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07
Dic
2020
Los políticos celebraron al aire libre el Día de la Constitución PDF Imprimir E-mail
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Foto cedida por Congreso de los DiputadosEl tradicional acto se trasladó a la Puerta de los Leones

El Congreso de los Diputados ha celebrado el Día de la Constitución con un acto institucional presidido por Meritxell Batet, presidenta del Congreso, acompañada por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, la presidenta del Senado, Pilar Llop, la Mesa y portavoces parlamentarios de ambas cámaras, miembros del Gobierno y los presidentes del Tribunal Constitucional, Juan José González Rivas, y del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Lesmes,

El acto central de conmemoración del aniversario de la Constitución, aprobada en referéndum por los ciudadanos hace 42 años, ha tenido lugar en la Carrera de San Jerónimo, debido al emergencia sanitaria por el COVID-19, y ha reunido a los representantes de las altas instituciones del Estado y a representantes de la sociedad civil, especialmente del sector sanitario y los que han sostenido más directamente la lucha contra la pandemia.

La presidenta del Congreso, Meritxell Batet, ha pronunciado un discurso en el que ha  subrayado que "la democracia y la Constitución exigen aceptar al otro y considerar sus argumentos, asumir sus posibles ventajas, someter a crítica sus razones y, desde luego, aceptar su plena y legítima participación en nuestro sistema político e institucional".

El diálogo y el acuerdo es "la tarea de la política. Una tarea opuesta al enfrentamiento generalizado entre opciones irreconciliables, a la descalificación del oponente, a la permanente negativa a hallar puntos de coincidencia. Los partidos políticos, en su concepción constitucional, no existen sólo como instrumentos de la lucha electoral; no agotan su sentido en la expresión del voto en las urnas; son también, y con igual importancia, herramientas de la actuación institucional para favorecer el diálogo plural y el acuerdo".

Batet quiso mostrar su agradecimiento a los sanitarios, trabajadores sociales y servidores públicos. "Si celebrar la Constitución", ha subrayado, "es celebrar lo que nos une y nos refuerza como sociedad, hoy sin duda es vuestro día y no hay en este 2020 mejor ni más fiel representación del compromiso constitucional que la vuestra, la de los servidores públicos".

En este sentido, ha reconocido que "tenemos por delante importantes retos y tareas que abordar. La crisis ha agravado los problemas, retos y necesidades de nuestro país. El pasado mes de julio, el Congreso fijó ámbitos de impulso en los que fuimos capaces de apuntar consensos. Los diputados y las diputadas demostramos entonces la utilidad de nuestro trabajo y el resultado del esfuerzo conjunto para dar respuesta a los problemas de la ciudadanía. Sigamos por ese camino y seamos capaces de hacer fructíferos esos acuerdos de base".

El acto institucional ha contado con la presencia de otras instituciones, como el Defensor del Pueblo, el Tribunal de Cuentas, la Fiscalía General del Estado y el Consejo de Estado, los presidentes de las comunidades y ciudades autónomas y el alcalde de Madrid; el presidente del partido mayoritario de la oposición, diputados y senadores, expresidentes del Gobierno y del Congreso y el Senado, ponentes constitucionales y una representación de los agentes sociales y de la sociedad civil, entre ellos, representantes de los colectivos sanitarios y de entidades sociales que luchan contra la pandemia y sus efectos.

La presidenta del Congreso, Meritxell Batet, ha pronunciado un discurso ante los representantes de las altas instituciones del Estado y los invitados al acto institucional del Día de la Constitución en el que ha resaltado que "la Constitución sirve para aunar voluntades, no para imponer las propias".

"Señor presidente del Gobierno, señora presidenta del Senado, señores presidentes del Tribunal Constitucional y del Consejo General del Poder Judicial, señoras y señores miembros del Gobierno y presidentes de las Comunidades Autónomas, autoridades, señorías, señoras y señores:

Bienvenidos al Congreso de los Diputados, que para celebrar el Día de la Constitución, cambia hoy sus salas y pasillos por esta Plaza de las Cortes, como tantas personas e instituciones de nuestro país han debido cambiar en estos meses su forma de actuar para mantener sus proyectos y sus vidas en el contexto de la pandemia.

