Rajoy y Cospedal mandaron telegramas de condolencia, pero no estuvieron en el acto

Ayer la sede de la UME en Torrejón era testigo de un emotivo acto de homenaje al cabo primero de la unidad muerto el sábado durante la extinción de un incendio en la sierra de Gata extremeña. El cabo, Alberto Guisado, fallecía cuando el camión autobomba en que iba se despeñaba por un terraplén, y era despedido por sus compañeros en un funeral castrense celebrado en la tarde de ayer.

Los compañeros de Guisado rendían honores al cadáver después de que éste entrase en el recinto bajo los acordes de La muerte no es el final. El ministro de Defensa imponía al cabo fallecido la Cruz del Mérito Militar con distintivo amarillo, insignia que se otorga a los miembros del ejército fallecidos en acto de servicio.

Morenés dejaba la cruz sobre una gran bandera de España que cubría el féretro, bandera que era plegada y entregada a la viuda por el jefe de la UME, José Emilio Roldán, junto con la boina amarilla del cabo.

Al acto asistían, además, el jefe del Estado Mayor del Ejército (Jemad), almirante Fernando García Sánchez; los mandos de los tres Ejércitos; la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, y el portavoz de Defensa del PSOE, Diego López Garrido, pero no el Presidente del Gobierno ni María Dolores de Cospedal, presidenta de la comunidad en que se residía el cabo. Los dos políticos enviaban a primera hora de la mañana un telegrama de condolencia a la viuda.

Guisado tenía 35 años, y deja dos hijos. Ingresó en las Fuerzas Armadas en 1996 y llevaba destinado en el Batallón de Intervención de Emergencias de la UME desde 2007. Vivía en su pueblo natal de Villasequilla, en Toledo, donde se celebrará hoy el entierro.