La lluvia intermitente dejó sin Encuentro Doloroso a las calles de la localidad

Parece que el tiempo no está por la labor de dejar que la Verónica y el Nazareno se encuentren en la calle Madrid, pues, una vez más, la lluvia impidió que el Encuentro Doloroso llegase hasta allí. En su lugar el encuentro de los dos pasos se produjo en el interior de la iglesia como comienzo a la programación del Viernes Santo.

Sin embargo, la mañana no comenzaba con la Procesión, ya que, una hora antes, la parroquia de San Juan Evangelista decidía recuperar el Via Crucis del Viernes Santo, un Via Crucis que ya no es Pasión Viviente, si no un recorrido por la iglesia acompañados por los hermanos de la Vera Cruz.

Tras el Via Crucis, los Hermanos se acercaban a los pasos de la Verónica y el Nazareno, intentando recuperarse de lo ocurrido la tarde anterior (la lluvia impidió que la Procesión saliese, y los “minicostaleros” no pudieron procesionar tampoco dentro de la iglesia, lo que provocó lagrimas en muchos de ellos), y lo hacían para celebrar un Encuentro Doloroso que, por tercera vez, se hace a cubierto.

Así, ambas tallas partieron de los dos cruceros laterales de la parroquia, con la intención de encontrarse en el crucero central, donde, con la Banda Municipal de Música como aliada, se produjo el ritual tradicional: Cristo cae al suelo y la Verónica se acerca a enjugar su rostro, llevándose impresa la imagen en su pañuelo. El Encuentro, de una media hora de duración, estuvo acompañado por los vecinos que llenaban el templo, y que rompieron en aplausos en el momento del encuentro y en las levantás.