|  Se encuentra en la sede del IMIDRA en Alcalá
La Comunidad de Madrid cuenta con una  colección de variedades de vid que lidera todas las colecciones  españolas por su actividad en la conservación de recursos genéticos y su  antigüedad, según indica el programa de Recursos Genéricos del  Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria  (INIA). El origen de las colecciones de vid se remonta a finales del XIX,  cuando en Europa penetró la filoxera, un insecto del tipo de los  pulgones, proveniente de América del Norte, que provocó la muerte de más  de un millón de hectáreas de vid, lo que supuso una importante pérdida  de material vegetal autóctono. La Colección de Variedades del Instituto  Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y alimentario  (IMIDRA) arranca en 1950 en su ubicación actual, la finca El Encín de  Alcalá de Henares, como fruto de la unificación de otras colecciones que  existían en diferentes puntos de España. Desde entonces se ha ido  completando con envíos sucesivos de plantas de diversas zonas vitícolas  nacionales e internacionales y cuenta con entradas de todo el país. La Colección del Banco de Germoplasma de Vides de El Encín, la más  importante de España y la tercera del mundo, con 3.696 entradas, ocupa  en la actualidad 10 hectáreas en las que se realizan las labores  habituales de cultivo de viña, siendo la única colección del mundo que  se conserva bajo cultivo ecológico, dadas las excelentes condiciones  ambientales de la Comunidad. Actualmente, el destino de estos ejemplares es la conservación del  material genético mediante la prospección, establecimiento,  conservación, identificación y evaluación del género ‘Vitis’. Para ello  se realizan trabajos de documentación y divulgación entre las  instituciones públicas y privadas; intercambio de material con otros  centros, tanto nacionales como extranjeros; formación de personal  científico y caracterización de las diferentes variedades de vid. Durante los últimos años, la utilización de las técnicas más  avanzadas biológicas y moleculares, junto a las de uso tradicional como  la ampelografía, ha permitido una correcta identificación y  caracterización de la mayoría de los genotipos. Asimismo, la relación  con otras colecciones nacionales e internacionales, como la de  Montpellier en Francia, San Michele en Italia o Siebeldingen en  Alemania, está permitiendo a los investigadores avanzar en la  conservación, identificación y estudio de otros genotipos europeos. Asimismo, desde febrero de 2012 se habilitaron dos salas en la finca  El Encín para crear la Exposición Permanente de la Colección de Vides,  en la que puede verse la muestra, con piezas de gran valor, junto con  documentos, material de laboratorio, material gráfico y prototipos para  medir la textura de las variedades de uva de mesa, empleados en la  descripción de variedades de vid desde 1893 a 2018. La exposición se  presenta en dos despachos que recrean el ambiente de mediados del siglo  pasado. Desde 2008 el IMIDRA ha participado en un trabajo de investigación  junto con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC),  para el conocimiento del patrimonio vitícola de España a través de la  caracterización de dos de sus colecciones vivas: la propia de la finca  El Encín y la creada y conservada por el CSIC en la Misión Biológica de  Galicia (Pontevedra). El estudio, así como su posible aplicación  científica y comercial, se publicará en el número de octubre Australian  Journal of Grape and Wine Research. “Tanto la colección de la Misión Biológica de Galicia (MGB-CSIC) como  la del IMIDRA reúnen un material vegetal de valor incalculable cuyo  conocimiento es de gran utilidad para resolver problemas sobre la  identidad varietal, el origen de algunas de ellas o su variabilidad. Los  datos representan la caracterización ampelográfica y molecular completa  de todas las variedades procedentes de estas regiones, presentes en  ambas colecciones”, explican Carmen Martínez, investigadora científica  del CSIC y coordinadora del proyecto, y Félix Cabello, responsable de la  colección del IMIDRA. “A la vista de los resultados obtenidos con el estudio, podemos  afirmar que en estos momentos tenemos en nuestra colección 20 variedades  tintas, 4 rojas/rosadas y 14 blancas, procedentes de Galicia y  Asturias”, explica Cabello. Para algunas variedades existen diferentes ejemplares que, aun siendo  molecular y botánicamente idénticas, muestran algunos caracteres que  las diferencian en cuanto a resistencia a enfermedades y otros  parámetros de interés agronómicos. Estos ejemplares se consideran clones  y son muy valorados por los científicos, quienes avanzan que “los  resultados de este estudio pueden ser aprovechados de cara a la  explotación comercial”. |