Algunos concursantes comienzan su campaña para entrar en Acorralados

Hay quien dice que los concursantes de Gran Hermando generan, durante su estancia en la casa, una dependencia de las cámaras que les hace esclavos de la televisión. Aún no hay estudios serios sobre el asunto, pero probablemente algo de sentido puede tener. Viven 24 horas, siete días de la semana durante cuatro meses pendientes de las cámaras, unas cámaras que se giran para seguirles, a las que miran cuando quieren transmitir un mensaje, y que son su único elemento de afinidad en un entorno abiertamente hostil (el juego es una competición con 300.000 euros de premio).

Este síndrome de Estocolmo les lleva, tras su salida de la casa, y salvo honrosas excepciones, a intentar meter la cabeza en el mundo de la televisión, ya sea como colaboradores, como presentadores de calls o videncias, o, lo más habitual, como montajistas profesionales dispuestos a vender lo que haga falta con tal de seguir en el candelero.

Este síndrome lo estamos viviendo con más intensidad durante esta edición, a través de las TwitCam que hacen noche sí y noche también los exconcursantes. Pero algunos quieren volver a la tele, y por eso han iniciado una campaña para entrar como concursantes en la nueva edición de Acorralados (ayer mismo Telecinco confirmaba que se estrenará en septiembre, junto a la segunda edición de La Voz). En concreto, el primero en buscar el apoyo tuitero para entrar en la granja ubicada en Cataluña, ha sido Adrián. El sevillano montaba ayer una trifulca en la red social con Carolina Sobe (también candidata a entrar en el reallity) sobre quién había hecho más méritos para volver a la tele (yo tengo mi opinión al respecto, pero me la guardo). Ambos son opciones de la encuesta que ha puesto en marcha la productora del reallity en el blog oficial del programa, y en el que también hay personalidades como Noemí Merino, Chiqui o la gran Esther Aranda.

Pero mientras algunos buscan ya un futuro en septiembre, otros siguen apegados a su pasado inmediato. Miriam Cuesta era ayer portada de la revista Interviu, como os comentaba en el post anterior, pero lo verdaderamente interesante no estaba en la portada, sino en el interior. La concursante se despachaba contra la productora del programa en una entrevista que no tiene desperdicio. Entre otras perlas la alicantina contaba que el programa pone a cada uno una etiqueta, y que lo asume sin problemas, pero que no se cree la expulsión de Sonia contra Igor. Además carga contra la nominación de familiares (que la sacó de la casa), afirmando que la crearon exclusivamente para expulsarla, y opina que no ha habido incomunicación con el exterior durante todo el concurso. Miriam termina con una frase demoledora (con la que, por cierto, estoy completamente de acuerdo): “Se están cargando la esencia del programa”.

También pensando en el futuro inmediato (esta misma noche), Lorena recopilaba ayer a través de su cuenta de Twitter sus mejores frases dentro de la casa, y se autonominaba para ganar el premio al mejor ronquido (ella se ve segura de sus posibilidades, pero tanto Anabel como Desi también tienen opciones de llevarse el premio).

Y es que esta noche el Debate entrega sus Premios Debate 2013, un divertido repaso a los mejores momentos de una edición a la que le quedan siete días de vida (eso sí, no lo tendrá nada fácil para enganchar a la audiencia, ya que competirá con Lucio, Martín Berasategui y Paco Roncero, un polémico volcán de chocolate y el encuentro entre Maribel y Gloria Lomana en Masterchef, programa, que, por cierto, desde el lunes tiene ganador, ya que ese día se grabó la final del concurso).

Y mientras esto pasa fuera, dentro siguen a lo suyo: preparar el terreno para unas nominaciones que no se producirán. Os recuerdo cómo teníamos el tablero desde el jueves: tras la salida de Kristian, el Clan Igor era muy mayoritario en la casa, lo que provocó un acercamiento de Raki a Desi. Juan Carlos, temiendo quedarse como único miembro del Pelochismo, intentó, sin éxito, convencer a Raki de que volviera al redil, y, al día siguiente, afianzó su alianza con Nacho. Sin embargo, el Clan Igor ya tiene sentenciada a Raki. Ayer Igor y Susana pactaban (realmente lo llaman criticar, pero tiene mucho de pacto de nominación) sacar a la palestra a Raki. Las razones, que hacía mucho que no se enfrentaba al criterio del público (en concreto, desde la primera semana), y que, desde la llegada de Juan Carlos, les había dado de lado a todos. Demostrando una vez más que sabe leer perfectamente el concurso, Igor daba el argumento definitivo: “eligió a Juan Carlos para entrar antes que a Giuls en la repesca”.

Así las cosas, si hubiera nominaciones Raki saldría a la palestra y, probablemente, se convertiría en la última víctima de la venganza de Igor de Montecristo (la estrategia es muy buena, ya que Nacho no es rival para el Susargismo, pero Raki sí si consigue el apoyo Pelocho). Esto provocaría un cambio de actitud de Nacho y abriría la puerta a una guerra abierta entre los cuatro candidatos a la victoria final: Igor, Susana, Desi y Álvaro, pero todo esto se quedará en agua de borrajas porque ellos ya no tienen la palabra. El próximo jueves, tras la expulsión de Juan Carlos, otros dos habitantes abandonarán Guadalix, dejando a los cuatro finalistas de la edición.

Y mientras todo esto sucede, la casa sigue siendo un cementerio viviente. Lo más destacado de la jornada es una pequeña bronca entre Raki y Juan Carlos a costa del anuncio de Licor del Polo (el madrileño no dio bien la dirección de la web donde votar, y Raki se lo recriminó en la radio en directo, lo que no sentó nada bien a Juan Carlos), y que los concursantes se pasaron la tarde buscando muñecos de la película Gru, mi villano favorito (había veinte escondidos por la casa, y, si los encontraban todos, les pondrían la película. Al final consiguieron 19, por lo que, en principio, se quedaron sin film, aunque seguro que la bondad del Super les permite ver la película). El otro asunto destacado tendrá que esperar: el premio y el ganador de la prueba de Zumba no se desvelará hasta la próxima gala, la semifinal del programa.