Alcanzan un acuerdo con el Vaticano para lanzar un concurso de ideas internacional
El ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, ha expresado su satisfacción con un nuevo acuerdo alcanzado entre el Gobierno español y la Iglesia Católica respecto al Valle de los Caídos, que a partir de ahora será conocido como Cuelgamuros. Este acuerdo representa un cambio significativo en la interpretación y el significado de este monumento.
Bolaños ha enfatizado que el Valle de los Caídos, que anteriormente era visto como un monumento al dictador Franco, ahora se transformará en un símbolo de la democracia, la memoria y la reconciliación en España. Este cambio de enfoque es considerado por el ministro como una "gran noticia para la democracia española", ya que implica una colaboración entre el Gobierno y la Iglesia para redefinir la función y el simbolismo del monumento.
El acuerdo establece que ambas partes trabajarán juntas para darle un nuevo significado al monumento. Bolaños ha subrayado la importancia de esta colaboración, destacando que es un paso hacia adelante en la construcción de una memoria democrática que honre a las víctimas del franquismo y que promueva una visión de futuro.
A pesar de la re-significación del monumento, el pacto incluye el mantenimiento de ciertos elementos tradicionales. Se ha decidido que la cruz permanecerá en su lugar, que el culto en la basílica continuará y que esta no será desacralizada. Además, la comunidad benedictina que gestiona el lugar seguirá presente, aunque se ha producido un cambio en la dirección de la abadía con el relevo del prior Santiago Cantero, quien ha sido descrito por el ministro como "nostálgico" de la dictadura.
Bolaños ha indicado que, tras 50 años de la muerte de Franco, es un momento apropiado para resignificar lo que fue un mausoleo en homenaje al dictador. El objetivo del Gobierno es eliminar cualquier vestigio del franquismo y centrarse en la construcción de una memoria que rinda homenaje a la democracia actual y a los valores europeos.
El acuerdo fue anunciado el miércoles y se basa en una reunión previa entre el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, y el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, que tuvo lugar en febrero en Roma. Este pacto se suma a las exhumaciones que ya se están realizando en el valle.
Desde 1958, una comunidad de monjes benedictinos ha estado a cargo de los oficios eclesiásticos, los entierros, y el mantenimiento de la Basílica y la Abadía de la Santa Cruz del Valle de Cuelgamuros. A pesar de que el convenio original firmado por Francisco Franco con los benedictinos finalizó hace cinco años, se ha decidido que una veintena de frailes podrá continuar residiendo en el lugar. Sin embargo, el prior Santiago Cantera, conocido por su oposición a la ley de Memoria Democrática, ha sido relevado de su cargo, junto a otros dos monjes con posturas similares.
El acuerdo establece que no habrá desacralización de la basílica, lo que significa que se permitirá la continuación del culto religioso. La Archidiócesis de Madrid ha confirmado que se respetarán los elementos religiosos y se garantizará el acceso independiente a la basílica.
Uno de los aspectos más importantes del acuerdo es la resignificación del Valle de Cuelgamuros, que implica que una parte de la basílica se convertirá en un museo. Este museo buscará contextualizar históricamente el monumento y explicar su historia, con la esperanza de que no se repitan los errores del pasado.
A pesar de las especulaciones sobre la posible demolición de la enorme cruz que se erige en el valle, se ha decidido que esta estructura, reconocida como la cruz más grande del cristianismo, permanecerá en su lugar. La cruz tiene una altura de 150 metros y es visible desde la carretera.
El Gobierno de España ha destinado un presupuesto de 30 millones de euros para la resignificación del Valle de Cuelgamuros. De esta suma, se asignarán 4 millones para el concurso y redacción del proyecto, y 26 millones para la rehabilitación y construcción del conjunto monumental. Además, se buscará inspiración en otros monumentos internacionales que conmemoran la memoria histórica y la paz.
El Valle de los Caídos fue renombrado como Valle de Cuelgamuros en octubre de 2022, como parte de la Ley de Memoria Democrática. Este cambio busca desvincular el lugar de su asociación con el franquismo, resaltando su ubicación en el Monte de Cuelgamuros y promoviendo una nueva interpretación de su historia.
Originalmente, el Valle de Cuelgamuros fue concebido por Francisco Franco como un monumento a su victoria militar y un lugar de descanso para los cuerpos de sus seguidores. La construcción del valle, que duró 19 años, involucró a presos políticos republicanos y se ha convertido en una de las mayores fosas comunes de España, albergando más de 33,800 cadáveres, de los cuales más de 12,000 son de personas desconocidas.
La resignificación del valle tiene como objetivo dar a conocer las circunstancias de su construcción, el periodo histórico en el que se inserta, y su significado, además de fortalecer los valores constitucionales y democráticos en España.
La Archidiócesis de Madrid respondía a la noticia, y lo hacía a través de un comunicado en el que "lamenta la filtración y difusión de algunas informaciones publicadas recientemente sobre la resignificación del Valle de los Caídos, dentro de un proceso abierto de diálogo". Hasta la fecha, lo único definitivamente acordado ha sido la permanencia de la comunidad benedictina y la no desacralización de la Basílica, así como el respeto a todos los elementos religiosos situados fuera de la misma.
Más allá de estos puntos, cualquier otro aspecto relacionado con la resignificación es competencia exclusiva de la Santa Sede y el Gobierno, que son las partes que han llevado a cabo las negociaciones. En relación con las intervenciones dentro del templo, se estudiarán respetando los criterios litúrgicos y el fin para el que ha sido erigida la Basílica, garantizando un acceso independiente.
El cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, ha participado en este proceso como interlocutor designado dentro de una comisión eclesial. En este marco, se ha producido un intercambio de notas privadas sobre cómo articular la resignificación del Valle de los Caídos, garantizando siempre el respeto a los elementos religiosos y la permanencia del culto en la Basílica.
Desde la Archidiócesis de Madrid se quiere enfatizar que todas estas cuestiones han sido objeto de intercambio de cartas y notas de trabajo. De la misma manera, reitera que —más allá de la actividad pastoral—, su papel es de acompañamiento, pero sin tener jurisdicción sobre la Basílica ni sobre la comunidad religiosa que allí reside. |