Esta semana ha estado marcada por lo que, técnicamente, se llama judicialización de la vida política, y es que, a todos los niveles, se han planteado querellas y contra querellas de unos y de otros: Bárcenas contra el PP, el PP contra todos, Ignacio González contra el alcalde de Parla, y en el ámbito local, Fouce contra Yusta en Torrejón

Sin duda alguna los juicios han sido uno de los hilos conductores de la semana, aunque no el único. La actualidad política nos despertaba el lunes con una nueva información sobre la sorprendente relación laboral de Bárcenas y el PP. Según explicaba un periódico, el ex tesorero habría estado cotizando a la Seguridad Social como trabajador del partido hasta unos días antes. Cospedal respondía a la información con una rocambolesca explicación: el finiquito diferido, una nueva forma jurídica consistente en que, en lugar de pagar el finiquito de una vez se mantiene contratado y cotizando al despedido hasta que se cumple el total de la indemnización.

A Bárcenas no le hacía ninguna gracia la explicación, y denunciaba al partido por despido improcedente, dejando otra vez al arriolismo a los pies de los caballos. El ex tesorero, además, se convertía en objeto de indignación general al haber solicitado la prestación por desempleo.

Y como las desgracias nunca vienen solas, Rajoy sufría otro duro revés el martes: la instrucción del caso Gurtel, y de la pieza separada referente a las fiestas de cumpleaños de Ana Mato recaía sobre el juez Gómez Bermúdez, aquel que pasará a la historia como el Presidente del Tribunal del juicio del 11-M.

La semana terminaba en Génova con visita policial. En concreto buscaban, y encontraron, el despacho de Bárcenas que desde la cúpula del partido se insistía en que nunca existió. Por suerte para el partido, esta semana ha sido también la de la renovación, al menos en principio. Los grandes municipios de la Zona Este terminaban la ronda de Congresos Locales, y lo hacían con pocos cambios, al menos en la cabeza: salvo Espartero, que toma el poder en Rivas y Bello, en Alcalá, todos los demás Presidentes renuevan sus cargos.

Pero no solo el PP anda a la gresca: el PSC anunciaba que podría romper la coalición con el PSOE si  éste sigue vetando la independencia de Cataluña. La situación sigue tensándose, poniendo en un brete a Rubalcaba, y dejando el partido, una vez más, al borde de la escisión.

También hubo renovación en Italia, donde las elecciones dejaban un resultado sorprendente e inesperado para Alemania, que permite al resto de Europa mantener un rayo de esperanza: la coalición entre el centro izquierda y Monti no es suficiente para garantizar un gobierno estable, mientras que la de Berlusconi y Beppe Grillo sí lo es. La clave está en el único argumento en el que los dos partidos coinciden: Italia debe  salir, cuanto antes de la Unión Europea. También en Italia el que se iba era Joseph Ratzinger, ahora con el título de Papa Emérito. Benedicto XVI terminaba su papado dejando imágenes nunca vistas: el cierre de la Sede Papal sin el habitual tono de luto, y un helicóptero trasladando al Papa dimisionario a su nueva residencia. Sin embargo, algo sí se mantiene del protocolo: el cónclave ya está preparado, y los cardenales en Roma, dispuestos a reunirse cuanto antes para elegir al nuevo Sumo Pontífice.

Volviendo a la economía, esta no ha  sido una semana de alegrías: Rajoy anunciaba que sólo se había desviado del objetivo de déficit en cuatro décimas, algo que no es del todo cierto: el déficit real es del 9,9%, debido al rescate bancario, una cifra tres puntos y medio por encima de lo exigido por Bruselas, y casi un punto peor que la del año 2011. Con semejantes mimbres, parece que Rajoy haya cambiado por fin de estrategia, poniendo en marcha modificaciones en los ajustes y anunciando rebajas de impuestos, además de afirmar que no habrá más recortes. El Presidente parece haberse dado cuenta de que la situación qu ha abierto Italia en lugar de ser un problema para Europa es la salvación para los países mediterráneos.

Y los que están lejos de la salvación  son los habitantes de Estados Unidos, que, esta vez sí, caían por el precipicio fiscal. Ante la imposibilidad de poner de acuerdo a  las cámaras, Obama utilizaba su potestad como Presidente para decretar el secuestro fiscal, medidas de recorte con las que hacer frente al pago de la inmensa deuda exterior que tiene el país.

De nuevo en España, el viernes dejaba una noticia que  dará juego en el ámbito de la política regional: el alcalde de Parla tendrá que declarar como imputado por el pago de una cantidad extra a todos los trabajadores municipales. Ante la noticia el Presidente de la Comunidad no tardaba en lanzarse a por Fraile y Tomás Gómez, a los que exigía responsabilidades.

También responsabilidades se pidieron en el Pleno de Torrejón, en concreto las dimisiones de tres concejales, si bien la noticia que más juego dará es sin duda la referente a la presentación de una contra querella si el juez archiva la presentada por el PSOE a costa del Caso Yusta.

En Alcalá la semana estuvo centrada en la batalla por el control del PP de la localidad entre Ester Hervás y Javier Bello, y que acababa ganando, por goleada, la abstención: un 85 de los militantes no se acercaron a las urnas, dejando claro que el nuevo Presidente tiene un problema muy serio para recuperar el favor de sus bases.

Y para terminar, la situación de la familia Real sigue empeorando cada vez más. Durante los últimos días se ha hablado, sin tapujos, de la relación que tenía la princesa y el Rey, y todo a raíz de una polémica entrevista concedida al diario El Mundo. Corina era la protagonista indiscutible de una semana que terminaba con una nueva operación del Jefe del Estado, operación, por cierto que terminaba bien.

La operación que no está tan claro como ha terminado es la de Hugo Cháves, que puede transformar por completo la vida política de Venezuela. También el domingo terminaba con doble mala noticia: con pocas horas de diferencia morían Pepe Sancho y Tony Roland.