 Jesús Hernández Gallardo
Se dice siempre que el primer acto de una sucesión de ellos rompe el hielo y nos introduce en la materia de Semana Santa. En este caso no es exactamente así, ya que lo estábamos buscando con ansiedad en la Hermandad de la Vera Cruz.
El clima nos ha respetado y, de esta manera, damos gracias a Dios por esa dicha; no obstante, nos ha dado un pequeño susto con unas gotas de agua furtivas que nos habrán lanzado desde el cielo para que estimemos y valoremos este bendito Vía Crucis como un regalo.
Pulsando la primera impresión del colectivo de Hermandad, creo que ha sido brillante, todo muy ordenado, con la debida anticipación de quienes han ido llevando a cabo ese trabajo exhaustivo.
El paso de los jóvenes han sabido procesionar con disciplina al Cristo, lo han acunado en sus hombros al ritmo que marcaba su capataz, ciertamente nos han hecho sentir repletos de grandeza, lo han disfrutado ellos y también quienes hemos acompañado con estaciones, candiles y nazarenos.
Ha sido un Vía Crucis serio, estilo clásico, dándole sentimiento por parte de los diferentes referentes que han concurrido en su participación. El Padre Teo, D. Javier el párroco que se sumaba a la comitiva de apoyo, Virginia con voz pausada, expresando con precisión las conclusiones de esperanza en cada estación. Las oraciones respondidas con solemnidad por las personas que nos han acompañado durante el recorrido de las catorce estaciones.
Desde mi capirote me ha llamado la atención una pareja de personas mayores que, agarrados de la mano, iban juntos rezando cada oración, participando activa y generosamente. A quienes entramos en la dinámica participativa con túnicas de Nazareno, nos llena de alegría que podamos rezar de la manera más colectiva posible. Enriquece todo el apoyo recibido por nuestra gente de Torrejón de Ardoz, lo viven paralelamente con todos nosotros, por lo cual damos las gracias de corazón.
Ya hemos dado un paso en el recuerdo de la vida de Cristo, nos quedan más días; trataremos de contribuir y ofrecer todo el sentimiento que llevamos acumulado. Día a día, procesión a procesión, paso a paso, parada a parada, acorde a acorde y lágrima a lágrima.
Jesús Hernández Gallardo
Hermano de la Vera Cruz
Torrejón de Ardoz |
