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24
Sep
2023
El PP abarrota la Plaza de Felipe II en su macromitin contra la amnistía PDF Imprimir E-mail
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Foto cedida por PPMás de cincuenta mil personas participaron en el mayor acto político de la historia de la Democracia

Era una apuesta muy arriesgada tratar de canalizar la indignación ciudadana en un acto político en lugar de en una manifestación, pero al PP le salió bien, y es que unas 66.000 personas, según sus cálculos; y unos 40.000 según Delegación de Gobierno, llenaron las calles en Madrid en contra de la amnistía, convirtiendo el acto de este domingo en el mayor acto político de la historia de la Democracia en España.

En concreto, desde primera hora de la mañana los alrededores de la Plaza de Felipe II se colapsaban de personas portando pancartas y banderas de España para asistir a un mitin celebrado tan sólo cuarenta y ocho horas antes de que comience el debate de investidura de Núñez Feijóo. Rodeado por Ayuso, Almeida, Aznar y Rajoy, el candidato a la Presidencia del Gobierno se erigía como defensor de los principios de 1812 que, afirmaba, estaban en riesgo por los pactos de Pedro Sánchez.

El presidente del PP explica que, si en España llega a haber un Gobierno sustentado por la amnistía y la desigualdad, será responsabilidad de Sánchez, “por demostrar una falta de integridad moral y política”. “Los políticos pasan y lo queda es lo que hicimos y defendimos. Allá Sánchez y cómo quiere ser recordado en la Historia de nuestro país. Yo lo tengo claro: me debo exclusivamente a los españoles, para ellos estoy, para nada más”, asevera. Durante el acto más multitudinario en la historia del partido, califica de “falacia socialista” que el independentismo tenga que ser decisivo en la gobernabilidad del país cuando nunca, en décadas, había tenido menos votos que ahora

Subraya que “esto no va de partidos, ni de bloques, ni de territorios, ni de legalidad. Esto va de principios y de derechos. Nadie puede ser más que nadie en la España constitucional” Lamenta que los españoles se vean obligados a defender lo que se proclamó en la Constitución de 1812, como son nuestra soberanía, nuestros valores constitucionales, nuestras libertades y nuestro derecho a las mismas oportunidades. Desmonta la afirmación del PSOE que habla de una de una “mayoría progresista” cuando no son “ni progresistas, ni socialistas, ni mayoría”, pues el 94% de los españoles votó mantener vigente la Constitución. “No es socialismo cuando pretenden establecer privilegios para una élite de políticos en perjuicio de todos. Es elitismo político”, incide

“Que no nos llamen tontos a los españoles porque no lo somos”, dice ante los constantes engaños de los socialistas. “Lo que hacen solo tiene un nombre: indignidad. Un cómplice: el PSOE actual. Y un responsable: aquel que está en La Moncloa tras haber perdido las elecciones”, añade. Asegura que los españoles no votaron el 23J un cambio en el régimen constitucional: “Es un fraude y no vamos a negociar los fraudes”. Aboga por una España de ciudadanos libres e iguales donde todos deben tener los mejores servicios públicos, haciendo hincapié en la sanidad, y aclara que aquellos que malversan dinero público no pueden quedar exentos de su responsabilidad. Cree en un país con acceso universal a una educación competitiva y no ideologizada, en el que mujeres y hombres no son adversarios y luchan juntos contra la violencia machista, en el que la condición sexual no deriva en prejuicios ni discriminaciones y en el que cada uno puede tener sus creencias.

Defiende que las lenguas significan riqueza y entendimiento. “No nos tratemos como extranjeros en nuestro propio país. Comuniquémonos con respeto y no con pinganillos y pantallas de karaokes”, manifiesta. “Al Congreso se va a entenderse, no a traducirse”, recalca. Insiste en la importancia de que el Gobierno tenga por todos los españoles la misma consideración, sin privilegios, y explica que no se puede dar más valor al voto de unos pocos sobre el de todos, que la Ley y la Justicia ha de ser la misma para todos y que los presupuestos de la nación se reparten en función de las necesidades objetivas. “Si lo que hoy defendemos le molesta al que está en La Moncloa o a los que quedan en la calle Ferraz, será su problema, pero no el de los españoles”, resalta. “No podemos permitir que se utilice la diversidad para dividir y debilitar a la nación. Es un chantaje”, sentencia.

 

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