorista en el distrito de Latina se ha colocado en el nº115 de la calle Blas Cabrera, lugar dónde se cometió el asesinato del militar Enrique Aguilar Prieto. Al acto, presidido por el concejal del distrito de Latina, Carlos Sánchez Mato, han acudido tanto familiares del teniente conmemorado, como asociaciones de víctimas del terrorismo y miembros de la corporación municipal, que han querido con su presencia arropar a la familia.

La ceremonia de recuerdo ha comenzado con unas palabras pronunciadas por Sánchez Mato -en representación del consistorio- que han dado paso a las palabras del hijo del teniente homenajeado. Tras estas intervenciones se ha concluido el acto con un minuto de silencio. El teniente Enrique Aguilar Crespo fue asesinado el 5 de junio de 1991 por la organización terrorista ETA mediante una bomba-lapa adosada a los bajos de su vehículo, aparcado frente al número 115 de la calle Blas Cabrera. Natural de Palencia, tenía 52 años, estaba casado y tenía hijos.