Celebrar este acto expresa nuestra voluntad compartida de resistencia frente a la crisis y de continuidad en el ejercicio de nuestros derechos, funciones y actividades.

Expresa así mismo la necesidad de encontrar momentos de reflexión conjunta sobre lo que nos une y nos identifica como sociedad para poder después convertir nuestros valores y compromisos compartidos en acuerdos y acciones.

En las dificultades, incertidumbres y dudas que genera una crisis como la que vivimos, creo especialmente necesario recordar ese sustrato de valores comunes y la responsabilidad que de él se deriva para cada uno de nosotros.

Los cambios en la celebración de este día son insignificantes en relación con los que han experimentado tantos ciudadanos, para quienes ha sido mucho más difícil mantener los elementos fundamentales de sus vidas y han perdido recursos, empleo, proyectos y hasta a sus personas queridas. A todos ellos traslado una vez más mi pésame y el sentimiento por todo lo sufrido.

Evitar, mitigar o, en lo posible, recuperar esas pérdidas ha sido y sigue siendo la primera y fundamental finalidad de las instituciones públicas. Como también el reconocimiento a tantas personas que durante estos meses han trabajado por nuestra vida, nuestra salud y nuestra seguridad.

Como Presidenta del Congreso y en representación de la ciudadanía, quiero dirigirme a los distintos profesionales sanitarios que hoy nos acompañáis.

Gracias a todos por tantos días de trabajo, gracias por ir más allá de lo que exige la profesionalidad, por la compañía y las palabras de consuelo, por las manos apretadas y las caricias repartidas, por haber hecho todo lo posible para reconfortar a los que hemos tenido cerca la enfermedad. Gracias por todos los esfuerzos entregados.

La lucha contra las consecuencias sociales y económicas de la pandemia ha convocado a otros profesionales y servidores públicos. Por eso quiero reconocer también a las organizaciones que desde la solidaridad os implicáis diariamente en la atención de quienes tienen menos recursos, que lucháis contra la pobreza y la exclusión, contra la violencia de género y contra todas las discriminaciones. Gracias especialmente a quienes habéis seguido asumiendo la tarea de cuidado de las personas mayores y dependientes. Este año honráis este acto con vuestra presencia.

Quiero dirigirme finalmente a quienes desde otras profesiones de servicio público, maestros, trabajadores sociales, fuerzas de seguridad, fuerzas armadas, personal de protección civil, han sostenido más directamente la lucha contra la COVID. Muchas gracias a todos.

Si celebrar la Constitución es celebrar lo que nos une y nos refuerza como sociedad, hoy sin duda es vuestro día y no hay en este 2020 mejor ni más fiel representación del compromiso constitucional que la vuestra, la de los servidores públicos.

Galdós, de quien celebramos este año el centenario de su muerte, nos supo hablar de un patriotismo enraizado en el carácter fraterno y humano de los ciudadanos, en los vínculos de familia, amistad, oficio y vecindad, en la consideración y la sensibilidad hacia el prójimo. Vuestro esfuerzo y vuestra solidaridad reverdecen en este año ese hermoso concepto de patriotismo.

Hace pocas semanas Su Majestad el Rey nos convocó a un gran esfuerzo colectivo de entendimiento y concordia, y a que "mostremos toda nuestra energía, todo el talento de nuestra sociedad, toda la capacidad del Estado y una voluntad y actitud inquebrantables y decididas de superación".

Mirar al futuro, a los retos que se nos plantean por encima de los logros alcanzados, es hoy más necesario que nunca, y es también el mejor modo de celebrar y seguir haciendo fructífera nuestra Constitución.

Lo que nos une o nos separa, lo que nos refuerza o nos debilita, no es lo que ocurrió en el pasado, aunque pueda marcar el presente. Lo que hace buena una Constitución no es sólo ni cómo se elaboró ni quién la votó. Es su concreto programa de convivencia, asumido como acuerdo compartido por el conjunto de la sociedad.

