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17
Feb
2020
Piden 22 años de cárcel para una alcalaína que mató a su bebé recién nacido PDF Imprimir E-mail
Zona Este - Sucesos Alcalá
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Asestó nueve puñaladas a su recién nacida y escondió su cadáver en una mochila

En la estadística oficial del Ministerio del Interior de 201 figuraba un homicidio cometido en Alcalá del que los cuerpos de seguridad no dieron ninguna información. Y ahora, casi dos años después, conocemos la razón. Así, la Audiencia Provincial de Madrid comienza hoy a juzgar, con jurado popular, a una chica que mató a su bebé recién nacido asestándole nueve puñaladas y escondiendo el cadáver en una mochila.

En concreto, el Fiscal solicita 22 años de cárcel para Sonia. Según el relato del Ministerio Fiscal, la chica, con 18 años recién cumplidos, se quedó embarazada escondiendo la situación a sus familiares y a su pareja, con los que convivía de lunes a jueves. Según el relato del Fiscal, a las cinco de la madrugada del 20 de febrero de 2018, Sonia rompió aguas en el salón del piso, dando luz a una niña “de 48 cm y de 2,950 kilos de peso, que nació viva y respiró espontáneamente fuera del claustro materno, procediendo a cortarle el cordón umbilical”.

Tras el nacimiento, la madre cogió un arma blanca no identificada y asestó hasta nueve puñaladas a la recién nacida “En tres ocasiones el arma penetró en el corazón, llegando a atravesarlo una de ellas, otra en el diafragma, y otra perforó el pulmón izquierdo, provocándole un fallo cardiorespiratorio con hemoneumotórax y consiguientemente su fallecimiento”, destalla el Fiscal.

Tras el asesinato, la chica limpió la sangre, introduciendo el cadáver de la bebé y los utensilios utilizados dentro de una mochila que dejó colgada de una silla en el dormitorio que compartía con su pareja. Tras ducharse y quitarse el albornoz, manchado de sangre, volvió a la cama de sus suegros, donde dormía su pareja. Dos días después, la joven acudía al Hospital de Alcalá con desgarro genital y sangrado vaginal, por lo que era ingresada.

Buscando sus efectos personales para llevárselos al Hospital, la familia de su pareja encontró la mochila con el cadáver. Tras descubrirse todo, la mujer era detenida y pasaba a disposición judicial, permaneciendo en prisión desde ese mismo día. La investigación del grupo de homicidios determinó que el ADN del cadáver de la niña no coincidía con el de la pareja de la acusada.

 

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