Según el atestado, la número 2 de Izquierda Unida: “desprendía un fuerte olor a alcohol”

Nada más estallar la noticia del altercado en que se vio involucrada Concha Vidales el pasado sábado 5 de noviembre, se convirtió en el centro de la actualidad política torrejonera, pero la situación en la que participó la número dos de Izquierda Unida fue, según el atestado policial al que tuvo acceso el diario El Mundo, mucho más allá.

Según informaban los dos agentes implicados, después de hablar con los chicos recibieron otro aviso para hablar con la autora de las fotografías de la polémica, que vivía en el mismo bloque al que se habían acercado. Después de subir, y escuchar la versión de los hechos que daba Concha, los agentes afirmaban haber informado a la mujer del procedimiento para interponer denuncia por las presuntas amenazas, momento en que, siempre según la versión de los agentes, Concha les interrumpió gritando: “Esa zona de la calle es mía, y los jóvenes no pueden estar ahí. Echadlos, soy concejala del Ayuntamiento y mi palabra está por encima de todo”. Además afirma que esta condición de concejala es la causa del intento de agresión, ante lo que los agentes le explican que entonces el procedimiento para interponer la denuncia se agrava.

Según el atestado, Concha vuelve a interrumpir a los agentes, afirmando que la habían amenazado con un puñal: “No me estáis ayudando en nada. Solo os importa que he hecho la foto. ¿Acaso sois amigos de los chicos? Ya me enteraré. En este pueblo nos conocemos todos, y yo también conozco mucha gente. No sabéis quién soy yo y daré parte a la Corporación”, afirma, según los agentes, la concejala de Izquierda Unida.

Después de negarse a identificarse, Concha pidió los números de los agentes, y afirmó: “No tenéis ni idea y tomáis mi palabra de Concejal igual que la de unos niñatos de mierda”. Acto seguido, y siempre según la versión de los agentes, Concha coge un teléfono y llama a alguien diciendo: “Llama urgentemente a Pedro Rollán o a Valeriano porque tengo a dos policías locales en la puerta de mi casa que no me hacen ni caso de lo que digo. Solo falta que me pongan la pistola en la cabeza y unas esposas”. Concha, a continuación, da los números profesionales de los agentes y se dirige a ellos gritando: “Esto no va a quedar así. Os vais a enterar, compañeros”.

Cuando, por tercera vez, los agentes explican a Concha el procedimiento, afirma el atestado, la concejala cierra la puerta en la cara de los policías mientras dice: “Iros a la mierda”. Según informa El Mundo, los agentes hicieron, a lo largo del atestado anotaciones diversas sobre el estado en que se encontraba la concejala, afirmando: “Esta mujer se expresa de forma contradictoria, hablando de manera muy rápida e imprecisa. Se encuentra en un estado apreciable de nerviosismo, desprendiendo un fuerte olor a alcohol”.