Cuando celebramos la Constitución, pero también cuando la aplicamos o la reivindicamos, lo hacemos porque en su contenido, también hoy, identificamos un acuerdo ampliamente mayoritario de nuestra sociedad actual; un acuerdo global, que asume la totalidad de sus preceptos porque sabemos que en cada uno de ellos reside la capacidad de integrar a una parte de nuestros conciudadanos; porque asumimos su conjunto como equilibrio satisfactorio para nuestro propio proyecto de convivencia.

Lo que hace buena una Constitución es su carácter de pacto y su capacidad de integrar elementos fundamentales de los proyectos de la gran mayoría de los ciudadanos y ciudadanas.

Quien lea la Constitución Española verá que tenemos una muy buena Constitución, la más inclusiva de nuestra historia. Y ese no es un éxito menor ni un dato irrelevante para comprender su duración y su efectividad.

Quien lea la Constitución Española observará que la mayor parte de sus preocupaciones fundamentales encuentran atención en su texto, y que muy pocas, si alguna, se ven limitadas por la Carta Magna.

Quien lea la Constitución verá que dentro de su marco existe un gran espacio para defender y desarrollar proyectos políticos distintos y hasta opuestos.

Quien lea la Constitución Española comprobará finalmente que incluso bajo la presión de la pandemia, los valores constitucionales y sus instrumentos de acción siguen plenamente vigentes y que los poderes públicos siguen a ellos vinculados.

La Constitución debe generar confianza, estabilidad y punto de encuentro. Una función que desarrolla la ley y que garantiza el Poder Judicial. La Constitución sirve para aunar voluntades, no para imponer las propias.

Una Constitución inclusiva demanda una lectura honesta y abierta; una lectura también integradora, que no pretenda apropiarse del texto constitucional convirtiéndolo en bandera y patrimonio partidista. Nadie tampoco debe pretender ignorar los contenidos que le resulten molestos o incorporar al mismo nuevas exigencias excluyentes o reductoras.

En esto consiste la lealtad a un pacto: aceptar, defender y sentir como propio lo que gusta más y lo que gusta menos.

A la entrada del Parlamento debiéramos consignar la que es quizás la más repetida cita del Presidente Landelino Lavilla, fallecido lamentablemente este mismo año: "En las Cámaras están presentes distintas opciones políticas con diferentes modos de entender el mejor futuro para España y la mejor manera de alcanzarlo". Ninguna de ellas merece la descalificación.

La democracia y la Constitución exigen aceptar al otro y considerar sus argumentos, asumir sus posibles ventajas, someter a crítica sus razones y, desde luego, aceptar su plena y legítima participación en nuestro sistema político e institucional.

Hace ya mucho tiempo que sabemos de las consecuencias nefastas de considerar al adversario político un enemigo, de negarle legitimidad, de asumir un enfrentamiento constante e incondicional. El objeto del debate político democrático no es eliminar al contrario, sino integrarlo y transformar sus posiciones. Cada uno de los homenajes a la memoria de Ernest Lluch en el vigésimo aniversario de su asesinato, exige esa conclusión.

Igualmente, cada uno de esos actos de memoria pone de manifiesto el éxito colectivo de nuestra democracia en la erradicación del terrorismo de ETA. En el patrimonio común de todos los ciudadanos se encuentra la victoria de la democracia sobre el terror. Mi mayor deseo es que algún día seamos capaces, como sociedad, colectivamente, de celebrarlo todos juntos.

Señoras y señores, tenemos por delante importantes retos y tareas que abordar. En este 2020 hemos asistido a uno de los más importantes y complejos acuerdos de la historia de la Unión Europea. El ejemplo de ese acuerdo, de su posibilidad, del trabajo necesario para alcanzarlo y de sus efectos beneficiosos, debe ser un acicate para buscar acuerdos igualmente difíciles y satisfactorios (entre nuestras fuerzas parlamentarias y entre las distintas entidades territoriales de) nuestro país.

La reconstrucción de nuestro tejido empresarial y laboral, de nuestros servicios públicos y de nuestra sociedad en su conjunto exige que seamos capaces de aprovechar la riqueza y las posibilidades que el esfuerzo y el trabajo generan; y en especial las que proceden del conocimiento y la investigación científica.

