El metro cortado, daños en más de cincuenta coches y viñedos destrozados, balance del paso de la tormenta

Se había anunciado como una típica tormenta de verano, pero lo cierto es que la tromba de agua caída en las últimas horas en media España tiene muy poco de veraniega. Una auténtica gota fría, rebautizada como DANA, dejaba inundaciones, riadas y granizo por toda la Comunidad de Madrid, y muy especialmente en el Sureste.

Así, la zona centro de Arganda era prácticamente arrasada por el agua, que provocó fuertes inundaciones en la calle Real y la mismísima Plaza Cuadrada. Más de cincuenta coches y varios contenedores de basura fueron arrastrados por una tromba que también destrozó buena parte de los comercios de la zona.

Hasta el Metro de Arganda y Rivas sufrió las consecuencias, siendo paralizado por el granizo. No fue la única línea de Metro que sufría las consecuencias de la tormenta, que también provocaba inundaciones en las líneas 5, 6, 7 y 12 del suburbano madrileño.

En la cercana Rivas situación muy similar, aunque con menos gravedad que en Arganda. La lluvia se dejó sentir sobre todo en el casco histórico, donde llegaron a recogerse 60 l/m2. Las riadas, menos violentas que en Arganda, también se dejaron sentir en la localidad.

Torres de la Alameda se llevaba también buena parte del granizo caído en pocas horas, y es que la tormenta provocó inundaciones y riadas en el pequeño municipio. En el Sureste la peor parte se la llevaban los viñedos, completamente destrozados por el pedrisco caído.

En Alcalá también se dejó sentir la lluvia, que obligó a suspender varias actividades de las Ferias, si bien lo peor se lo llevó el barrio de Ciudad del Aire, donde el granizo se dejó caer con intensidad. En San Sebastián de los Reyes la lluvia aguó el inicio de las Fiestas si bien no pudo evitar que los Talanqueros diesen el pregón de los sanfermines madrileños.

En total, los Bomberos realizaron más de doscientas salidas por toda la región, y el 112 recibió más de mil llamadas en los momentos de máxima intensidad de la tormenta, que está previsto que no amaine hasta bien entrada la madrugada.