Salen de las residencias para convivir en un piso poniendo en común las pensiones

La crisis tiene múltiples efectos colaterales, y uno de los más graves es la desprotección de los más débiles. Sobre uno de estos colectivos hablaba SEMER a través de un comunicado, y lo hacía para advertir de la situación que ya ha comenzado a producirse entre los mayores, una situación que pasa por el despoblamiento de las residencias y la aparición de cooperativas de jubilados. Y todo esto en una situación que se agravará en los próximos años, ya que España será el segundo país más envejecido del mundo en 2050.

"A la búsqueda de un jubilado, este sería el titular actual y real de la situación que se viene arrastrando desde hace unos tres años, pues entre el índice de parados, la congelación salarial y disminución de la nómina funcionarial, incluso el mas ahorrador y previsor, le ha roto su microeconomía, pues si gastaba justo lo que ingresaba, ahora su carga económica está en rojo, por lo que su nivel de consumo deberá disminuir para equilibrar la balanza. Los jubilados y pensionistas, están siendo actualmente el colchón de muchas familias y es lo que está haciendo que desde hace unos tres años, se están llevando de los centros geriátricos a sus familiares, sin estar cualificados para su atención en las situaciones de presentar pluripatología, estando supeditados en los casos de reagudización de sus patologías, a ser trasladados al hospital e incluso incrementar la asistencia domiciliaria desde los centros de salud, provocando una mayor demanda socioasistencial", afirma la asociación.

"Estos son tiempos, donde la unidad familiar está obligatoriamente mas reforzada, compartir vacaciones, compartir dietas alimenticias (se acude a comer a casa de los padres), convertirse los abuelos en cuidadores forzosos de sus nietos e incluso ser nuestros mayores voluntarios de acciones sociales que sin ellos muchas de las mismas no se pudieran realizar, puesto que ese acompañamiento a los casi 2 millones de ancianos que viven solos en nuestro país sería una enorme carga socioasistencal pública y si no hay previsiones de actuación de cara al presente y futuro, nos encontraremos con un auténtico rompecabezas de estructura sociosanitaria. Una persona funcionaria a punto de jubilarse que ha visto disminuir su nómina, es entendible que también bajará su cotización y ello se traduce en una disminución de la pensión de jubilación, acarreando seguramente una mengua en su nivel adquisitivo, convirtiéndose en un jubilado menos cotizado que estará a la búsqueda de un cotizante o puede a un copago interjubilado, es decir, convivir varios jubilados en una misma vivienda simulando un pequeño centro geriátrico que puedan compartir gastos y de esa forma aminorar los efectos de la inflación", continúa .

"Esta situación no es novedosa pues se está realizando en el momento actual entre familiares y amigos jubilados, pero es una solución momentánea, ya que el propio envejecimiento fisiológico de la persona conduce a largo plazo a unas limitaciones psico físicas que requieren algún sistema de ayuda externo que habrá que buscar en otras décadas de la vida, en nuevas tecnologías o importar soportes materiales y humanos que puedan aminorar estas dependencias, pues las previsiones para el año 2050 en España habrán alrededor de 6 millones de personas que superarán los 80 años de edad, lo que demuestra la buena calidad de vida que se da en nuestro país, pues seremos además, el segundo país del mundo mas envejecido detrás de Japón y el primero de Europa. Hay que sembrar para recoger y se debe hacer en tierra fértil, abonándola adecuadamente, con programas serios, resolutivos, a medio y largo plazo, ejecutables, realistas de los problemas y sin bandera política, pues la atención sociosanitaria es una cuestión de tod@s las personas que residen y residirán en el conjunto del territorio Español", explican.