Le realizó la maniobra de Heimlich tras comprobar que se estaba ahogando

La Policía no deja de serlo cuando se quita el uniforme, y un ejemplo de ello ocurría hace unos días en un pequeño pueblo de Granada, donde un agente de la Policía Nacional, destinado en la Comisaría de Torrejón salvó la vida de un anciano que se encontraba en una situación crítica al asfixiarse en un restaurante.

El incidente ocurrió el 12 de agosto, cuando el agente se encontraba desayunando con su madre en un restaurante ubicado en la localidad de Atarfe, Granada. Durante su desayuno, la madre del policía observó que un hombre, de aproximadamente 75 a 80 años, estaba teniendo dificultades para respirar. El anciano mostraba signos evidentes de asfixia, agarrándose el cuello y presentando un color rojizo en su rostro.

Al darse cuenta de la situación crítica, el agente se acercó al anciano y evaluó que la obstrucción en sus vías respiratorias era causada por un alimento. Sin dudarlo, puso en práctica la maniobra de Heimlich, un procedimiento de primeros auxilios diseñado para desobstruir las vías respiratorias. El policía le pidió al anciano que se pusiera de pie y comenzó a aplicar compresiones abdominales, repitiendo la maniobra entre tres y cuatro veces. Durante esos momentos de tensión, que parecieron eternos, el agente mantuvo la calma y la concentración, lo que fue crucial para el éxito de la intervención.

Finalmente, tras varios intentos, el anciano logró expulsar el alimento que le obstruía la garganta, junto con una flema. A pesar de la gravedad de la situación, el hombre se negó a que se llamara a los servicios de emergencia, lo que podría haber sido un riesgo, dado que la localidad de Atarfe solo cuenta con una patrulla de Policía Local y el centro de salud más cercano se encuentra a unos 15 minutos a pie del restaurante.

La intervención del agente es aún más significativa considerando el contexto local. La escasez de recursos de emergencia en la zona podría haber llevado a un desenlace fatal si el policía no hubiera estado presente. Su rápida respuesta y la aplicación de técnicas de primeros auxilios fueron determinantes para salvar la vida del anciano.

El comportamiento del agente durante la emergencia fue ejemplar. A pesar de la presión y la urgencia de la situación, mantuvo la calma y actuó con profesionalismo. Tras el rescate, continuó desayunando con su madre, lo que refleja su capacidad para manejar situaciones de crisis sin perder la compostura.