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28
May
2022
El Palacio del Marqués del Pozo de Torrelaguna entra en la lista roja del Patrimonio PDF Imprimir E-mail
Zona Este - Noreste
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Foto cedida por Hispania NostraEl edificio se encuentra abandonado y en riesgo de ser derribado

Desde los años 70, el estado de conservación del palacio del Marqués del Pozo en Torrelaguna (Madrid) no es bueno, pese a tratarse de un BIC. A pesar de ser un edificio que lleva muchos años deshabitado y sin uso (solo como almacén), lleva décadas en idéntico estado.

La única novedad es que los estucos decorativos de la fachada se han ido desprendiendo en esta última década (2010-2020) por falta de mantenimiento. La parte trasera del inmueble está repleta de añadidos del siglo XX, que por su mala calidad constructiva (adobe) se han ido derrumbando, el último en otoño de 2019, y que han avivado la idea del derribo total de todo el inmueble.

Es por tanto que se debería luchar por derribar solo los añadidos y respetar y consolidar el pabellón principal del XVIII, que está firme y sólido y que además tiene el 90% de la cubierta sana.

Por estos motivos, el palacio del Marqués del Pozo en Torrelaguna (Madrid) acaba de incorporarse a la Lista Roja de Hispania Nostra (www.listarojapatrimonio.org) que recoge cerca de 1.200 monumentos españoles que se encuentran sometidos a riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores.

Se trata de una gran casa-palacio situada en el corazón del casco histórico de la población de Torrelaguna, de planta alargada, haciendo esquinazo en ángulo agudo entre las calles Estrella y Yedra. Tiene sótano abovedado utilizado como bodega, planta baja para víveres y planta noble con grandes ventanales palaciegos, techos altos y ricos salones, y conserva en su interior gabinetes ochavados decorados con papeles pintados de la Época de Fernando VI conteniendo motivos de la flora americana. Asimismo, presenta un zócalo de sillares calizos perfectamente escuadrados.

El último piso es abuhardillado de gran altura con ventanuco. Además de la citada decoración mural del siglo XVIII, tiene otros detalles tipológicos como la rejería de forja original del siglo XVIII en las plantas bajas del edificio, balconadas de hierro fundido y detalles ornamentales de estuco en fachada del siglo XIX, pies derechos en la planta baja con detalles estilísticos a base de zapatas de madera y basas de caliza.

Las puertas exteriores e interiores son de los siglos XVIII al XIX, con un alero pronunciado a base de ménsulas de madera con forma de pecho paloma, restos de trampantojo barroco en fachada imitando sillares, doble bóveda de cañón en la planta subsuelo, etc.

Posiblemente a principios del siglo XX se le añadieron unos volúmenes y pabellones en la trasera del inmueble, de muchísima peor factura a base de muros de adobe, que es lo que se está derrumbando por abandono y que ha justificado el derribo de todo el inmueble, incluida la crujía del siglo XVIII que está sana

El pabellón principal de forma rectangular (que es la parte que se debería conservar por corresponder al siglo XVIII) tiene muros de carga de mampostería con 50 cm de grosor y los forjados de la planta baja y primera se conservan en muy buen estado, quintando alguna mínima grieta sin importancia. La planta bodega abovedada se conserva íntegra y transitable. Solo apreciar que, debido a la borrasca Filomena en enero 2021, se ha producido un agujero no muy grande en el tejado, fácilmente reparable.

Perteneció a los marqueses de la Florida y más tarde al marqués de Torrelaguna (título otorgado por la regente María Cristina en 1895) y a su mujer doña Benita Fernández del Pozo y Ramírez de Arellano, por el que el inmueble adquiere el sobrenombre de Palacio del Marqués del Pozo. Es de esta época la última reforma y los detalles decorativos de la fachada (alero, alfices de estuco, portal y balconadas de hierro forjado) que le imprimen su imagen actual.

 

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