Ambas imágenes bailaron al compás en la puerta de la iglesia

Tras el estreno del año pasado, el Encuentro Doloroso repetía formato con traslado directo hasta la Plaza para celebrar el Encuentro entre el Nazareno y la Verónica. eso sí, como en esta ocasión no era fruto de las circunstancias sino que estaba diseñado, resultó en una "mini procesión" espectacular que llenó la Plaza Mayor torrejonera.

Así, y a pesar de que solo duró una hora, los torrejoneros abarrotaron la Plaza para ver un ritual ya conocido por todos: Jesús cae al suelo, la Verónica corre a socorrerle, se agacha ante él, le enjuga el rostro, y tras ese momento se descubre la imagen de Cristo en su pañuelo antes de que ambas imágenes inician un viaje conjunto de vuelta a la iglesia. Pero en esta ocasión esta estructura fue aún más grande, pues la ausencia de vallas permitió utilizar todas las entradas a la Plaza Mayor para escenificar la llegada del Cristo y de la Verónica.

Justo tras terminar el rezo del Viacrucis, los Hermanos de la Vera Cruz se preparaban para coger las imágenes del Nazareno y de la Verónica en un momento que dejaba la primera sorpresa de la mañana, y es que la Verónica estrenaba vestido completamente blanco para vivir una mañana especial.

Como manda la tradición, Cristo salía en primer lugar de la Puerta del Sol, y lo hacía para entrar por uno de los laterales a la Plaza Mayor, mientras que Verónica hacía lo propio por el lateral contrario. La sorpresa llegaba cuando la Banda de Música, en lugar de dividirse como en otras ocasiones, cruzaba por el pasillo central para tomar posiciones en una plaza que iba a vivir el esperado encuentro. Un encuentro para el que los torrejoneros hicieron corrillo, y que no quiso perderse nadie, ni siquiera la cigüeña de la torre del campanario, que observaba atentamente lo que estaba ocurriendo bajo sus pies.

Tras el encuentro, espectacular y con aplausos por parte del público, las dos imágenes cruzaban el pasillo central para volver juntas hasta la Puerta del Sol, y ahí se producía el momento más especial de la mañana: situándose en paralelo, los anderos del Cristo y de la Verónica bailaron al compás meciendo las dos imágenes al mismo ritmo que marcaba la Banda de Música para poner punto y final a una espectacular Procesión del Encuentro Doloroso.