Hace algunos meses Felipe VI decía que "apostar hoy por la investigación y la innovación es pensar en el futuro; en mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, conseguir empleos de mayor valor añadido o aumentar la competitividad y la internacionalización de las empresas"; es clave para la cura de enfermedades o para paliar los efectos del cambio climático es "imprescindible si queremos avanzar en cualquier ámbito".

Ese carácter imprescindible al que aludía el Rey no puede quedar relegado a las frases de los discursos ni a los buenos propósitos incumplidos. Su expresión del consenso en el reconocimiento de esa necesidad exige que seamos capaces de trasladar ese acuerdo al ámbito de la acción política e institucional.

Esa es la tarea de la política. Una tarea opuesta al enfrentamiento generalizado entre opciones irreconciliables, a la descalificación del oponente, a la permanente negativa a hallar puntos de coincidencia. Los partidos políticos, en su concepción constitucional, no existen sólo como instrumentos de la lucha electoral; no agotan su sentido en la expresión del voto en las urnas; son también, y con igual importancia, herramientas de la actuación institucional para favorecer el diálogo plural y el acuerdo.

La politóloga norteamericana Anne Applebaum, heredera de las corrientes liberales del pensamiento europeo, nos ha advertido recientemente de la dificultad de asumir el disenso y de enfrentarse a la complejidad como causas profundas del atractivo del nuevo autoritarismo en nuestras sociedades.

Frente a problemas difíciles y complejos, las soluciones lo son también. Toda respuesta acertada surge de un diálogo lleno de incertidumbres, discrepancias, condicionantes, enfoques divergentes e ignorancias en todos sus participantes.

Los valores de libertad, igualdad, justicia y pluralismo político y sus concreciones constitucionales en forma de derechos, servicios y prestaciones públicas son el fundamento compartido para abordar los retos de futuro.

La crisis ha agravado los problemas, retos y necesidades de nuestro país: la precariedad y la inseguridad laboral y económica siguen generando pobreza y exclusión; derechos constitucionales como el acceso a la vivienda o a la atención social de mayores y personas dependientes no son todavía una realidad para quienes cuentan con menos recursos; la despoblación y los desequilibrios territoriales siguen siendo un reto imprescindiblemente vinculado con la exigencia global de la emergencia climática; la discriminación de colectivos y personas subsiste y emerge bajo formas distintas ante los esfuerzos de avance de la igualdad efectiva.

Todos estos problemas deben abordarse decididamente en el esfuerzo de reconstrucción que emprendemos. La doble tarea de protección de la salud y de reconstrucción social y económica exige que cada uno de nosotros aportemos nuestro esfuerzo en nuestras actividades cotidianas. Superar las crisis exige responsabilidad y compromiso. Desde luego lo exige en la tarea de los representantes públicos, pero lo necesita también en la actuación diaria de todos.

El pasado mes de julio, el Congreso fijó ámbitos de impulso en los que fuimos capaces de apuntar consensos. Los diputados y las diputadas demostramos entonces la utilidad de nuestro trabajo y el resultado del esfuerzo conjunto para dar respuesta a los problemas de la ciudadanía. Sigamos por ese camino y seamos capaces de hacer fructíferos esos acuerdos de base.

Tenemos los instrumentos necesarios y estoy segura de que tenemos también la confianza mayoritaria de los ciudadanos y ciudadanas con ese fin. A nosotros, los políticos, y en especial a los miembros de las Cortes Generales, nos corresponde hallar la voluntad política para ello.

Las palabras de Ortega y Gasset pronunciadas hace casi noventa años siguen siendo válidas. España "necesita de todas las colaboraciones, las mayores y las ínfimas, porque necesita "queráis o no- hacer las cosas bien, y para eso todos somos pocos".

Las Jornadas de Puertas Abiertas del Congreso de los Diputados que cada año se organizan en la semana de la Constitución son este año virtuales, ya que la Puerta de los Leones no puede abrirse a los ciudadanos por la emergencia sanitaria. En la que sería su 24ª edición, cada usuario puede adentrarse en el Palacio en una visita guiada personalizada y en realidad aumentada.

