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31
Oct
2011
Halloween 2011: Dos Leyendas de Terror en Torrejón PDF Imprimir E-mail
Lente de Aumento - Torrejón Secreto
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Una tiene lugar en un hospital abandonado y la segunda durante los duros tiempos de la Guerra Civil

La primera historia tiene lugar en uno de los míticos lugares propios de los cuentos de terror, en un hospital abandonado. Torrejón tenía un Hospital hace años. La construcción está situada en la base aérea pero ésta quedó en desuso cuando los americanos dejaron la base.

Aún hoy personas que trabajan en la base coinciden en señalar los tétrico del lugar y no son pocos los trabajadores que aseguran que el sitio les da mala espina. No tiene la fama del Hospital de Turberculosos de Guadarrama ni tanto empaque como los fantasmas del Palacio de Linares pero las historias en torno a esta extraña construción se agolpan en forma de anécdotas. Hemos podido hablar con trabajadores de la base que recuerdan algunos sucesos vividos en torno a ese misterioso edificio.

Uno de los más impactantes tuvo lugar hace pocos años y fue narrado según nos cuentan por un guardia civil que hacía una ronda de supervisión por la zona. El guardia, acompañado por otro agente y un perro como guía, se encargaban de vigilar durante la noche parte de la base aérea a bordo de un todoterreno. Mientras hacían la ronda de vigilancia observaron que había luces en unos lavabos dentro del hospital. Al principio se quedaron sorprendidos pero decidieron ir a apagarlas.

Posteriormente salen del Hospital y continúan con su ronda hasta que vuelven a pasar delante y se dan cuenta que ahora son otras luces las encendidas. Los agentes esta vez por miedo deciden no entrar pero al darse cuenta que estas se apagan misteriosamente sospechan que alguien puede estar dentro. Teniendo en cuenta que es un recinto militar, algo así podría poner en riesgo la seguridad del recinto por lo que entrar a ver si hay alguien. Mientras pasean por los pasillos acompañados por el perro oyen un tintineo. Es el ascensor que se pone en marcha.

Los agentes quedan paralizados por el miedo hasta que se abre una puerta. El que está en frente de la puerta puede observar algo dentro mientras que el otro sale corriendo acompañado del perro, El agente que vio dentro del ascensor cambió radicalmente su forma de ser. De hecho se cuenta que se llegó a suicidar tiempo después mientras que el otro decidió contar la historia.

En la actualidad el Hospital abandonado se usa para el entrenamiento de la UME y de otros cuerpos de élite.

Algunos creen la leyenda, otros piensan que no son más que historias inventadas, lo que si es cierto es que pervive en el paso del tiempo. Y que la Base Áerea tal vez por lo misterioso del mundo militar norteamericano siempre ha sido escenario de extrañas historias que se cuentan en petit comité a los amigos y familiares.

La segunda leyenda es mítica en los barrios del centro de Torrejón. Ocurrió durante los tiempos de la guerra civil, y muchos torrejoneros y torrejoneras recuerdan la historia que les han contado sus abuelos.

Durante la guerra civil, se llevaron a acabo quema colectiva de imágenes religiosas o incluso las iglesias eran quemadas con las imágenes dentro y las campanas fundidas para fabricar armamento.Torrejón no fue una excepción y gran parte de contienda, en la que perteneció a la zona dominada por el ejército republicano se quemó casi en su totalidad la Iglesia de San Juan Evangelista, cuya remodelación corrió a a cargo de Pedro Muguruza.

Uno de los soldados republicanos quería entrar como fuera a quemar las imágenes religiosas y decidió el mismo penetrar en la iglesia y sacar la imagen del cristo crucificado para quemarla en la plaza del pueblo.

Según algunos vecinos, se cuenta que tras este acto, el soldado sufrió una serie de transformaciones y deformaciones en su cuerpo que se asemejaban al cristo crucificado que él había quemado. Envejeció muy pronto, además de sufrir terribles dolores y su cuerpo adoptó la forma de aquel cristo cuando se estaba quemando en la pira. Algunos vecinos le bautizaron como el "agachaito" y se dice que ese fue el castigo por quemar aquella imagen del cristo torrejonero muy querido y adorado por todo el pueblo.

 

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