Una nueva visita virtual permite desde este domingo, Día de la Constitución, realizar un recorrido individualizado por las estancias que se recorren durante las Puertas Abiertas, en el que cada usuario puede moverse libremente por el Palacio, observar el entorno en 360 grados, acercarse a contemplar hasta el más pequeño detalle de cada sala, encontrar información sobre cada una de las pinturas, esculturas y obras decorativas que forman el patrimonio artístico del Congreso y escuchar las explicaciones facilitadas por su guía virtual.

La visita puede también realizarse en realidad aumentada con dispositivos VR (Realidad Virtual), y es accesible para personas con discapacidad. La utilización de gafas VR permite a los usuarios con limitaciones de movimiento desplazarse por las salas y navegar por todos los elementos que facilitan información adicional fijando la mirada en el punto al que quieran acceder.

La visita virtual está ya disponible en la nueva página web del Congreso, proyectada y diseñada con el objetivo de mejorar su accesibilidad, facilitar las búsquedas y el acceso a la información, incrementar los contenidos publicados en formato reutilizable y ofrecer una portada con un diseño más sencillo que permita el acceso directo a la actualidad y a los recursos más utilizados por los ciudadanos.

El nuevo sitio web incluye toda la información y documentación incorporados en el anterior portal, con una presentación y arquitectura diseñados para acceder con más facilidad a la gran cantidad de información disponible, permitir una navegación intuitiva y adaptada a todos los dispositivos, facilitar la localización de los datos con un buscador optimizado, avanzar en la publicación de datos abiertos y garantizar la transparencia.

La accesibilidad ha sido una de las prioridades a la hora de abordar la estructura y diseño de esta nueva página web, en la que los colores se han modificado con el fin de garantizar el máximo contraste, de modo que se facilite la lectura a personas con discapacidad visual. El sitio web se ha desarrollado teniendo en cuenta las Pautas de Accesibilidad o Principios Generales de Diseño Accesible, establecidas por el Grupo de Trabajo WAI perteneciente al W3C.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha participado en el acto de homenaje por el 42º aniversario de la Constitución Española, poniendo de relieve su espíritu social y el amparo que este instrumento ha ofrecido frente a la pandemia gracias al estado de alarma.

"Después de dos años de bloqueo, las Cortes Generales han aprobado unos Presupuestos que elevan a la máxima categoría el alma social de nuestra Constitución", ha destacado el presidente como una de las razones particulares por las que este año se ha de celebrar especialmente la Carta Magna.

Sanchez ha pedido a todos los actores políticos celebrar "todos los días del año, del primero al último, todos los artículos de nuestra Constitución, una Constitución que salva vidas gracias al estado de alarma, y que gracias a estos Presupuestos se eleva a máxima categoría el espíritu social de nuestra Constitución".

"Son 42 años de democracia, de convivencia, de concordia, de derechos y libertades y todo eso se lo debemos a la Constitución Española que es el mayor logro de nuestra historia colectiva", ha ensalzado.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha participado en el acto de conmemoración del 42o aniversario del día en el que se celebró el referéndum para la aprobación de la Constitución Española. El homenaje a la Carta Magna ha tenido lugar este año en el exterior del Congreso de los Diputados debido a las especiales circunstancias sanitarias por el COVID-19. Se trata de la segunda ocasión en la que Díaz Ayuso acude a esta ceremonia desde que es presidenta de la Comunidad de Madrid, que ha contado además con la asistencia de representantes de altas instituciones del Estado y de las comunidades autónomas, entre otras personalidades.

En su intervención antes de dar comienzo el acto oficial, Díaz Ayuso ha señalado que “hoy es un día para recordar los 42 años de paz y prosperidad que nos hemos dado todos los españoles a través de esta Constitución”, en unos momentos en los que “es más importante que nunca reivindicarla, porque su articulado es bastante más avanzado que muchas de las leyes que se están redactando en los parlamentos españoles”. Por ello, ha apelado a estos “42 años de convivencia, con un proyecto de ciudadanos libres e iguales donde políticos de toda clase y condición llegaron a este texto que nos representa a todos”.

 

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